LUNES Ť 19 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť La guerrilla introducía por ahí armas desde Brasil

Toma el ejército el principal centro de acopio de las FARC

Ť Pastrana inspecciona fumigación de cultivos de hoja de coca

AFP, DPA Y AP

Santafe de Bogota, 18 de febrero. En una operación contra el narcotráfico, tropas oficiales tomaron el control del municipio de Barrancominas por el que presuntamente entran de manera ilegal armas de Brasil que son canjeadas por cocaína.

En este contexto, el presidente Andrés Pastrana, quien inspeccionó las tareas de fumigación de cultivos de hoja de coca en el departamento de Bolívar, aseguró que su gobierno no cederá a las presiones de los miles de manifestantes que bloquean las carreteras en rechazo a un eventual despeje de militar de la zona norte del país, exigido por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), para iniciar allí un proceso de paz.

La agencia de prensa del ejército informó hoy que el operativo Gato Negro, en el que participaron tropas de las fuerzas de despliegue y de infantería de marina, junto con varias aeronaves, tenía como misión tomar el principal centro de acopio de drogas y armas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Durante la ofensiva, que se desarrolló durante la última semana, se logró la captura de 22 personas, entre ellas siete extranjeros que serían los encargados de comerciar las drogas del Frente 16 de ese grupo rebelde, a cargo de Thomas Medina Caracas, quien a su vez negocia directamente con el principal cártel del narcotráfico de Brasil, que dirige Luis Fernando D'Acosta.

A los capturados, entre los que se encuentra Jacqueline Alcántara de Morais, considerada la mano derecha de D'Acosta, se les incautó documentación sobre la llegada de un cargamento de armas adquiridas por las FARC a cambio de cocaína.

Hoy, también en estas operaciones, un helicóptero de la policía fue impactado en el departamento de Caquetá por disparos de la guerrilla, y el piloto y los ocupantes están a salvo.

Pastrana, en tanto, viajó sorpresivamente a la zona del norte del país para supervisar las labores antidrogas que efectúan la policía y el ejército, en medio de las protestas de los pobladores de los municipios de Cantagallo y San Pablo que rechazan el eventual despeje de sus localidades con bloqueos de carreteras.

Los campesinos condicionaron el levantamiento de las protestas a una reunión con el presidente, además de que se cancelen las ordenes de captura contra los dirigentes del movimiento, asi como al nombramiento de un comisionado especial de paz.