SABADO Ť 6 Ť ENERO Ť 2001

El siglo XX, centuria de los asesinos seriales


Más crueles que Jack el Destripador

Londres, 5 de enero. El médico británico Harold Shipman, condenado hace un año a cadena perpetua por el asesinato de 15 de sus pacientes, pudo haber quitado la vida a un total de 265 personas, según nuevos datos de investigaciones policiales. De comprobarse esta cifra de muertes, que bien podía ascender a más de 300, Shipman, quien ya fue bautizado por la prensa como El Mengele británico, podría convertirse en el mayor homicida serial de Gran Bretaña, dejando atrás al victoriano Jack el Destripador, quien despedazó a decenas de prostitutas, y al matrimonio formado por Rosemary y Frederik West, condenados a cadena perpetua en 1995, quienes confesaron haber asesinado a 18 niñas y jovencitas, incluidas sus propias hijas.

El término "asesino serial" fue acuñado en la década de los setenta por Robert Ressler, quien entonces trabajaba en la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y se encargaba de hacer perfiles sicológicos de criminales. Entonces existía ya una distinción entre quienes mataban con un móvil determinado y quienes lo ha- cían sin motivo aparente, pero Ressler señaló que entre estos últimos había también quienes lo hacían con frecuencia y regularidad, y si bien no tenían móvil, sí existía una planeación y un afán dramático que denotaba la clara intención de cumplir un escenario ya imaginado. Esto distingue a los criminales seriales de los "asesinos en masa".

Expertos estadunidenses ya han hecho un bosquejo del asesino serial característico de su país: un hombre blanco que empieza a matar alrededor de los 30 años cumpliendo fantasías que gesta desde la adolescencia o infancia, con una inteligencia superior al promedio sin llegar a ser genial, que además padece niveles de sicosis que, sin embargo, le permiten funcionar en sociedad. Con frecuencia estos sujetos son descritos por sus vecinos como personas tranquilas, respetuosas, aunque algo taciturnas.

Se considera que la única "asesina serial" que ha habido en Estados Unidos fue Aileen Kouros, ejecutada hace unos años. Ella, quien era prostituta y mató a ocho de sus clientes siguiendo un aparente patrón, alegó defensa propia durante el juicio. La existencia de un móvil -ella decía sentir una repentina e incontrolable repugnancia por sus clientes- hace que muchos criminólogos la exenten de la definición de "asesina serial".

También se cree que los asesinos seriales prefieren matar teniendo contacto físico con su víctima, por lo que favorecen el estrangulamiento y el apuñalamiento. Una excepción fue el famoso Hijo de Sam, que ultimaba a sus víctimas con un rifle con mira telescópica. Sin embargo, los expertos consideran que como solía ensañarse con parejas de jóvenes en sus autos, el elemento táctil-emocional estaba, de todas formas, presente en sus acciones.

En 1966, sólo 6 por ciento de los homicidios ocurridos en Estados Unidos fueron considerados "sin motivo". Para 1985 esta cifra había alcanzado 20 por ciento y el número ha ido en aumento. Para 1994 se consideraba que todo ciudadano estadunidense tiene una probabilidad de uno entre 40 mil de convertirse en la víctima de un asesino serial.

Hay criminalistas que sostienen que la figura del asesino serial se ha "inflado" con el próposito de cerrar casos nunca explicados. Es decir, que cuando se comprueba que un individuo mató repetidamente, las policías estatales tienden a "cargar a su cuenta" a otras víctimas, independientemente de si hay indicios o no de que él fue el responsable.

Aunque la mayoría de los estudios sobre la figura del asesino serial son estadunidenses, al igual que casi todas las películas sobre el tema, Estados Unidos está lejos de tener el monopolio de estos casos. En Colombia fue condenado el año pasado a 835 años Luis Alfredo Garavito, El Monstruo de Génova, luego de que confesó 189 asesinatos. En Rusia, Andrei Chikatilo, alias El Carnicero de Rostov, fue ejecutado en 1994 tras comprobársele 52 homicidios, mientras que en Ucrania, Anatoli Onoprienko fue condenado a prisión perpetua en 1998 por haber matado a 52 personas.

En Pakistán, Javed Igbal fue condenado luego de que confesó haber quitado la vida a 17 personas, y en Sudáfrica, Moses Sithole fue condenado a 2 mil 410 años de prisión por 38 crímenes.

Entre los asesinos seriales legendarios europeos se encuentran El Vampiro de Dusseldorf, decapitado en 1931, y el famoso asesino de mujeres solitarias, Genri Désire Landru, ejecutado en 1922. BASADO EN INFORMACION DE AGENCIAS Y EN EL ENSAYO LA MOTIVACION Y PERSONALIDAD DEL ASESINO SERIAL, DE SEAN WOLF HILL, 1994.