Lunes en la Ciencia, 4 de septiembre del 2000
šEUREKA!
La muerte chiquita
Todo parece indicar que las partículas más pequeñas pueden ser las más peligrosas. Un estudio reciente del Instituto de Efectos sobre la Salud, en Cambridge, Massachusetts, mostró que hay una alta relación entre la incidencia de muertes y partículas contaminantes con un diámetro menor a 10 micras que hasta hace pocos años no habían sido estudiadas.
En dicha investigación se invirtieron tres años en la revisión de los trabajos existentes sobre la relación de los altos niveles de mortalidad y el índice de contaminación de las ciudades.
El estudio sugiere que las partículas finas de un diámetro menor de 2.5 micras son más peligrosas que aquellas que miden 10 micras o más como el monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos y otros que usualmente son más conocidos y monitoreados. Sin embargo, los estudios empiezan a coincidir que la mayoría de las partículas menores a 2.5 micras, que son causadas por productos de combustión, podrían contener un número mayor de cancerígenos.
De acuerdo con especificaciones sobre los contaminantes
-como formas de origen, características físicas y
posibles afecciones de salud- tomadas de las Normas Oficiales
Mexicanas, el tamaño de las partículas es la
característica física más importante para
determinar su toxicidad. Las que miden más de 10 micras se
retienen básicamente en las vías respiratorias
superiores. Las que miden menos de 10 micras predominan en la
fracción respirable y penetran el espacio alveolar del
pulmón.
Además, las partículas menores de 10 micras tienen un efecto indirecto sobre el aparato respiratorio, pues absorben agentes microbiológicos (virus, bacterias, hongos, polen, etc.) en su superficie y los transportan al pulmón.
Aunque los sistemas de monitoreo ambiental de la ciudad de México y otras áreas metropolitanas ya incluyen la medición de este tipo de partículas, aún falta ampliar los esfuerzos para estudiar sus componentes, efectos en nuestra salud y aplicar la normatividad correspondiente. (Mirna Servín)