LENGUA Y CULTURA
Asignaturas pendientes
Juan Gregorio Regino
Los fines y propósitos
de la educación, que se señalan en el artículo tercero
de la Constitución Política y la Ley General de Educación,
están concebidos bajo un modelo de nación homogénea,
lo cual no es congruente con el artículo cuarto constitucional que
señala que: "la nación mexicana tiene una composición
pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas.
La ley protegerá y promoverá el desarrollo de sus lenguas,
culturas, usos, costumbres, recursos y formas específicas de organización
social y garantizará a sus integrantes el efectivo acceso a la jurisdicción
del Estado".
La diversidad étnica, lingüística
y cultural de la nación se ha considerado un problema para el Estado
y la sociedad, porque el proyecto de Estado-nación sustentado en
el nacionalismo revolucionario y ahora en el liberalismo social concibe
un país de una sola lengua y cultura. El indigenismo que puso en
práctica políticas de asimilación, incorporación
e integración fracasó en su intento de homogenización
lingüística y cultural. La diversidad se ha utilizado también
para justificar el fracaso escolar en las comunidades indígenas.
Actualmente, la Ley General de Educación, en el artículo
38 plantea que la educación básica, en sus tres niveles,
tendrá las adaptaciones requeridas para responder a las características
lingüísticas y culturales de cada uno de los diversos grupos
indígenas del país, así como de la población
rural dispersa y grupos migratorios. La flexibilidad de los planes y programas
de estudio de educación básica permite la incorporación
de saberes comunitarios en el proceso educativo, y que se tome en cuenta
la experiencia y característica de los alumnos para llevar a cabo
el proceso de enseñanza- aprendizaje.
La educación preescolar y primaria
que se ofrece a las comunidades indígenas es atendida por el sistema
de educación indígena a través de maestros bilingües
para responder a las características de los destinatarios. En el
nivel de secundaria en sus dos modalidades (directa y telesecundaria) no
se atiende la diversidad como lo consigna el artículo 38 de la ley
señalada. En la región mazateca ha habido casos en que por
considerar un atraso la lengua y la cultura indígena, los maestros
prohiben el uso de la lengua indígena en el salón de clases,
además de que ésta no es considerada objeto de estudio. En
los niveles educativos superiores, la diversidad cultural no es la constante
ni parte constitutiva de los planes y programas de estudio; incluso, muchos
maestros indígenas con estudios de licenciatura que trabajan en
comunidades indígenas, formados expresamente para prestar sus servicios
o profesionalizar su quehacer para servir a la población indígena,
no saben leer y escribir la lengua indígena de sus pueblos, siendo
ésta una condición para que la educación pueda darse
en las dos lenguas de los alumnos: la indígena y el español.
Las propuestas existentes para la formación y profesionalización
de maestros de educación indígena son caducos y excluyentes.
En el estado de Oaxaca se está llevando a cabo la formación
de maestros normalistas indígenas como la Universidad Pedagógica
Nacional lo ha venido haciendo en el componente de profesionalización,
es decir, con la visión de que los indígenas no deben mezclarse
con los mestizos y que para los maestros indígenas debe haber contenidos
específicos, como si la diversidad cultural sólo fuera una
característica de las comunidades indígenas y no de todas
las sociedades del mundo. Los maestros del sistema tradicional, aunque
algunos también trabajan en comunidades rurales e indígenas,
no reciben una formación para la diversidad.
La posibilidad de incorporar la diversidad
cultural en los planes y programas de estudio está en adaptar contenidos
y ajustar formas organizativas de operación de los servicios a las
características y necesidades de las comunidades. Sin embargo, la
adaptación que consigna la Ley General de Educación no responde
a las necesidades y demandas actuales de los pueblos y comunidades indígenas.
El Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000 reconoce que las deficiencias
de la educación en las zonas indígenas se deben no sólo
a la irregularidad y las limitaciones de los servicios, sino también
a un enfoque pedagógico y cultural inadecuado, que se origina en
el intento de reproducir, con adaptaciones marginales y bajo condiciones
precarias, el esquema genérico de la escuela urbana como forma básica
del servicio educativo.
