LUNES Ť 12 Ť MARZO Ť 2001

Ť Representa la voz de los primeros pobladores, destacan artistas e intelectuales

El periplo zapatista, consecución del sueño indio

Ť Confían en que la insurgencia coadyuve a mejorar las condiciones de las etnias mexicanas

José Agustín, escritor: Me parece que la entrada de los zapatistas al Zócalo es una acontecimiento de extraordinaria importancia para nuestro país. Lograron romper el cerco, consiguieron reavivar la conciencia de las injusticias que han padecido los indios en nuestro país a lo largo de tantos siglos. Además, su marcha tiene una connotación política de singular importancia en lo inmediato: modifica el panorama en que se mueve el país. Y tiene una importancia a mediano y largo plazos: vamos a tener resultados de todo esto, resultados que ahora son inimaginables. Aparte, tiene una tremenda repercusión internacional, porque puede ser de alguna manera el inicio de toma de conciencia de grupos étnicos marginados y explotados a lo largo de todo el planeta; Africa y Sudamérica, sobre todo.

José Luis Cuevas, artista visual: Es un acontecimiento histórico importante. Fíjese que yo no conocía bien al subcomandante, es más, no conocía su voz, no conocía mucho su imagen. Lo había leído, pero no lo había oído ni lo había visto. Me parece, en primer lugar, que algo muy admirable es su sentido del humor, porque con eso ha sabido llegarle a las grandes masas. También gracias a eso ha alcanzado un prestigio verdaderamente internacional. Creo que Marcos tiene la estatura y la importancia, que pudo haber tenido el Che Guevara. Para estas cosas también el carisma es muy necesario... Creo que ha sido un triunfo, definitivamente. Al mismo tiempo, y hay que reconocerlo, (ha sido) una magnífica medida política por parte de Fox. A ver qué resultados trae.

Natalio Hernández, escritor indígena en lengua náhuatl: Tiene un gran significado para alcanzar la justicia y la equidad con paz social. La paz tiene que implicar justicia, equidad y dignidad para los pueblos indígenas y todos los sectores marginados dentro del proyecto neoliberal del país. No olvidemos que en nuestra historia hay un movimiento social constante de cada cien años. Recordemos los movimientos de 1810 y 1910, y este que cobra fuerza en 1994. Es un movimiento social que implicará la renovación del proyecto de sociedad que tenemos ahorita. Este es un proyecto muy excluyente, en el que los pueblos indígenas, a pesar que en la historia han jugado un papel importante en la construcción, primero, de la vida independiente de México, y después, en la consolidación del proyecto de nación que se constituyó en el siglo pasado, el XX, siguen nuestros pueblos, los pueblos originarios de México, al margen del proyecto nacional. Durante el siglo XX se concibió a los pueblos indígenas como menores de edad, y no estamos hablando de la Colonia sino del México moderno, y esto se reflejó no sólo en la política indigenista del INI, sino en todas las políticas públicas. Entonces, es muy alentador y simbólico esta entrada de los zapatistas al Zócalo de la ciudad de México, al centro de los poderes de la unión. Espero que realmente esto signifique un cambio en la políticas públicas, un cambio en la concepción de la presencia de los pueblos indígenas en la vida del país, de la nación mexicana moderna y que implique realmente la construcción de una sociedad de cara al siglo XXI, que estamos comenzando. En la que la presencia de los pueblos indígenas en el proyecto de sociedad sea una presencia digna, justa, democrática, superando toda la visión paternalista que heredamos del siglo XIX, toda la visión criolla que tuvo todavía la sociedad mexicana del siglo XX.

Macario Matus, escritor indígena en lengua zapoteca. Aparte de seguir la historia que dejó la lucha de los campesinos encabezados por Emiliano Zapata, este es un acontecimiento extraordinario porque, precisamente, es la continuación de lo que significa la larga lucha de los indígenas del sur del país. Desde hace 500 años quisieron dispersar a los indígenas y casi exterminaron a los aztecas, zapotecas y mayas. Y los pocos que se salvaron, a la vuelta de los años, han regresado y quieren tener presencia e incorporarse a esta nación. Esta es la misma lucha que viene desde hace mucho y ahora cristaliza con la voz, la palabra, la dirección, la inteligencia, la sensibilidad y la filosofía de este hombre maravilloso que es Marcos. El sólo es un ser humano que recaptura la herencia de los indígenas y hace suya la tragedia, el dolor, la rebeldía, de todos nosotros, los indígenas, que estamos padeciendo desde hace muchos años.

