JUEVES 28 DE DICIEMBRE DE 2000

 


Ť Teresa del Conde Ť

Buenas nuevas culturales

šPor fin!, se nos aclaran algunas cosas, que me complace relatarlas a los lectores. Resulta que sí se crea la Secretaría de la Cultura y que el titular es Miguel Limón Rojas. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) por supuesto que sigue existiendo, bajo la presidencia de Sari (Sara Guadalupe Bermúdez), quien recibió hoy del recién nombrado ministro un enorme ramo de magnolias con la indicación de invitar a tres asesores, llamémosles ''íntimos".

Dichas personas se reunirán con ella una o dos veces por semana en la casona de Arenal, pero no se les servirá ni desayuno ni comida alguna, sólo, si acaso, jugo de naranja. Una servidora estaría entre los invitados.

Se propone que todos los asesores habidos y por haber retomemos los conceptos de Wittggenstein acerca del lenguaje (para poderlos transmitir adecuadamente).

Las becas del Fonca continúan, y šsuerte para los becarios nuevos!, ya que no habrá intermitencias trianuales. Se exigirá, eso sí, a los becarios artistas la donación de una obra al año (aparte de las que entreguen como impuestos en especie), que un jurado alternativo eligirá. El contingente así recabado se asignará a museos del interior de la República, pero aquellos recintos del DF que debido a su vocación soliciten algo podrán hacerlo con la posibilidad de que sus directivos integren las obras al acervo del museo, o bien, las asignen a sus patronatos o sociedades de amigos, en cuyo caso podrán ser puestas a la venta o sometidas a pública subasta con Louis López Morton, quien ha ofrecido no cobrar por el servicio. Las subastas serán gritadas por Felipe Ehrenberg y el propio López Morton. Lo que se recaude queda bajo la administración del museo en cuestión, con la condición de que se invierta en infraestructura.

Aparte hay tarea para todos los becarios, incluidos los eméritos. Tienen la obligación de presentar un resumen trimestral estrictamente crítico (nothing if not critical) sobre los devenires de la propia Secretaría y sobre el CNCA en todas sus dependencias. El Sistema Nacional de Investigadores (SNI) seguirá como va. Pero, šbuenas noticias! ya no se conminará a los investigadores nivel III área de Ciencias Sociales y Humanidades a realizar una investigación exhaustiva sobre sí mismos para recalificarlos cada cuatro años. Se pedirá sólo (se supone que todos somos personas maduras) que presentemos el mejor trabajo en investigación, así como en docencia, realizado anualmente. A todos los ayudantes de investigador se les dotará de una computadora Compaq o Mac, último modelo, con acceso a Internet.

Por medio de un Patronato Universitario se dotará al Instituto de Investigaciones Estéticas de los medios para construir el edificio anexo que permitirá poner al día e incrementar la biblioteca, pues como todos sabemos es una de las más famosas del mundo en el rubro que le corresponde.

A su vez, el INBA recibirá un subsidio duplicado respecto de los asignados en años anteriores, con objeto -no de aumentar la nómina- sino de mejorar infraestructuras. De todos los museos (ya tenemos el magnífico ejemplo del Munal) y de realizar proyectos de envergadura, así como de aumentar con razonable lógica los acervos. Se dice, por ejemplo, que se adquirirá un Giacometti para el Museo Tamayo. Los grandes empresarios y hasta los medianos se han comprometido de corazón a coadyuvar en esta labor.

En conjunción con las áreas científicas de la UNAM, la UAM, y otras universidades e instituciones ad hoc, se abrirá un concurso nacional encaminado a encontrar el modo de editar libros y catálogos en tirajes inferiores a los 250 ejemplares.

El cine mexicano de los años noventa ha repuntado notablemente. pensemos en Luis Estrada, Oscar Urrutia Lazo, Alejandro González Iñárritu, Juan Carlos de Llaca, Fernando Sariñana, Carlos Bolado, por mencionar a unos cuantos de los que todavía no son tan famosos como Carlos Carrera, Guita Schyfter, Gabriel Retes o Arturo Ripstein. Por tanto, se harán un mínimo de 32 películas al año, ya que el sistema digital abarata los costos, según ya lo mostró el último de los mencionados. Todas las cadenas comerciales están ya de acuerdo en exhibir por lo menos una película mexicana, que permanecerá en cartelera mínimo seis semanas.

Los proyectos de exposiciones de arte del siglo XX que se preparen para el extranjero tendrán como punto de partida el año 1950 y como límite el 2001 (por lo pronto). Y la ley de importación temporal o permanente que entorpece la libre circulación internacional del arte, ya fue abrogada después de inteligentísima discusión en las cámaras.