Ojarasca 42  octubre 2000


Socios. Santiago de Cuba. Foto: Tania Jovanovic
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LENGUA Y CULTURA

Asignaturas pendientes

Juan Gregorio Regino

Los fines y propósitos de la educación, que se señalan en el artículo tercero de la Constitución Política y la Ley General de Educación, están concebidos bajo un modelo de nación homogénea, lo cual no es congruente con el artículo cuarto constitucional que señala que: "la nación mexicana tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas. La ley protegerá y promoverá el desarrollo de sus lenguas, culturas, usos, costumbres, recursos y formas específicas de organización social y garantizará a sus integrantes el efectivo acceso a la jurisdicción del Estado".
   La diversidad étnica, lingüística y cultural de la nación se ha considerado un problema para el Estado y la sociedad, porque el proyecto de Estado-nación sustentado en el nacionalismo revolucionario y ahora en el liberalismo social concibe un país de una sola lengua y cultura. El indigenismo que puso en práctica políticas de asimilación, incorporación e integración fracasó en su intento de homogenización lingüística y cultural. La diversidad se ha utilizado también para justificar el fracaso escolar en las comunidades indígenas. Actualmente, la Ley General de Educación, en el artículo 38 plantea que la educación básica, en sus tres niveles, tendrá las adaptaciones requeridas para responder a las características lingüísticas y culturales de cada uno de los diversos grupos indígenas del país, así como de la población rural dispersa y grupos migratorios. La flexibilidad de los planes y programas de estudio de educación básica permite la incorporación de saberes comunitarios en el proceso educativo, y que se tome en cuenta la experiencia y característica de los alumnos para llevar a cabo el proceso de enseñanza- aprendizaje.
   La educación preescolar y primaria que se ofrece a las comunidades indígenas es atendida por el sistema de educación indígena a través de maestros bilingües para responder a las características de los destinatarios. En el nivel de secundaria en sus dos modalidades (directa y telesecundaria) no se atiende la diversidad como lo consigna el artículo 38 de la ley señalada. En la región mazateca ha habido casos en que por considerar un atraso la lengua y la cultura indígena, los maestros prohiben el uso de la lengua indígena en el salón de clases, además de que ésta no es considerada objeto de estudio. En los niveles educativos superiores, la diversidad cultural no es la constante ni parte constitutiva de los planes y programas de estudio; incluso, muchos maestros indígenas con estudios de licenciatura que trabajan en comunidades indígenas, formados expresamente para prestar sus servicios o profesionalizar su quehacer para servir a la población indígena, no saben leer y escribir la lengua indígena de sus pueblos, siendo ésta una condición para que la educación pueda darse en las dos lenguas de los alumnos: la indígena y el español. Las propuestas existentes para la formación y profesionalización de maestros de educación indígena son caducos y excluyentes. En el estado de Oaxaca se está llevando a cabo la formación de maestros normalistas indígenas como la Universidad Pedagógica Nacional lo ha venido haciendo en el componente de profesionalización, es decir, con la visión de que los indígenas no deben mezclarse con los mestizos y que para los maestros indígenas debe haber contenidos específicos, como si la diversidad cultural sólo fuera una característica de las comunidades indígenas y no de todas las sociedades del mundo. Los maestros del sistema tradicional, aunque algunos también trabajan en comunidades rurales e indígenas, no reciben una formación para la diversidad.
   La posibilidad de incorporar la diversidad cultural en los planes y programas de estudio está en adaptar contenidos y ajustar formas organizativas de operación de los servicios a las características y necesidades de las comunidades. Sin embargo, la adaptación que consigna la Ley General de Educación no responde a las necesidades y demandas actuales de los pueblos y comunidades indígenas. El Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000 reconoce que las deficiencias de la educación en las zonas indígenas se deben no sólo a la irregularidad y las limitaciones de los servicios, sino también a un enfoque pedagógico y cultural inadecuado, que se origina en el intento de reproducir, con adaptaciones marginales y bajo condiciones precarias, el esquema genérico de la escuela urbana como forma básica del servicio educativo.
