LUNES Ť 8 Ť ENERO Ť 2001

Ť Teme el Ejército movilización de bases zapatistas

En alerta, cinco campamentos militares de la selva Lacandona

Ť Presionan rebeldes por el retiro de tropas Ť Confirman que los soldados están fortaleciendo sus posiciones

JUAN BALBOA CORRESPONSAL

campamentos militares de la selva lacandona, chis., 7 de enero. De Roberto Barrios a Guadalupe Tepeyac; de Río Euseba a Cuxuljá, pasando por La Garrucha, el Ejército Mexicano puso en estado de alerta a los cinco campamentos cercanos a los Aguascalientes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), ante las inminentes ?aseguran mandos castrenses? movilizaciones de bases zapatistas para presionar y acelerar la salida de los asentamientos militares.

En sus entradas se construyen trincheras, se hacen profundas zanjas, se colocan decenas de metros de serpentinas puntiagudas y se fortalecen sus elementos con soldados venidos de otros destacamentos cercanos o de las comandancias de la 38 y 39 zonas militares con sede en Tenosique, Tabasco, y la cabecera municipal de Ocosingo, Chiapas, respectivamente.

En un recorrido de La Jornada por los cinco asentamientos castrenses que permanecen en la zona y cuyo retiro forma parte de las tres condiciones propuestas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), para reanudar el diálogo de paz ?suspendido hace exactamente cuatro años?, se confirmó que el Ejército Mexicano está fortificando dichas posiciones y no existen signos de que los militares se retirarían en un corto plazo.

La tranquilidad en la zona de las cañadas de la selva Lacandona es interrumpida, de vez en vez, por el movimiento y ruido constante de hombres que, con picos y palas, construyen nuevas zanjas defensivas.

"En la Garrucha no hay orden de retiro"

El general Sánchez es cortante en sus palabras cuando se le pregunta sobre el retiro de sus tropas del campamento de La Garrucha. La respuesta es la misma en cada uno de los cinco campamentos visitados: "No hay orden de retirarse, nosotros seguiremos aquí, tal y como es la orden del Presidente de la República".

Responsable del asentamiento castrense construido a fines de 1995, el general Sánchez vigila personalmente los trabajos que realizan unas dos docenas de soldados ?algunos de ellos del segundo batallón de la Policía Militar? a la entrada del campamento. Supervisa la construcción de una zanja de poco más de un metro de altura. Se mueve con sigilo, atrás de él siempre camina el encargado de las comunicaciones.

Los implementos castrenses que trae consigo el general Sánchez hacen pensar que está listo para la guerra, en especial por el casco que le cubre la cabeza. Su estatura baja contrasta con el segundo al mando que también lo sigue en cada paso que da.

"No tenemos ninguna novedad, nosotros permaneceremos hasta que tengamos nuevas ordenes", insiste en responder una, otra, y otra vez a los periodistas que lo inquirieron.

En la Garrucha, los militares excavan nuevas trincheras a la entrada del fortín mientras sus armas descansan apiladas al lado del general Sánchez. Los militares han retirado el retén de la carretera que comunica a toda la cañada de Patihuiz; sólo mantienen el registro indiscreto de las placas de los vehículos que pasan por el cuartel.

A escaso medio kilómetro, 30 simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional construyen con madera algo que se asemeja a un auditorio. Uno de ellos, Vicente, confirma a los periodistas que al campamento militar arribaron MEXICO_CHIAPAS dos camiones con soldados.

"El sub (el subcomandante Marcos) pidió que salieran los siete campamentos; sólo se ha ido el de Amador Hernández. Es pura mentira de Fox, los militares no se van, al contrario se están fortaleciendo con más tropa y construyen más trincheras", aseguró.

Redoblan vigilancia en Río Euseba

En el campamento de Río Euseba, municipio de Las Margaritas, dos vehículos Hummer artillados vigilan las 24 horas la carretera de terracería que comunica a La Realidad, uno de los cinco Aguascalientes del EZLN, y cerca de 20 soldados apostados en lo alto del campamento vigilan cada movimientos de lo que pasa de los dos lados del río.

El campamento castrense de Río Euseba es uno de los últimos establecidos por el Ejército Mexicano en su avance ininterrumpido realizado durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo. Nació hace tres años con el agrupamiento Canador. Actualmente se encuentran asentados soldados del noveno Regimiento de Caballería Motorizada.

El responsable de las labores militares en el asentamiento, el general Carlos Valle, no acepta ser entrevistado pero señala que hasta el momento todo está en calma, "hay tranquilidad".

Vestido con un traje recién planchado, afeitado y con una amabilidad pocas veces vista entre los militares de la zona de conflicto, el general Valle confirma que "ni hacen maleta ni están pensando en irse".

"Esperamos órdenes superiores, pero como usted ve aquí todo está tranquilo y las labores son normales", puntualiza.

A unos 25 kilómetros de Río Euseba, pasando la comunidad zapatista de La Realidad, se encuentra el campamento de Guadalupe Tepeyac. Ahí todo es silencio, sólo los rezos de tres extranjeros cristianos que piden la desmilitarización de Chiapas se escuchan por largos minutos.

Sorprende ver dentro del campamento que no existe ni un solo vehículo militar. El movimiento de soldados es apenas perceptible. Afuera del asentamiento, uno de los militares de rango busca información de los extranjeros haciéndose pasar por un trabajador del hospital del Seguro Social.

200 elementos más en Cuxuljá

En el campamento de Cuxuljá, en el municipio de Ocosingo, han llegado unos 200 elementos más para apoyar las labores del asentamiento. Las entradas se fortifican, en las orillas se ponen dos filas de serpentinas y los puestos de observación aumentaron. Temen que simpatizantes zapatistas del municipio autónomo Ernesto Che Guevara inicien movilizaciones en su contra.

En Roberto Barrios, en el municipio de Palenque, la historia se repite desde el pasado primero de enero: más soldados, nuevas trincheras y dos inmensas filas de serpentinas de acero alrededor del campamento.

Es un secreto a voces, en la zona de conflicto, que la Secretaría de la Defensa Nacional puso en alerta a los cinco campamentos militares (Roberto Barrios, La Garrucha, Río Euseba, Guadalupe Tepeyac y Cuxuljá) cuyo retiro es exigido por el Ejército Zapatista para reanudar el diálogo de paz que se suspendió hace cuatro años.

En la zona de conflicto existe una aparente calma en medio de rumores, tensiones y la espera de la orden del presidente Vicente Fox para abandonar esas cinco posiciones de unas 200 del Ejército Mexicano en Chiapas.