DOMINGO Ť 14 Ť ENERO Ť 2001

Ť Condensa la sustancia de la novela de Hemingway

La película El viejo y el mar estimula el deseo de leer

Ť Alexander Petrov afinó detalles de 29 mil óleos, con los cuales estructuró la animación Ť Se proyecta en Papalote

PABLO ESPINOSA

El filme que se exhibe en la megapantalla Imax de Papalote Museo del Niño es una apuesta por las artes reunidas para propiciar la pasión por la lectura. JEMIN 1

La adaptación animada del ruso Alexander Petrov, galardonada con el premio Oscar como el mejor cortometraje de animación, de la novela El viejo y el mar, de Ernest Hemingway, constituye un prodigio de técnica cinematográfica y condensa la sustancia de la célebre novela del viejo Hemingway.

La producción es canadiense y confirma la supremacia de ese país tanto en la tecnología audiovisual, Imax, los cortos de animación y el arte del documental.

El viejo y el mar, de Alexander Petrov, se exhibe en la megapantalla del Museo del Niño (segunda sección del Bosque de Chapultepec) precedida del documental de 18 minutos de duración titulado Hemingway: un retrato, filmado también en técnica Imax con la intención de ofrecer una semblanza del escritor galardonado con el Premio Nobel, aunque resulta un tanto deplorable el trabajo del doblaje al español, por sus problemas de tono y verosimilitud fonética y algunos deslices comprensibles, por ejemplo que uno de los "expertos" pronuncie el nombre de Gertrude Stein como Yértrud, mientras su compañero dice Yertrúd, pero nadie dice  Guertrude, en esa tendencia colonizada de no pronunciar las "es" finales de la lengua alemana, confundiéndola con la gringa, o bien el idioma inglés.

Para su adaptación en Imax, el ruso Petrov pintó con los dedos y afinó detalles con pinceles de 29 mil óleos, con los cuales estructuró su animación. Los resultados son impresionantes. La imaginación auspiciada por el arte de la pintura. De pronto, ante los ojos infantiles cobran vida cuadros de Gauguin, Monet, Degas, los maestros impresionistas, los naturalistas, entre otras muchas referencias que evocan los cuadros de Alexander Petrov.

Este filme estimula fuertemente el anhelo de lectura de los niños, siempre y cuando los adultos cumplan su parte, pues a estas alturas muchos padres de familia siguen la consigna de que el hábito de la lectura es responsabilidad de los otros, y a ellos que los diviertan.