JUEVES 28 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Propone Alampyme un instituto de fomento empresarial


Riesgoso, dejar que las ONG canalicen los microcréditos

Ť Fracasaron los fideicomisos manejados por la IP, asegura

David Zúñiga /II y última Ť La Red de Centro Regionales para la Competitividad Empresarial (Crece), el Comité Nacional de Productividad e Innovación Tecnológica (Compite), fideicomisos integrados con recursos públicos y administrados por organismos empresariales, deben desaparecer para dejar su lugar a un instituto de fomento empresarial que maneje sus recursos en forma transparente, aseguró el representante de la Asociación Latinoamericana de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Alampyme), Adán Rivera García.

En entrevista, el también ex presidente de la Asociación Nacional de Industriales de la Transformación (ANIT), aseguró que las cifras dadas a conocer por la Red Centro-Crece no corresponden con la realidad, pues el ex secretario de Comercio Herminio Blanco Mendoza reconoció, a mediados del año pasado, que ese fideicomiso, en el cual participan la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), apenas había apoyado a 6 mil empresas desde su creación, en 1996.

Rivera señaló que los recursos de la red (aproximadamente 200 millones de pesos en este año) se le quitaron al gasto social en beneficio de unos cuantos negocios, y son un subsidio para que las empresas reciban servicios que deberían darles las propias cámaras a cambio de sus cuotas.

El dirigente aclara que no está en contra de los instrumentos de fomento empresarial, pero duda que puedan manejarse en forma clara si están en manos de organismos empresariales. Una alternativa, dice, es crear un instituto en el que participen funcionarios, técnicos, académicos e investigadores para crear una verdadera vinculación entre las instituciones de educación técnica y superior y el sector productivo.

De la misma forma, considera que si el Sistema de Información Empresarial Mexicano quedara en manos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en lugar de usarlo para darle "vida artificial" a las cámaras y confederaciones, la mayoría de los empresarios estarían menos reticentes a inscribirse en un padrón cuya información es vital para reconstruir cadenas productivas y para reforzar el mercado interno y el comercio exterior.

Si el nuevo gobierno realmente desea reactivar al sector productivo, agregó Rivera García, debe empezar por restablecer cadenas en las principales ciudades del país para que éstas se conviertan en polos de desarrollo y "jalen" a empresas establecidas en localidades más pequeñas, pero también es necesario hacer extensiva la capacitación.

Sobre el programa de microcréditos productivos anunciado por la Secretaría de Economía, Rivera considera que los montos son "insignificantes"; además, advierte que canalizar estos recursos a través de organizaciones no gubernamentales implica grandes riesgos. "ƑCuál será la ONG que pueda garantizar el cobro del crédito y evitar que se repitan los regalos de Nacional Financiera en tiempos de Oscar Espinosa Villarreal? Hay que ser eficientes en la recuperación de los créditos, pues se trata de dinero de la sociedad, no de recursos aportados por los Amigos de Fox ni por organizaciones extranjeras", advirtió.

Las cámaras y confederaciones, remata, deben mantenerse al margen de este sistema, pues ni siquiera han podido sanear sus finanzas.