SABADO Ť 3 Ť MARZO Ť 2001

Ť Inició el Segundo Congreso Internacional de Brujería, en la zona de Los Tuxtlas

En Catemaco, chamanes y hechiceros abrieron las ''puertas del encanto''

Ť Un trabajo sencillo, que incluye limpias y rameadas, cuesta 500 pesos; los difíciles, varios miles

Ť Las misas negras son herméticas y sólo acuden los hermanos de Satán para ofrecer almas

ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL

Catemaco, VER., 2 de marzo. Hoy en Catemaco, más de 70 hechiceros, chamanes y curanderos se reunieron en el Segundo Congreso Internacional de Brujería desarrollado a orillas de la gran laguna donde habita la diosa olmeca Chalchiuhtlica, que los nativos identificaron durante la colonización con la Virgen del Carmen, pues la leyenda cuenta que sobre una piedra en medio del lago se le apareció a un pescador de nombre Juan Catemaxca.
Brujook
A las cero horas de este día se abrieron las "puertas del encanto"; en los siete puntos ceremoniales de Los Tuxtlas y la Sierra de Santa Marta y durante las 24 horas siguientes la energía desprendida del cosmos, dicen, sirvió para desechar salaciones, recuperar al ser amado, obtener la suerte en los negocios o en sus casos extremos, utilizar la macumba y el vudú para venganzas personales.

El primer viernes de marzo, incrementa la magia natural de la región tuxtleca donde cientos de visitantes nacionales y extranjeros intentaron aprovechar la energía desprendida a través de limpias y rameadas que con "yerbas santas" y oraciones hacen despertar los espíritus milenarios de las selvas y lagunas para ayudar al humano en sus peripecias cotidianas.

Acudir a Catemaco para consultar a brujos y chamanes es cosa común en todo México. La fama de los hechiceros veracruzanos atrae a personajes de todas las esferas sociales, incluyendo a destacados miembros de la clase política mexicana, la farándula e incluso mandatarios extranjeros.

"En las últimas semanas han estado por aquí Pedrito Fernández, al que ayudamos para que ganara la Gaviota de Plata en Viña del Mar, y la cantante Niurka, que sabe mucho de santería cubana", comentan los lugareños. Dicen que la familia Salinas, Sergio Andrade, Gloria Trevi, entre otros, fueron clientes asiduos.

Ubicada a 200 kilómetros del puerto de Veracruz, la ciudad de Catemaco es considerada desde la época prehispánica como uno de  los centros ceremoniales mas representativos de la entidad. Aquí, los ritos religiosos precolombinos se sincretizan con la santería afroantillana y la fe católica.

Enmarcado con la percusión de tambores africanos, el sonido del Caracol prehispánico y el Palo de Lluvia, se desarrolló el rito de la "curación" de la laguna, para despertar a la diosa de las aguas y los ríos, que vela por los pescadores desde las profundidades. A bordo de dos piraguas iluminadas con antorchas, doncellas ataviadas con penachos y piel de jaguar, recorrieron parte del lago para vertir ofrendas e incienso.

De macumba y vudú

A las doce de la noche en punto, el brujo mayor de la localidad, Pedro Gueixpal Ceba, hizo su aparición y en el primer minuto del viernes, inició el ritual para retirar maleficios y salaciones hechas durante el año.

En medio de una gran estrella pintada con cal sobre el suelo y rodeada de antorchas y veladoras multicolores, el curandero al que le preceden diez generaciones de hechiceros, convocó a romper los maleficios donde "el Malo les ayudó a los enemigos" y con yerbas santas, gritó a los demonios retirar su influencia de las personas que ingresaron a la figura marcada en el piso.

"Aquí es tierra bendita, los espíritus buenos protegen esta zona, aquí quedarán atrapadas toda salación, intenciones negativas, deseos de venganza y muerte que te haya deseado", gritaba el hechicero a una mujer que se dijo embrujada desde hace una década y que viajó desde Saltillo, Coahuila para consultar a los brujos de Catemaco.

El ritual se hizo macabro cuando el viento apagó las teas y sobrevolaron cientos de garzas asustadas, mientras que Gueixpal continuaba "destruyendo el trabajo negro" que fue hecho a base de macumba y que acarreó infelicidad y desgracias familiares a la mujer.

Durante toda la noche, el chamán atendió a decenas de personas, algunas con ritos privados para desbaratar conjuros "extremadamente difíciles" que realizan incluso utilizando el vudú y que requiere su presencia en algún cementerio cercano para alejar el peligro de muerte. De igual forma, el resto de curanderos asistentes al Segundo Congreso Internacional de Brujería, efectuaron lo propio en pequeñas chozas levantadas a lo largo de la laguna.

Las misas negras

En Catemaco, es secreto a voces la realización de misas negras donde se rinde culto a las fuerzas negativas de la naturaleza y a su príncipe Satanás, antes identificado con el dios de la noche y la soledad de las cuevas. Estos ritos, dicen los lugareños, se realizan en sitios apartados y solo acuden los cofrades o hermanos de Satán para ofrecer las almas propias o ajenas.

Gilberto Rodríguez Pereyda, uno de los brujos más ancianos de la región asegura que la Misa Negra es una tradición oculta de Los Tuxtlas. En ella, se elaboran o destruyen los trabajos más peligrosos, aquellos que arriesgan el alma para la eternidad a cambio de poder, dinero o juventud.

Un poco renuente a abundar sobre el tema, el viejo chaman relata que por lo regular, el rito se realiza en algún claro del cerro del Mono Blanco o una cañada solitaria. Ahí, se dibuja un pentagrama que asemeja un macho cabrio y que es el centro del ritual donde se sacrifican diversos animales y se bebe la sangre como un pacto eterno, pero eso no puede ser presenciado por ojos ajenos ni los lentes de las cámaras, advierte a los reporteros.

En las misas negras, los nahuales son unos de los personajes centrales, pues los hombres que se convierten en gato, perro o coyote, deben pactar con el diablo para obtener esa mutación, relata Rodríguez Pereyda.

Desde la muerte del reconocido brujo Gonzalo Aguirre, hace veinte años, y que era considerado el maestro supremo de la magia negra, la practica abierta de los rituales satánicos o misas negras disminuyó y ahora sólo se efectúan en ceremonias herméticas.

La práctica de ritos ancestrales en Catemaco tampoco se ha escapado de la mercadotecnia y los "verdaderos" chamanes que han heredado sus conocimientos desde tiempos milenarios, se quejan de la competencia de charlatanes y mentirosos.

Actualmente un "trabajo sencillo", que incluye limpias con lociones y concentrados de albahaca, romero y ruda, además de las rameadas con hoja de cuchara para alejar maleficios, y la entrega de amuletos para la buena suerte, tiene un costo aproximado de 500 pesos. Mientras que los casos de mayor dificultad, en los que se tiene que recurrir a la magia negra para contrarrestar el mal, alcanzan varios miles de pesos.

Los rituales esotéricos en Catemaco para alejar hechizos y salaciones durarán hasta el próximo domingo, pese a que las vibras mágicas sólo permanecen durante el primer viernes de marzo.