   Los planteamientos actuales que los pueblos indígenas han venido trabajando son por una educación que responda a las necesidades básicas de aprendizaje de las niñas y niños indígenas, que responda a las expectativas de las comunidades indígenas, que desarrolle las capacidades y habilidades para aprender, construir y desenvolverse en cualquier contexto sin negar su identidad, amor por la lengua y cultura y el respeto a la diversidad, entre algunos aspectos. El bilingüismo, desde la época prehispánica, en la que la lengua náhuatl era la lengua franca, era una característica de la educación indígena; hoy las necesidades de comunicación en castellano han permitido la apropiación de esta lengua por los indígenas; por tanto, ambas lenguas deben ser parte del curriculo de educación básica. Sin embargo, la educación indígena no debe reducirse a la enseñanza y aprendizaje de dos lenguas como hasta ahora se ha planteado sino también a la visión de dos mundos que, aunque diferentes, se complementan y potencian el aprendizaje y desarrollo del ser humano. Esto quiere decir que la educación debe estar estructurada a partir de considerar que hay una visión indígena y una visión occidental en la forma de estructurar, organizar y construir el pensamiento. Esto permitirá arribar a un modelo educativo que se sustente en dos lógicas de pensamiento.
   Una educación de esta naturaleza demanda que los fines y propósitos de la educación planteados en el artículo tercero y la Ley General de Educación sean revisados y hacerlos compatibles con el artículo cuarto constitucional, pues en la reforma de los planes y programas de estudio de Educación Básica de 1993 no hay lugar para una asignatura que aborde lo indígena. Los propósitos de cada una de las asignaturas no contemplan que vivimos en un contexto plural y mulitilingüe y que los educandos requieren desarrollar competencias, conocimientos y habilidades para desarrollarse en una nación moderna que basa su identidad en lo indígena y en lo occidental.
   Actualmente el niño mexicano se forma bajo un modelo monolingüe y culturalmente homogéneo, y se pretende educar al niño mexicano indígena bajo un esquema moderno, bilingüe e intercultural, donde adquiera una formación como cualquier niño mexicano, más la específica de su cultura. Este propósito deber ir más allá de adaptaciones al modelo educativo actual y trascender hacia la construcción de un modelo educativo que incorpore la gran diversidad de modos de vida y cultura de los pueblos indígenas en igualdad con el modelo nacional que logre congruencia entre la escuela y la cultura. La política de atender la educación indígena con criterios compensatorios es parte del fracaso educativo actual. Ojalá sea el fin de una política indigenista que en los últimos años ha agudizado la crisis que por sí tiene la educación indígena. Ojalá también se supere la autosegregación que existe y que así conviene a ciertas organizaciones y grupos indígenas. Somos parte de la nación mexicana con nuestras peculiaridades. Necesitamos dialogar con otros mexicanos, construir una cultura basada en el respeto, la tolerancia, la igualdad y la justicia. Una educación bilingüe e intercultural como la que establece la Ley Estatal de Educación de Oaxaca, solamente para los pueblos y comunidades indígenas, es el suicidio de la cultura indígena. La interculturalidad no significa encerrarse en el mundo propio, sino incorporarse al mundo moderno con la lengua y cultura de cada grupo humano, acceder a la ciencia, el arte y la tecnología, así como aportar lo valioso de cada cultura a la humanidad. Estos planteamientos siguen pendientes en la educación básica que se ofrece a las comunidades indígenas y en el sistema educativo nacional. Ojalá constituya ahora parte de la agenda del nuevo gobierno y siga siendo un tema obligado para la sociedad. 

Juan Gregorio Regino: escritor, poeta y educador mazateco.
Fue el segundo presidente de Escritores en Lenguas Indígenas AC.
Su periodo termino a finales de 1999.

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