LUNES Ť 8 Ť ENERO Ť 2001

La creíble y vera historia de Kalimán, el hombre increíble /I


CÉSAR GÜEMES

El único superhéroe mexicano: Suena fuerte y lo es. No ha habido en toda la existencia de la historieta mexicana un éxito nacional comparable al que tuvo y mantiene la publicación Kalimán. Un solo dato bastaría para sostener la afirmación: hasta la fecha, y desde que comenzó a circular semanalmente en 1965, el cómic ha vendido mil millones de ejemplares.

Pero esos mil millones repartidos en los más variados seriales de aventuras del personaje no impiden que su gusto entre el público tenga una explicación concreta, lógica, acorde con la idiosincrasia que nos caracteriza. Vamos, la cifra es muy elevada y tan sólo equiparable a los grandes éxitos de marketing que provienen del mercado editorial estadunidense. Kalimán, por su parte, llegó a los puestos de periódicos cuando en el mexicano domicilio el índice de analfabetismo era considerablemente más amplio de lo que hoy campea. Y, sin embargo, a partir de un fenómeno de comunicación que poco tiene que ver con la publicidad o el "mercadeo" modernos, ha sobrevivido ya 35 años, impasible ante los embates de cualquier historieta trasnacional que pueda conseguirse en nuestro país.

Lejos del chovinismo, el hecho de que el 17 de noviembre de 1965 se haya realizado el primer tiraje de la revista con un total de 100 mil ejemplares, y a media semana fuese necesario imprimir otra suma considerable por la demanda de los lectores, merece la pena de formularse varias interrogantes y encontrar sus consecuentes respuestas. De dos de ellas se pueden desprender las secundarias del presente texto: Ƒa qué podemos atribuir la buena suerte con que ha corrido el personaje desde su nacimiento? Y, desde luego, aunque no sólo como curiosidad periodística, Ƒa quién pertenecen los derechos de impresión de un cómic a la vista tan entrañable para México?

La radio como fuente materna: De la imaginación de Modesto Vázquez González y Rafael Cutberto Navarro vino a nacer con el nombre de Kalimán el sujeto que nos ocupa en el año de 1963. Hoy el serial clásico se lanza al aire a través de una veintena de emisoras a lo largo de la República. En su primer momento lo hizo sólo en una, entonces llamada RCN, hoy parte de lo que es Radio Red. Desde el inicio consiguió una buena cantidad de seguidores debido a las adaptaciones que hizo Víctor Fox de los argumentos de Vá kaliSolo2 zquez y Navarro.

En la radio nacional de ese periodo, vale recordar, la hegemonía estaba ya en manos de la XEW, estación que llevaba a sus estudios bautizados como Azul y Oro, y Verde y Plata, a lo más granado de cantantes y actores de la llamada época de oro del cine mexicano. Competir con personajes de la locución como Pepe Ruiz Vélez o el todavía en activo Héctor Martínez Serrano, requería de apostar por la diferencia. Ciertamente, RCN contaba entre sus filas a un serial importado de Cuba para dar la batalla en contra del consorcio de la calle de Ayuntamiento, La tremenda corte, con actores o "voces" de primer orden: Leopoldo Fernández, Aníbal de Mar y Mimí Cal en los papeles principales. Sin embargo, dejar el rating en manos de Trespatines, por magnífico que fuera el personaje y por relativamente lejano que fuera su acento caribeño, era excesivo, sobre todo porque la XEW transmitía en horario estelar, es decir, a partir de las 14 horas, diversas radionovelas que se llevaban la mano de los radioescuchas.

Ante ese panorama, RCN no tuvo más que apostar por la imaginación a tope: un personaje creado en México que viviera en un lugar indefinido pero cercano paradójicamente al lejano Oriente y a Egipto, acompañado de un niño-discípulo y cuyas hazañas mezclaran la ciencia ficción, excelente para la radio, con las más conocidas tradiciones y leyendas nacionales. Así nació Kalimán, llamado "el hombre increíble", acompañado siempre por Solín, un púber que se mantuvo como tal hasta que la serie dejó de grabarse. De este modo, bajo la dirección de Marcos Ortiz, la emisora salió al aire con la voz protagónica de Luis Manuel Pelayo como Kalimán, Luis de Alba en el papel de Solín, y como narrador, responsable de crear al menos la mitad de la atmósfera auditiva, el locutor y actor Marcos Ortiz.

Este fue el caldo de cultivo de lo que sería luego el semanario más leído del país entero.

Un superhéroe sin superpoderes: Ricardo Jiménez Todd es uno de los dos especialistas mexicanos en el tema. Según declara para este reportaje, la excelente recepción que desde el inicio tuvo la versión impresa de Kalimán se debe a que "no es un superhombre, sus 'poderes' teóricamente los podemos alcanzar todos con disciplina y voluntad, de tal manera que representa realmente al ideal humano dedicado al ejercicio físico y al desarrollo intelectual. Además, Kalimán no se disfraza de mundano para luego convertirse en superhéroe. No tiene necesidad de ocultarse tras una segunda personalidad. Todo esto, además de lo original y universal de sus aventuras, lo convierten en un ser fascinante y admirable, que cautiva lo mismo a personas de todas las edades, clases sociales y ambos sexos. El formato diseñado para capítulos semanales, o diarios en el caso de la serie radiofónica, en los que la intriga queda siempre vigente, hace que la 'adicción' a nuestro personaje sea del nivel que actualmente es".

Ante la pregunta de cómo se explica uno de los más grandes coleccionistas del cómic, que éste viva cómodamente de sus rentas pese a la existencia de semanarios similares importados, responde Jiménez Todd:

"Muchos de los lectores aficionados actuales somos personas de 35 años, poco más o menos, que vivimos en la infancia la época dorada de Kalimán, y esto se convierte en un elíxir de nostalgia difícil de resistir. Otros de los aficionados son gente trabajadora que no puede dedicar mucho tiempo al ocio recreativo y aprovecha las entregas del serial para este fin, donde Kalimán ocupa el indiscutido primer lugar. El tercer grupo en importancia de aficionados corresponde a gente humilde, que difícilmente se gasta un dineral en tarjetitas de Pokémon o revistas caras como Supermán; Kalimán actualmente cuesta sólo cuatro pesos. Pero aún así, el resto de los niños y jóvenes, cuando se les expone al personaje, se ven muy atraídos y no es difícil que se tornen en aficionados también."