LUNES 18 DE SEPTIEMEBRE DE 2000

Ť La meta es tener 2 mil maestros al año: ANUIES


Magro avance en plan oficial para elevar enseñanza superior

Ť Riesgo de formar una planta académica al vapor, como en 1910

José Gil Olmos Ť Primero como secretario de Educación Pública y luego como presidente de la República, Ernesto Zedillo trató de impulsar el plan más ambicioso en la historia del país para elevar la educación superior y propuso el Programa de Mejoramiento para el Profesorado (Promep). El objetivo: graduar a más de 20 mil doctores para el año 2006 en todas las ramas de la ciencia.

Sin embargo, de acuerdo con datos oficiales, no se ha alcanzado la mitad de lo estimado en los tres primeros años de vida del proyecto, y de acuerdo con algunos investigadores, existe el riesgo de un error histórico como en el que cayó Justo Sierra en 1910, cuando para crear la Universidad Nacional Autónoma de México tuvo que formar "al vapor" a cientos de profesores con doctorado, ante la ausencia de una planta académica "moderna" y de calidad.

Desde finales de abril de 1993, siendo titular de la Secretaría de Educación Pública, Zedillo impulsó el Programa Nacional de Superación del Profesor Académico (Supera) con la idea de incrementar sustancialmente la proporción del personal de posgrado en las instituciones de educación superior y, al mismo tiempo, elevar la calidad del trabajo académico en este nivel educativo. Cuatro años después, ya como presidente, Zedillo continuó con su iniciativa pero ahora con el nombre de Promep, para el cual le ha dedicado más de 500 millones de pesos.

La idea del mandatario, de acuerdo con algunos investigadores, fue dar un "salto histórico" en la educación nacional para este fin de siglo y alcanzar los niveles de excelencia de las universidades de los países desarrollados, bajo el argumento de que su calidad esta basada en el número de profesores e investigadores con nivel de doctorado y de tiempo completo.

"El objetivo último del Promep es sustentar la mejor formación de los estudiantes de educación superior, universitaria y tecnológica", señala el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Manuel Gil Antón, quien explica que el argumento esencial utilizado fue un estudio de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), según el cual sólo 30 por ciento del total de profesores -de un total de 153 mil 44 en 1995- son de tiempo completo y 5 por ciento, esto es, sólo 325, cuentan con doctorado.

No obstante, el objetivo de tener 2 mil nuevos maestros o investigadores por año no se ha cumplido, de acuerdo con los datos de los dos informes de la ANUIES, el último de los cuales será dado a conocer en estos días en la revista interna Confluencia.

En el primer informe El Promep, etapas de planeación enero de 1997-abril de 1999, la ANUIES indica que se apoyó a 4 mil 545 profesores de 44 instituciones de educación superior y 216 cuerpos académicos -profesores con la habilitación preferente o mínima establecida por el Promep-, no obstante que de mil 532 becas otorgadas, 994 fueron para doctorado.

En el segundo informe, el más actual, el Promep señala que como parte del apoyo a la formación de profesores de tiempo completo se han otorgado hasta el momento 2 mil 461 becas, de las cuales mil 428 son para doctorado (58 por ciento); mil 22 para maestría (41.5 por ciento) y 11 para especialidad en enseñanza superior (0.5 por ciento). El monto de recursos ha sido de 502 millones de pesos.

Del total de becarios, el Promep esperaba que mil 240 debieron haber obtenido el grado en junio de 2000. Empero, solo 392 presentaron copia de su acta de examen (31.6 por ciento); 612 confirmaron retraso en la obtención del grado; y 36 no tenían ningún informe. Asimismo, quedaron en espera los reportes de 497 estudiantes.

Periodo 1910-2000

De acuerdo con lo observado en los propios reportes de la ANUIES, el plan de Zedillo está lejos de cumplir con sus metas y el Promep -advierte Gil Antón- podría correr el riesgo de lo que Justo Sierra intentó hacer a principios de siglo XX, para construir la máxima casa de estudios.

