Ojarasca 44  diciembre 2000


Ejidos, pueblos y comunidades

del Anáhuac

19 2sin duda, al filo del siglo nuevo, y con los entreveros de la globalidad que se cierne, son las comunidades más amenazadas, es decir, las que tienen más contacto o cercanía con las entretelas del capital, aquellas que sienten más la experiencia de frontera difusa, las que han logrado poner en perspectiva su propia historia y su idea de comunidad y la pertinencia que ésta tiene. Son ellas quienes pueden evaluar con mayor profundidad la urgencia de la defensa en la que están comprometidas. Como ejemplo paradójico, las comunidades campesinas --mayormente indígenas-- aledañas al Distrito Federal que habitan en zonas de bosque, lago o pastizal, en un total de 88 mil hectáreas, saben, nadie más lo parece notar, que si las comunidades sucumben para convertirse en barrios urbanos caóticos --no anárquicos-- como hace proliferar la miseria que produce el capital, lapropia ciudad está en peligro de un colapso. Lo tienen muy claro. Son ellos que con su defensa de los bosques y mantos acuíferos, garantizan la recarga necesaria de oxígeno y agua para la urbe. El trabajo comunal y su responsabilidad de cuidar el mundo, otro ideal que sigue vivo en los ámbitos comunitarios, al mantener una estrecha resistencia al embate de la mancha urbana, son una de las pocas salidas que permitirán un futuro abierto para el df.

Por eso, el pasado 25 de noviembre se celebró en el Convento del Parque Nacional Desierto de Los Leones, en el territorio comunal de San Mateo Tlaltenango, Cuajimalpa, Distrito Federal, el Primer Congreso de Pueblos Originarios del Anáhuac. En el acto, que tuvo como marco el 89º aniversario de la firma del Plan de Ayala, participaron más de trescientos delegados de más de treinta comunidades de los pueblos nahuas del Distrito Federal y Morelos, y los pueblos hñahñu del Estado de México.

Por la delegación Milpa Alta llegaron representaciones y grupos campesinos de Villa Milpa Alta, San Francisco Tecoxpa, San Juan Tepenáhuac, San Agustín Ohtenco, Santa Ana Tlacotenco, San Pedro Atocpan, San Jerónimo Miacatlán y San Pablo Oxtotepec, todos de la Delegación de Milpa Alta. De Xochimilco asistieron Santiago Tulyehualco, San Gregorio Atlapulco, San Francisco Tlalnepantla, San Mateo Xalpa y San Luis Tlaxialtemanco. De Tlalpan asistieron San Miguel y Santo Tomás Ajusco y San Andrés Totoltepec. Por Magdalena Contreras asistieron comuneros de la propia Magdalena Contreras y la Representación Comunal de San Nicolás Totolapan. De Cuajimalpa estuvieron presentes el comisariado comunal de San Mateo Tlaltenango y la comunidad que representan, y el pueblo de San Pablo Chimalpa, además habitantes originarios del Pueblo de Coyoacán.

Por Morelos participaron las representaciones comunales y grupos campesinos de Tepoztlán, San Juan Tlacotenco, Ocotepec, Amatlán y Xoxocotla, y organizaciones fraternas como la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos y la Universidad Náhuatl.

Por el Estado de México asistieron la representación comunal de San Pedro Atlapulco, los comuneros de San Jerónimo Acazulco, la Unión de Pueblos de Ecatepec y el Consejo de la Nacionalidad Otomí,

Estuvieron también presentes diversas organizaciones de la sociedad civil.

Además de una declaración conjunta, los representantes de los pueblos originarios del Distrito Federal "resolvieron iniciar acciones que podrían concluir en el cierre de carreteras y la insurgencia indígena pacífica, si no se frena el crecimiento urbano sobre sus pueblos y sus bosques. Acordaron fortalecer su unidad y organización y la formación de tres comisiones coordinadoras regionales (una por entidad federativa) y una comisión coordinadora general.

Ojarasca presenta el documento suscrito por los delegados.

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