MARTES Ť 9 Ť ENERO Ť 2001

Ť Barry McCaffrey afirma que no la ha visto y un funcionario mexicano la rechazó

Traffic, película que podría ser la crítica más severa a la lucha antidrogas de EU

Ť El filme de Steven Soderbergh sostiene que esa guerra "hipócrita" ya se perdió

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

nueva york, 8 de enero. La guerra antidrogas de Washington es fútil, y hasta hipócrita, contra las fuerzas del mercado, del inframundo del crimen organizado y de la propia cultura estadunidense que busca algún narcótico -legal o no- para aguantar su condición humana, concluye el zar antidrogas de la Casa Blanca.

Estos comentarios no se hicieron en Washington, sino en Hollywood para las pantallas de todo el país en la recién estrenada película Traffic, en lo que probablemente sea el golpe más fuerte contra la política antinarcóticos de Estados Unidos.

Barry McCaffrey, saliente zar antidrogas, dice que no ha visto la película; un funcionario mexicano la calificó como sólo otro ataque contra la imagen de México; los principales medios estadunidenses la han reseñado más de una vez con varias notas adicionales sobre si es "real" o no; y no cabe duda que generará un amplio debate en la cúpula política.

Pero más allá de si es "buena" o no, su impacto potencial es mucho más amplio no sólo porque sus estrellas, Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, son mucho mejor conocidos en este país que cualquier funcionario, incluyendo a McCaffrey.

Traffic es una película comercial, que ya ha sido nombrada para varios premios incluso antes de estrenarse, y ofrece una crítica fundamental a las premisas de la política antinarcóticos que ha costado miles de vidas, justificado intervenciones en el exterior; resultado en el país más encarcelado del mundo, y en la que se ha gastado cientos de miles de millones de dólares. Su mensaje inequívoco es que esta "guerra" no sólo es inganable, sino que ya se perdió.

El filme comienza en español en México y sorpresivamente rompe estereotipos: uno de los pocos personajes que podrían ser considerados héroes en este cuento es mexicano. Se desarrollan tres historias simultáneas: la primera es el mundo de la US_DRUG_WAR droga en la frontera México-Estados Unidos, en el enfoque es Tijuana; la segunda es en torno de un empresario del narcotráfico y su familia en La Jolla, California, y los intentos de las autoridades para fiscalizarlo; la tercera es en torno del recién nombrado zar antinarcóticos de la Casa Blanca. Meidante estas tres historias, se ofrecen diferentes aspectos de la lucha antidrogas.

En la historia que se centra en México, el guión gira en torno del caso del general Jesús Gutiérrez Rebollo y la pugna entre los cárteles de los Arellano Félix y el de Amado Carrillo Fuentes (quien sobrevive en esta versión). La actuación más brillante es la de Benicio del Toro como un agente judicial mexicano intachable de Tijuana; uno de tal vez tres héroes reales de la cinta. La película contrató como asesor al periodista Tim Golden, del New York Times, y su mano en esta sección es evidente por el enfoque de ciertos detalles.

En el papel del zar, Michael Douglas interpreta a un juez rígido recién nombrado al puesto en la Casa Blanca. Aquí hay escenas de legisladores en un coctel con el nuevo zar, entre los cuales, aparecen interpretándose a ellos mismos los senadores Orrin Hatch, Barbara Boxer, Charles Grassley, además de William Wel -a quien le fue negada la embajada en México- comentando que atacar a México no resulta en nada positivo, reuniones con altos funcionarios de la Casa Blanca y la prensa nacional donde se interpreta con precisión ese mundo real. Pero en la escena en la que el nuevo zar se entrevista con el saliente, se revela lo que será una de las líneas centrales de la película.

El personaje de Douglas elogia la labor de su antecesor, un general que le responde que en realidad él no considera que logró avanzar en la lucha antidrogas. A través de un conocido chile le hace una sugerencia al nuevo funcionario: cuenta que cuando un mandatario es obligado a renunciar, le deja dos cartas selladas a su sucesor y le indica que cuando llegue un momento en que se encuentre en una situación sin salida, donde su carrera esté en jaque, abra el primer sobre.

Ese momento llega y el sucesor abre el sobre de la primera carta que dice "culpa de todo a tu antecesor". Este lo hace, y con ello soluciona la crisis. Después se encuentra nuevamente en un callejón sin salida político y abre el segundo sobre, en el que se lee: "Siéntate y escribe dos cartas".

Esta historia culmina cuando el zar antidrogas se enfrenta con una simple realidad: no puede solucionar ni el problema de drogadicción que descubre dentro de su propia familia, y mucho menos el del país. Aquí, entre escenas de jóvenes privilegiados yuppie como parte del mercado de drogas, y "adultos" que, como el propio zar quien defiende su necesidad de tomarse dos o tres escoceses porque si no "me moriría de aburrición", entra la cuestión socio-cultural y la falta de respuestas al tema de la adicción.

La película ofrece varios intercambios sobre diversos aspectos del mundo del narco dentro de este marco entre México y Estados Unidos. Con actuaciones de estrellas como Catherine Zeta-Jones (esposa del narcoempresario, Dennis Quaid), bajo la dirección del director Steven Soderbergh (Erin Brockovich, Sexo, mentiras y video), la película ha atraído gran atención nacional. El director ha comentado que estará satisfecho si logra enfurecer a todos los lados del debate nacional sobre las drogas.

Sin embargo, la película tiene una debilidad clave: carece de un punto de vista político. Al intentar ofrecer un panorama real del asunto del narco, y con la intención de provocar reacciones de todos el director y el guionista fracasan en lograr el punto central de la brillante obra para televisión británica, Traffik, de Channel 4, sobre la cual está basada esta película.

En la nueva versión el mundo de la política estadunidense se presenta como si lo que dice es lo que es. Así, se proyecta que el zar, los funcionarios, los legisladores y el mundo político estadunidense "cree" lo que esta diciendo. En la versión original, en cambio, uno de los puntos fundamentales es precisamente que se revela el profundo cinismo, que resulta ser criminal, por parte de los que promueven la guerra contra las drogas.

Así, en Traffic, la conclusión es que -sorpresa- la guerra antinarcóticos es fútil. En la versión original -que aborda este mismo tema pero entre Europa y el mundo asiático- la guerra antidrogas no tiene la intención de resolver nada, sino que es una parte integral del ejercicio del poder, el cual no tiene ningún interés más que mantenerse.