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Famosos por su belleza entre los buscadores de tesoros naturales, los arrecifes de coral son también los ecosistemas más complejos y diversos del mundo submarino, y aportan al hombre valiosos recursos. Frente al puerto de Veracruz y a la población de Antón Lizardo existen 23 formaciones arrecifales que cubren 52 mil hectáreas, y fueron declaradas como el Parque Nacional Submarino Sistema Arrecifal Veracruzano (sav) en 1992. Dichos sistemas tienen una enorme importancia histórica, ecológica, pesquera, comercial y turística para esta zona, y además conforman una barrera natural que protege a la costa del embate de las olas, sobre todo en la época de "nortes".

El sav ha sido afectado negativamente de varias maneras. Desde la época colonial hasta la fecha se ha extraído la piedra "múcara" (formada de restos de coral, conchas y arena) que se utiliza como material de construcción. Por otro lado, la sobreexplotación pesquera ha ocasionado que la langosta, el pulpo, el caracol y varias especies de peces se encuentren amenazadas o "comercialmente extintas". Tres ríos descargan sus aguas en la región y arrastran al mar gran cantidad de sólidos en suspensión durante época de lluvias; además, todo el año los arrecifes corren el riesgo de ser alcanzados por aguas residuales de diferentes industrias, de ingenios azucareros y de la producción petrolera.

El turismo en los arrecifes de Veracruz es una buena opción económica, ya que los buceadores deportivos pagan más a los pescadores por un viaje que los intermediarios por un cierto volumen de pescado. No obstante, el manejo turístico de la zona requiere de gran vigilancia y reglas para evitar la captura de "recuerdos". El roce de las aletas de los buzos, el contacto con las coloridas esponjas para tomarse fotografías, y la excesiva visita de turistas a los arrecifes son perjudiciales para estos hermosos ecosistemas.

Actualmente, el Acuario de Veracruz y el Centro de Ecología y Pesquerías de la Universidad Veracruzana en Xalapa evalúan algunas áreas del sav para determinar el grado de deterioro. Se están obteniendo datos sobre el promedio de coral vivo y muerto, el área cubierta por algas, la incidencia de enfermedades en los corales, y la riqueza y abundancia de las comunidades de peces, invertebrados y del plancton de los arrecifes. Además, se efectúan estudios sobre las poblaciones de aves y la calidad del agua.

Rescatar estas importantes áreas de su destrucción es responsabilidad de todos. ¿Cómo hacerlo? Primero, no adquiriendo corales o conchas, así como productos que sepamos que son extraídos de las áreas arrecifales. Además, si se tiene la oportunidad de bucear en los arrecifes, no hay que capturar organismos ni agitar constante o excesivamente el fondo, pues esto ocasiona que los pólipos coralinos se cubran con arena y puedan morir. La mejor opción para el visitante es tomar fotografías o videos para llevarse un grato recuerdo de estos maravillosos ecosistemas, y permitir que otras personas puedan apreciarlos en el futuro, tal y como ahora lo hacemos nosotros.
 
 

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