VIERNES 10 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Los Arcos del Tercer Milenio, en Guadalajara


$20.9 millones del presupuesto público para una escultura

Ť La obra de Sebastián inicialmente la financiarían particulares

Arturo Cano Ť Ahora sí ya entendimos. En agosto pasado el cardenal de Guadalajara Juan Sandoval Iñiguez ofreció pagar 300 dólares por la obra La Patrona, de Manuel Ahumada -una "dizque obra de arte", dijo-, destruida por dos vándalos.

En las últimas semanas, Sandoval se ha convertido en promotor de los Arcos del Tercer Milenio, obra de Sebastián (Enrique Carbajal): "No sólo de pan vive el hombre, también existe la necesidad de la verdad y la belleza y una obra de arte satisface las necesidades de carácter espiritual", dice el cardenal en un spot televisivo.

El ayuntamiento de Guadalajara ha tenido que echar mano de la influencia del jerarca católico y de otros personajes debido a los fuertes cuestionamientos que ha recibido una obra que, dijeron primero, no significaría ningún costo para el erario público y que sería inaugurada el 31 de diciembre de 1999.

Ni lo uno ni lo otro.

"Los Arcos pueden costar 30, 40 ó 50 millones de pesos. Lo importante es cuánto le van a costar al ayuntamiento", dice Eduardo Rosales, panista y regidor de Cultura del cabildo tapatío.

-ƑY eso cuánto es?

-Le van a costar 20.9 millones y calculamos que el costo total será de 30.

La glorieta McDonald's

Si usted visita Guadalajara ya puede ver dos -los más pequeños- de los seis arcos de Sebastián. Desde la avenida Mariano Otero, una vialidad elevada, se mira el trajín de soldadores mientras abajo siguen los trabajos para la cimentación (los seis arcos pesarán mil toneladas). Antes de que acabe el año, según las autoridades -y hasta el 2001 según los expertos-, estará terminado el arco más grande (52 metros, es decir, el equivalente a un edificio de 17 pisos).

Entonces serán pintados de amarillo (igual que El Caballito, de la Ciudad de México).

La forma y el color han llevado a algunos de los opositores a los Arcos, como el arquitecto Alfredo Varela, a sugerir a las autoridades tapatías que le cobren regalías a la trasnacional de comida rápida McDonald's.

Promotor y jurado

ƑDe dónde nació la idea de los Arcos?

Algunos atribuyen el proyecto a los buenos oficios de Jorge Mendiola -dueño de una empresa de accesorios metálicos y amigo común del entonces alcalde y hoy candidato panista a gobernador Francisco Ramírez Acuña- y del escultor.

El regidor Rosales lo deja así: "Yo hablé con Sebastián de alguna forma".

El caso es que para darle legitimidad, el ayuntamiento integró un comité con cuatro reconocidos arquitectos y un promotor de arte. El promotor es Enrique Lázaro, quien entre sus actividades tiene la de ser galerista y representante... del escultor Sebastián.

Juan José Doñan, profesor de la Universidad de Guadalajara y quien ha seguido el asunto desde su columna en un diario local, dice que se imagina perfectamente la escena: "Enrique Lázaro diciendo a Sebastián: 'Haz aquí la escultura más grande de tu vida'".

Después de eso, convencer a las autoridades de Guadalajara habría sido fácil: "Ellos confunden lo grandote con lo grandioso", dice Doñan.

Y lo grandote, completa, se llevará una inversión que en tres años no tuvo toda el área de cultura del ayuntamiento.

El regalo y el huarache

La demora en la construcción propició que se convirtieran en uno de los temas de las campañas electorales.

"Al no haber ningún elemento por dónde golpear, particularmente a Paco (Ramírez Acuña) se lanzaron sobre los Arcos", dice Rosales.

"Ahora nos acusan de politizar el asunto, pero hace un año nos ignoraron", dice el arquitecto Sergio Valdés, del Colegio de Arquitectos y Urbanistas de Jalisco. arcos

En contrapunto, el regidor Rosales dice que la "politización" de los Arcos ha propiciado que se digan falsedades. Por ejemplo, que la pintura costará cuatro millones de pesos. "Y no es cierto, va a salir gratis".

Sí, la empresa Comex regalará la pintura (un millón de pesos) y uno de los integrantes del patronato costeará la mano de obra.

En todo caso, el costo final de los Arcos está en veremos. Algunos especialistas jalisicienses calculan que, conservadoramente, tendrán un costo de más de 36 millones de pesos. Y otros hacen números hasta llegar a 50.

Lejos del gasto aprobado por el cabildo el 18 de julio de 1999, con el voto unánime de los regidores del PRI, el PAN y el PRD. Es "un trabajo que Sebastián regala", presumían poco antes las autoridades locales.

El arreglo fue simple: "Le damos a Sebastián 12 millones y él entrega una escultura", dice el regidor Rosales y agrega: "Desde un principio se dijo que iba a haber gastos adicionales".

En diciembre pasado, un directivo de la Cámara de la Industria Metalmecánica local resumía: "El ayuntamiento es mal comprador y Sebastián muy buen vendedor".

Las autoridades argumentan que no se podía saber cuánto iba a costar la obra porque se desconocían tanto el peso de cada arco y por lo tanto los costos de la cimentación y de los fletes.