Al hacer una crítica al Promep, en un artículo publicado en la ANUIES el pasado mes de marzo, el profesor de la UAM recuerda que en septiembre de 1910, durante los últimos años de la dictadura porfiriana y en medio de los festejos del centenario de la Independencia, Ezequiel A. Chávez y Justo Sierra -entonces secretario de Instrucción Pública-, trabajaban para que el Congreso aprobara la creación de la Universidad Nacional, pero tenían un severo problema: no contaban con maestros con nivel doctorado como en la de Berkeley, a la cual pretendían copiar.

Tres meses antes de la fecha prevista para la inauguración, Justo Sierra pensó salvar el escollo y mandó a pedir con urgencia a los directores de las escuelas de altos estudios, una lista de los profesores más avanzados. De junio a septiembre revisó nombres e historiales académicos y otorgó posgrados ex oficio a un numero considerable de profesores.

El investigador cita al historiador Javier Garciadiego para dar una idea más clara de las intenciones de Justo Sierra: "Con todo lo anterior se buscaba dignificar y dar más lustre a la nueva institución que nacería con numerosos académicos así premiados, los cuales en realidad no eran siquiera profesores de tiempo completo.

"Sierra, y sobre todo Chávez, tenían en mente una escuela de educación superior que tomaba como modelo la Universidad de Berkeley (el mejor esquema de universidad en ese momento). Que cómo era Berkeley -inquiere Gil Antón-, pues entre otras características tenía profesores de tiempo completo y un buen número de ellos con grado de doctor. Por lo tanto, si había que construir una universidad en México que valiera la pena y fuera moderna, era menester contar con doctores en relativa abundancia. Y lo generaron del modo ya relatado, concediéndoles el grado en la ceremonia de inauguración en septiembre de 1910".

Manuel Gil Antón observa que en ambos casos -Justo Sierra en los albores del siglo XX y Ernesto Zedillo a finales del mismo siglo- no se analizó la historia de los sistemas de educación superior.

"En el primer caso, la distribución de los grados honoríficos nada modificó sustancialmente. En el segundo, si no se procede de manera prudente y el énfasis en los indicadores comanda las acciones, arribaremos al 2006 con mejores estadísticas comparativas, pero sin el correspondiente cambio en la calidad formativa de maestros, académicos y sus labores: multiplicaremos la confusión y la vanagloria credencialista sin asidero real".

Hacia el 2006

En el final del sexenio, el Promep es revisado por la ANUIES cuyo director, el doctor Julio Rubio Oca, es uno de los invitados por el equipo de transición de Vicente Fox para desarrollar el programa de educación superior 2000-2006.

Parte de los documentos que ya se han entregado al equipo foxista es un grueso estudio titulado La Educación Superior en el siglo XXI en donde se hace una serie de proyecciones y propuestas para la próxima administración e incluso hasta el 2020.

Las metas para el 2006 son aumentar a 221 mil el número de profesores para una población estudiantil de 2 millones 625 mil. Los profesores con doctorado serán 26 por ciento del total, esto es, cerca de 120 mil y no los 325 que hoy se tienen en todo el país.

Con el Programa de Mejoramiento para el Profesorado en las manos, la próxima administración empezará el proyecto de mejorar la educación superior del siglo XXI. Manuel Gil Antón advierte, retomando el caso de Justo Sierra, los riesgos de dos acciones educativas con las que se abre y se cierra un siglo: "...en un primer caso, de la noche a la mañana se trató de que la universidad contara con doctores como debe ser". En el otro, en un plazo de diez años se pretende enmendar la anomalía si se le da continuidad al proceso.

Sin embargo, precisa, "no se advierte, ni al inicio ni al final del siglo una reflexión profunda sobre los procesos históricos y sociales que han conducido a los sistemas de educación superior, y a su personal académico, a la situación de partida que se pretende cambiar".