Los planteamientos actuales que los pueblos
indígenas han venido trabajando son por una educación que
responda a las necesidades básicas de aprendizaje de las niñas
y niños indígenas, que responda a las expectativas de las
comunidades indígenas, que desarrolle las capacidades y habilidades
para aprender, construir y desenvolverse en cualquier contexto sin negar
su identidad, amor por la lengua y cultura y el respeto a la diversidad,
entre algunos aspectos. El bilingüismo, desde la época prehispánica,
en la que la lengua náhuatl era la lengua franca, era una característica
de la educación indígena; hoy las necesidades de comunicación
en castellano han permitido la apropiación de esta lengua por los
indígenas; por tanto, ambas lenguas deben ser parte del curriculo
de educación básica. Sin embargo, la educación indígena
no debe reducirse a la enseñanza y aprendizaje de dos lenguas como
hasta ahora se ha planteado sino también a la visión de dos
mundos que, aunque diferentes, se complementan y potencian el aprendizaje
y desarrollo del ser humano. Esto quiere decir que la educación
debe estar estructurada a partir de considerar que hay una visión
indígena y una visión occidental en la forma de estructurar,
organizar y construir el pensamiento. Esto permitirá arribar a un
modelo educativo que se sustente en dos lógicas de pensamiento.
Una educación de esta naturaleza
demanda que los fines y propósitos de la educación planteados
en el artículo tercero y la Ley General de Educación sean
revisados y hacerlos compatibles con el artículo cuarto constitucional,
pues en la reforma de los planes y programas de estudio de Educación
Básica de 1993 no hay lugar para una asignatura que aborde lo indígena.
Los propósitos de cada una de las asignaturas no contemplan que
vivimos en un contexto plural y mulitilingüe y que los educandos requieren
desarrollar competencias, conocimientos y habilidades para desarrollarse
en una nación moderna que basa su identidad en lo indígena
y en lo occidental.
Actualmente el niño mexicano se forma
bajo un modelo monolingüe y culturalmente homogéneo, y se pretende
educar al niño mexicano indígena bajo un esquema moderno,
bilingüe e intercultural, donde adquiera una formación como
cualquier niño mexicano, más la específica de su cultura.
Este propósito deber ir más allá de adaptaciones al
modelo educativo actual y trascender hacia la construcción de un
modelo educativo que incorpore la gran diversidad de modos de vida y cultura
de los pueblos indígenas en igualdad con el modelo nacional que
logre congruencia entre la escuela y la cultura. La política de
atender la educación indígena con criterios compensatorios
es parte del fracaso educativo actual. Ojalá sea el fin de una política
indigenista que en los últimos años ha agudizado la crisis
que por sí tiene la educación indígena. Ojalá
también se supere la autosegregación que existe y que así
conviene a ciertas organizaciones y grupos indígenas. Somos parte
de la nación mexicana con nuestras peculiaridades. Necesitamos dialogar
con otros mexicanos, construir una cultura basada en el respeto, la tolerancia,
la igualdad y la justicia. Una educación bilingüe e intercultural
como la que establece la Ley Estatal de Educación de Oaxaca, solamente
para los pueblos y comunidades indígenas, es el suicidio de la cultura
indígena. La interculturalidad no significa encerrarse en el mundo
propio, sino incorporarse al mundo moderno con la lengua y cultura de cada
grupo humano, acceder a la ciencia, el arte y la tecnología, así
como aportar lo valioso de cada cultura a la humanidad. Estos planteamientos
siguen pendientes en la educación básica que se ofrece a
las comunidades indígenas y en el sistema educativo nacional. Ojalá
constituya ahora parte de la agenda del nuevo gobierno y siga siendo un
tema obligado para la sociedad.
Juan Gregorio Regino: escritor, poeta y educador mazateco.
Fue el segundo presidente de Escritores en Lenguas Indígenas
AC.
Su periodo termino a finales de 1999.