LUNES 18 DE SEPTIEMBRE DE 2000

Ť Del Estado, la decisión para apoyar la ciencia


Pierde México soberanía si es un país maquilador: Drucker

Ť Miopía, creer que la tecnología se "compra y luego se instala"

Karina Avilés Ť El coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, René Drucker, manifiesta que los empresarios mexicanos "creen que hacer ciencia o tecnología es comprarla fuera e instalarla aquí". Y si esta "miopía" de los industriales, sumada a la del gobierno, se convierte en "ceguera", México no pasará de ser un "país maquilador" y perderá "totalmente la soberanía".

Considera que para frenar esta tendencia, que impide al país ser competitivo y generador de su propio desarrollo, debe darse "una decisión de Estado" que impulse la generación de la ciencia y la tecnología mexicanas.

"šLas maquiladoras son la peor cosa que podamos tener en el país! Inclusive, ya en algunos estados hay universidades en donde entrenan a la gente para insertarse en el sistema de maquiladoras, desvirtuando la educación superior. Si esto continúa, todo mundo va a ser preparado así, y šya para qué ir a las universidades!".

Y añade: "Toda la tecnología que nos invade ni siquiera corresponde a los niveles de ingreso de la mayor parte de nuestra sociedad. Sin embargo, la adquirimos pero no nos genera recursos".

Por ello expresa su "impresión" de que los empresarios mexicanos "no entienden bien o no quieren entender la utilidad de la ciencia. Ellos creen que hacer ciencia o tecnología es comprarla fuera e instalarla aquí; que es más fácil adquirirla que invertir en un desarrollo a largo plazo".

Muestra una gráfica que habla del desinterés del sector privado para invertir en el desarrollo del conocimiento. Y hace la comparación: en Estados Unidos 75 por ciento del gasto en investigación proviene de las empresas, y entre 5 y 7 por ciento emana del gobierno. En México, "20 por ciento de la inversión en investigación y desarrollo lo hacen empresas. Yo no creo mucho ese número, pero, bueno, vamos a suponer. Y el resto, es decir, el otro 80 por ciento recae en el gobierno".

Frente a ese panorama manifiesta que el ideal sería que el sector empresarial apoyara con 50 por ciento de la inversión en investigación y desarrollo, y así "la carga que tiene hoy el gobierno se reduciría importantemente".

-ƑCuál es su diagnóstico sobre el vínculo ciencia, industria y universidad?

-Los científicos mexicanos han alcanzado un nivel de profesionalización que no sólo es aceptable sino que, en términos generales, yo diría que es excelente. El problema es que somos demasiado pocos, y la producción científica nacional, comparada con la de países del Primer Mundo, es muy baja, pero no en calidad sino en cantidad. Desde hace mucho tiempo la UNAM es el líder de la producción científica del país, pues produce alrededor de 50 por ciento de la ciencia que se hace en México...

"Independientemente de esto, lo que se requiere es crecer muy rápido, lo cual implica una inversión del Estado. Pero también necesitamos convencer a la iniciativa privada de la importancia que tiene que ellos crezcan en ese rubro, haciendo investigación aplicada y desarrollo tecnológico propio del país. Lo otro es que se le tiene que dar un mayor apoyo a las universidades públicas, a la UNAM, pero también a otras, pues habría que fortalecerlas y hacerlas que crezcan".

-En la Universidad Nacional, Ƒcuántos programas hay vinculados con la industria y a cuánto ascienden sus montos?

-La verdad no tengo ese dato, pero lo que sí puedo decir es que es muy poquito, porque es dificilísimo vincularse con las empresas, pues no les interesa.

-ƑEs cierta la versión de que la UNAM no puede patentar su desarrollo tecnológico y cobrar regalías por el hecho de ser una institución pública?

-Hasta donde yo sé eso no es cierto. Sé que la Universidad Nacional ha generado algunas patentes.

-Si no hay mucha vocación del gobierno y de la industria por incrementar el desarrollo científico-tecnológico, Ƒqué futuro le espera a México?

-Desde luego si esta miopía se convierte en ceguera, šgood bye! Nos va a ir mal. Lo que esperaríamos es que la visión de lo que es la ciencia se modifique, si no, vamos a ser un país maquilador. En eso no hay vuelta de hoja.

-El "pellizcar" o "ceder un poco de soberanía", como dice Vicente Fox, Ƒqué tanto estaría cristalizando la idea de que México es un país de maquiladores?

-Bueno, lo que pasa es que yo creo que se puede pellizcar la soberanía de un país en el sentido de la globalización. Digamos, me gustaría leer esa frase en el sentido de que no nos vamos a encerrar en nuestra concha; en un mundo global hay ciertos aspectos de la soberanía nacional que van a ser afectados. Quizás la manera de hacer las cosas, de verlas. Pero la soberanía del país se va a fortalecer en el momento en que se vuelva fuerte desarrollando sus propias tecnologías; siendo competitivos con el mundo exterior; no a través de maquiladoras, que sólo lo que hacen son partes para productos que son exportados y luego importados al país y nos cuesta más caro.

Por cierto, al hacerse la referencia al presidente electo, Drucker recuerda que las academias de Ciencias, Medicina e Ingeniería aún esperan que Fox responda a la carta que le enviaron. "Antes que ocupe la Presidencia sería bueno tener un intercambio con él, para que pueda tomar decisiones más informadas respecto de la ciencia".

-De acuerdo con su opinión, Ƒcuáles serían las causas por las que el gobierno no ha podido cumplir con el precepto constitucional establecido en la fracción quinta del artículo tercero?

-ƑPor qué el Estado, el gobierno, no hace de la ciencia una prioridad nacional? Escapa a mi inteligencia. La verdad no entiendo. Ese precepto no se ha cumplido cabalmente porque, por un lado, se ha cumplido con mantener al sistema científico más o menos vivo y trabajando, pero no se ha cumplido con darle el impulso necesario para que no nos quedemos rezagados.

-Usted habla de hacer una ciencia revolucionaria, Ƒesto qué significa?

-Pasar a la siguiente etapa: de la profesionalización de la ciencia, a que ésta sea el motor del desarrollo de la nación. Nuestra ciencia ya se profesionalizó y estamos listos para dar el brinco, para revolucionar nuestro sistema de investigación y hacerlo más grande, más poderoso y más impactante para el desarrollo del país. En ese sentido sería para nosotros una revolución científica; no hay que tomar las armas, pues.