La regidora priísta Dolores Guzmán se avergüenza a toro pasado: "De plano nos vieron el huarache".

En su descargo, habla de la disciplina de partido y de las promesas que les hicieron a cambio de su voto. Dice que les prometieron que se realizarían diversas obras de rehabilitación en barrios tradicionales de la ciudad. "Ninguna se ha hecho".

Seis millones en publicidad

La campaña contra de los Arcos, se queja Rosales, ha dificultado que el Patronato obtenga más donaciones: sólo ha logrado reunir tres millones de pesos.

Uno de los paganos de esas dificultades es -según el regidor- el escultor: "Está perdiendo dinero".

Con todo, al costo de los Arcos hay que añadir los $6 millones que los medios de comunicación locales han donado en espacios publicitarios.

Y los cinco millones de pesos que ofreció el el gobernador Alberto Cárdenas Jiménez el 20 de septiembre.

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"En el fondo el PRI plantea que no se debe gastar un solo peso en cuestiones culturales", lanza Rosales.

Ciertamente, el PRI y su candidato a la gubernatura Jorge Arana aprovecharon el rechazo general (dos tercios de los habitantes de Guadalajara se oponen a la obra, según encuestas) para sacar raja electoral. El 22 de octubre tuvieron un mitin en los Arcos auténticos (construidos en 1942) y Arana ofreció vender los Arcos del Tercer Milenio como "fierro viejo".

El candidato del PAN le había facilitado las cosas: "Es una obra tan importante como una pavimentación", decía, todavía alcalde, en septiembre de 1999.

Ya como candidato participó, el 16 de julio, en una subasta a beneficio de la obra. Pero desatada la polémica reculó: "No soy parte de los Arcos, son un proyecto del ayuntamiento".

Los opositores, claro, no se hayan sólo en el PRI. Colegios de profesionistas y otros sectores han puesto en duda diversos aspectos del proyecto.

"Fue una obra asignada por dedazo y además mintieron: dijeron que no habría un solo peso de dineros públicos y más tarde que esos recursos se iban a recuperar", dice Doñan.

Alfredo Varela, perito en obras, dice: "No hay nada contra Sebastián, pero la ubicación urbana es nefasta".

Varela encabezó a un grupo de arquitectos que desde septiembre del año pasado pidieron una consulta a los ciudadanos; un análisis urbano para evaluar la localización de la obra, atender los planes parciales de desarrrollo urbano; estudios viales y de impacto ambiental, y el proyecto de financiamiento.

Los especialistas también se dirigieron a la procuraduría Urbana estatal, la cual les dio una victoria parcial al responder que no podrá darse al lugar un uso distinto al permitido para los "espacios verdes abiertos".

El ayuntamiento tapatío pretendía convertir el sitio en una plaza pública, con una tienda, puentes y un túnel para que la gente pudiera llegar al pie del conjunto escultórico.

Tales obras requerían de un plan parcial y diversos permisos. De modo que las autoridades optaron por cancelar esa parte del proyecto.

"En el momento que baje una persona a la glorieta será un espacio público y nosotros actuaremos legalmente", dice el arquitecto Varela.

Lluvia de críticas

El regidor Rosales tiene una queja: de marzo, cuando se presentó el proyecto, a julio de 1999, cuando fue aprobado en una sesión de cabildo, nadie dijo nada: "A falta de mecanismos de consulta yo tengo derecho, como autoridad, a creer que no hay oposición".

Pero el procurador urbano del estado de Jalisco Jaime Cuevas tiene otra idea: "Es lamentable que no se hayan realizado los estudios adecuados y que aún haya aspectos de la obra que se mantengan en secreto" (Público, 9 de octubre de 2000).

Las críticas, que comenzaron a llover tres la sesión de cabildo, arreciaron tras el inicio de las obras.

En los primeros trabajos rompieron un tubo de agua y algunos vecinos se quedaron sin el líquido. De ahí se apañaron los críticos para armar una larga lista de inconsistencias y violaciones.

"Violaron reglamentos para realizar su capricho", dice el arquitecto Varela.

Ya iniciada la obra, los costos se fueron al cielo. Subió el precio del acero, lo cual elevó el costo en 900 mil pesos (un asunto sin importancia, dijo el escultor).

Los imprevistos se multiplicaron: por ejemplo, tuvieron que mover un ducto de Pemex y hoy se realizan los trabajos para mover las torres de alta tensión que pasan por allí.

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Para los panistas, los Arcos forman parte de "un proyecto integral" de renovación de la imagen urbana.

"Hubiera sido muy fácil echarnos para atrás hace cuatro meses. Pero Guadalajara necesita este tipo de obras", dice Rosales.

Para la regidora Guzmán todo se reduce a un "encaprichamiento": "Si los priístas fuéramos humildes seguiríamos en el poder, pero a los panistas nadie les gana a soberbios".

"En el peor de los casos sería una equivocación y no una falta", replica Rosales.

"La única posibilidad de que la obra se concluya es que Ramírez Acuña sea gobernador", dice el arquitecto Valdez Angulo.

Si nos atenemos a las encuestas, Guadalajara tendrá Arcos del Tercer Milenio y Sebastián su mayor escultura monumental. Y, claro, según los detractores, McDonald's, tendrá publicidad gratis.