LUNES Ť 12 Ť MARZO Ť 2001

DISQUERO

Pablo Espinosa

Un rescate: José Pomar


POMAR ES HASTA FECHAS recientes que la música mexicana de concierto ha dejado de ser cruz de olvido. La profusión de discos, grabados en México inclusive, con materiales nacionales de todas las épocas es una eclosión entusiasmante. El promedio de calidad entre ellas es también alto. Etapa dorada habemus. Todo este contexto es necesario para enfatizar aún más la importancia intrínseca de un todo un acontecimiento discográfico: Presagio. Música para piano de José Pomar (Urtext) con la interpretación magistral de Daniel Noli, es un suceso superlativo. Ya el sólo hecho de recuperar del ostracismo injusto a uno de los grandes compositores mexicanos amerita el reconocimiento. Pero no se trata solamente de una labor documental, sino altamente artística: con su ejecución, Daniel Noli recupera para el público la monumental valía de un compositor para muchos insospechado. Fuerza dramatúrgica, donaire, transparencia en el mensaje, riqueza de significados, todo está en la interpretación de Noli y todo nace del genio de José Pomar (1880-1961), maestro fundador de instituciones de cultura, educador, autor de un huapango anterior al de Moncayo, autor originalísimo, hombre de izquierda, fundador de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, combatiente en la Revolución mexicana, amigo entrañable de su par, Silvestre Revueltas, su gran interlocutor y colega. En el disco de Daniel Noli, por lo pronto, tenemos un retrato a lápiz: el José Pomar de las grandes invenciones pianísticas. Al crecimiento en espiral del disco en sus primeras siete maravillosas partituras, la culminación es atronadora, más que espectacular, impresionante con la ejecución de la obra maestra que da titulo al disco entero, la Sonata en Fa menor, El Presagio. šQué disco!

Otro: sonatas novohispanas


FONTEGARA EL AUGE DE la discografía local es tan intenso y su velocidad de crecimiento tan elevada, que el melómano tiene en sus manos y oídos una novedad valiosa cuando ya en los anaqueles aparece la siguiente. Como parte de la variedad de estilos, géneros, épocas y distribuciones instrumentales, el disco de La Fontegara titulado Sonatas Novohispanas (Urtext) ofrece suculencias sonoras de entre lo mucho que falta todavía por descubrir no sólo entre los archivos musicales especializados, sino del conocimiento de la cultura propia. El investigador Aurelio Tello, autor de las notas del librillo que acompaña este disco sumamente recomendable, hace notar que entre las ideas peregrinas que muchos suelen tener acerca del repertorio instrumental como una de las facetas de la música colonial, no se agota en lo religioso. Prueba de ello es esta breve antología de la música de cámara del siglo XVIII en la Nueva España, que nos entrega La Fontegara, grupo instrumental fundado hace 12 años y dedicado a la música de los periodos renacentista, barroco y rococó utilizando réplicas de instrumentos originales: María Diez-Canedo, traverso y flauta de pico; Gabriella Villa, viola da gamba; Eloy Cruz, guitarra barroca y tiorba; Eunice Padilla, clavecín. Salvo los defectillos evidentes de grabación (no atribuibles a los músicos sino a los técnicos), es muy recomendable.