JUEVES 26 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Inauguran muestra como testamento-homenaje en la Galería López Quiroga


Gerzso suplantaba las certezas de la cotidianidad con la obra de arte

Ť Se valió de una gama sutil y variada de matices para pulverizar la monotonía: Alberto Blanco

Ť Trivial, aseverar que pintaba el mismo cuadro, señala el poeta en el catálogo de la exposición

Mónica Mateos Ť El preludio del sueño eterno del pincel de Gunther Gerzso fue un paisaje más del mundo en el que habitó su creatividad. A ese cuadro lo llamó Espejismo, porque al contacto con la luz, los colores de musgo tierno juegan a ser un manto azul, quizá como el mar, quizá como la tierra hacia donde el artista emprendió el viaje definitivo el pasado 21 de abril.

Esta obra forma parte de la exposición Gunther Gerzso.Una década, 1990-2000, que desde hace años preparaba el galerista Ramón López Quiroga y que ahora, convertida en muestra póstuma, es una suerte de testamento-homenaje, como afirma el poeta Alberto Blanco en el ensayo que acompaña el catálogo de la exhibición.

El escritor agrega: ''Con minuciosas pinceladas Gerzso borra las certezas de la vida cotidiana para suplantarlas con la certeza de la obra de arte que se sabe destinada a la interrogante helada: Ƒqué sentido tiene todo esto? En la alianza multidimensional de la vigilia y el sueño -más apasionante que apasionado, más apasionado que pasional- el arte de Gunther Gerzso nos responde: ecce pintor."

Conformada por 68 pinturas, la colección que a partir de hoy se podrá apreciar en la Galería López Quiroga, ''más que hablar del vacío, o de traer a colación la célebre fórmula de 'la aparición de lo invisible', hace pensar en las máscaras de la ausencia; en las parsimoniosas acumulaciones de sutilísimas capas geológicas que han dado forma en el tiempo -y consistencia en el espacio- a un imperio inmemorial; o en los interminables pliegues del velo de Maya; o en los paisajes sin tiempo del alma. Y es que en esta obra, más que el tiempo se come a la vida, el espacio se come al tiempo."

Pincel siempre en actividad

Gunther Gerzso nació el 17 de junio de 1915 en la ciudad de México. Su padre fue Oscar Gerzso, un hombre de negocios relativamente próspero, sin ningún interés particular por las artes, y su madre Dore Wendland, cantante y pianista alemana nacida en Berlín, miembro de una familia de ocho hijos. Su tío, Hans Wendland, determinante en su vida, fue anticuario, coleccionista y discípulo del suizo Heinrich Wolffin, célebre historiador de arte.

El padre de Gunther murió en 1916, al año siguiente su madre contrajo nuevas nupcias y en 1922 la familia se va a residir a Europa. Después de un fracasado intento por estudiar en las escuelas suizo-alemanas de la región y de contratar un tutor alemán, se incribe al adolescente Gerzso en una escuela franco-suiza, en Lausana.

A los 14 años recibe un regalo de Navidad que le cambiaría la vida: un libro de Le Corbusier, La arquitectura del futuro. En esa época Gunther vivía con su tío Hans y participó en numerosas veladas en las cuales conoció a destacados historiadores de arte, escritores y artistas, entre otros a Paul Klee. También tuvo contacto con Nando Tamberlani, escenógrafo italiano que influyó en su decisión de convertirse en escenógrafo.

En 1931, debido a problemas económicos, Gunther regresó a México para vivir con su madre y su hermana Dore. Durante esa época realiza dibujos para vestuarios y escenografía teatral. En 1934 conoce a Fernando Wagner, actor, productor y director de teatro, quien utilizó los diseños del novel artista en el montaje de algunas obras de Moliére, Lope de Vega y Shakespeare, dirigidas por el propio Wagner.

Al poco tiempo realiza un viaje a Estados Unidos para estudiar en el Cleveland Playhouse y se convierte en escenógrafo profesional de teatro (en cuatro años realiza diseños para aproximadamente 56 foto- GUN obras). Estas primeras creaciones fueron expuestas en 1939 en el Museo de Arte de Cleveland.

Así es como inicia su trayectoria de pintor autodidacta. Su primer cuadro, Dos mujeres (1940), en opinión de diversos críticos, tiene una marcada influencia del artista mexicano Carlos Orozco Romero.

En 1941 el productor Francisco Cabrera le ofrece diseñar los decorados para la versión cinematográfica de la novela Santa, de Federico Gamboa. Durante los siguientes 20 años Gerzso diseña la escenografía de unas 250 películas y trabaja con directores como Luis Buñuel, John Ford e Yves Allegret. Sus constantes viajes por México para asistir al rodaje de la cintas, despiertan en él un gran interés por el arte precolombino.

En 1944 conoce al grupo de surrealistas refugiados en México: Benjamín Peret, Leonora Carrington, Remedios Varo y Wolfgang Paalen, y su pintura es influenciada por este movimiento. Su primera exposición individual se realiza en la Galería de Arte Mexicano, de Inés Amor, con obras de inspiración surrealista.

Cuando se retira de las actividades de escenógrafo de cine, su producción artística pasa por un periodo de relativa tranquilidad y reaparece la influencia prehispánica en sus obras. En 1963 el Museo Nacional de Arte Moderno organiza la primera retrospectiva de Gerzso.

En los años setenta, luego de recibir la beca Guggenheim, es invitado a trabajar en el Tamarind Institute de la Universidad de Nuevo México, en donde experimenta por primera vez en el campo de las artes gráficas. Es este viaje (1974) elabora las primera litografías de su carrera artística. Fue un pincel que, indagando en diversas técnicas, nunca dejó de fluir.

Elegante salida de un laberinto

''Hay quienes piensan que Gerzso tiene años, décadas, pintando el mismo cuadro. A esta aseveración trivial cabe responder, una vez más, con una paradoja cifrada en versos del gran poeta lisboeta (Fernando Pessoa): Gerzso ha monotonizado su pintura para que no sea monótona. Poniendo en práctica no sólo la lección de Cézanne sino la de otros maestros del color como Matisse y Bonnard, así como sacando provecho de las ricas posibilidades de la austeridad puesta en práctica en la obra de maestros como Albers, Mondrian y Rothko, Gerzso se ha valido de una gama sutil e infinitamente variada de matices y tonalidades en su paleta para pulverizar la monotonía de sus composiciones", apunta Alberto Blanco.

En este sentido, el poeta invita a mirar la obra de Gunther como si ésta invadiera el ánimo a manera de obra de teatro ''que versa sobre el teatro y busca disolver el teatro. En el ambiguo reino de la pintura moderna y contemporánea, desgarrado entre la presencia y el simulacro, entre la presentación o la representación, la pintura de Gerzso nos ofrece no sólo una elegante salida de este laberinto, sino que nos hace partícipes y hasta oficiantes de una conmovedora profesión de fe en las bondades de su arte y de su oficio."

(Gunther Gerzso. Una década, 1900-2000 se inaugura hoy, a las 19:30 horas, y culminará el sábado 2 de diciembre. La cita es en la Galería López Quiroga, en Aristóteles 169, esquina Horacio, Polanco.)