Entonces, es una esperanza otra vez. Y si se portan bien, o no se portan bien los dirigentes actuales, los indígenas seguiremos peleando. Estamos dispuestos a esperar otros 500 años, sólo que estamos un poco más armados, hemos ido a las universidades, hemos caminado mucho, hemos soñado. Tenemos esperanzas canceladas, pero ahora, la llegada de los zapatistas al Zócalo y a la ciudad de México nos da más ánimo de seguir construyendo ese ser, que puede ser monstruoso o un animal legendario que puede apagar el fuego del pasado y de hoy.

Gerardo de la Torre, escritor: Lo que me interesa mucho es la rivalidad de que habla Marcos del poder del dinero contra las comunidades más pobres del país: las indígenas. Es muy importante que toda esta resonancia que tiene ahora tanta influencia como el EZLN se oiga contra el neoliberalismo deshumanizado. La fraternidad está del lado de los indígenas. Acudir a la marcha, algo que voy a hacer en este momento, es la única oportunidad que tenemos de participar en algo que muy posiblemente no veremos jamás en México. Lo que ellos proponen, en una primera lectura ahora que están en el Zócalo, es una salida que dentro del socialismo nunca se vislumbró: la fraternidad con el México indígena es la solución a la utopía.

Raquel Tibol, crítica de arte: De lo mucho que ha leído, hablado, declarado Marcos, creo que la entrevista que le hizo Julio Scherer García, que hoy aparece parcialmente en Proceso, da la dimensión ideológica, política e intelectual del movimiento zapatista y su papel en ese movimiento. Esa entrevista le da a la presencia en el Zócalo una significación concreta, real, y la deslinda del show, de los gritos izquierdosos, del oportunismo de los izquierdosos europeos, que si bien dan un apoyo, a la vez ejercen un protagonismo demasiado evidente. Lo que me molestó de Marcos es que no hablara de algunas causas internacionales, que no hablara de los problemas africanos, que no hablara del problema palestino, que no hablara de las discriminaciones a los morenos en Europa. Marcos acepta la presencia de los europeos, pero no se demuestra como un internacionalista. Usa la Internet para proyectarse, pero no opina sobre los movimientos de hoy en el mundo y no me refiero a los globalifóbicos, como quieren los empresarios mexicanos ver a Marcos, como un globalifóbico. En verdad es un movimiento contra la opresión y la marginación. Y contra la opresión y la marginación están luchando en Africa, están luchando los palestinos, y muchos grupos en diversas partes del mundo.

Guillermo Samperio, escritor: Es para mí muy emocionante la entrada del EZLN al Zócalo porque al fin los indígenas están a punto de lograr un cambio de actitud de la sociedad mexicana hacia ellos. Por mi parte, en lo que hago, que es escribir, he dedicado varios artículos a analizar el racismo embozado que hay en nuestro país por parte de las autoridades. Mientras no nos hagamos consciente de él va a ser difícil darle su lugar a los indígenas mexicanos, una población de más de diez millones. Bien podemos apoyar cada uno desde la trinchera en que uno se encuentre. Lamento que la televisión nacional esté ausente de este acontecimiento de enorme importancia mundial, toda vez que no sólo es un movimiento por la dignidad indígena sino por la de todos los marginados del mundo. Es un movimiento inevitablemente globalifóbico en tanto que a partir de la globalización en México el número de marginados y de pobres se incrementó brutalmente, hablamos de 40 millones de personas que padecen pobreza extrema.

José Ramón Enríquez, creador escénico: Yo lo veo en dos niveles. Por una parte me parece un hecho fundamental que cambia la historia de México. Ahora veamos a nuestros indígenas, el que por fin halla una voluntad nacional de respetar y entender que existen varios pueblos indígenas entre nosotros, que son los originales y a los cuales hay que darles su lugar plenamente. Otro nivel, que veo con un poco de temor, es que se puede estar construyendo una figura mesiánica en torno al subcomandante Marcos. Esto sería un retraso terrible para los avances de la izquierda en nuestro país.

Ambra Polidori, artista visual: La presencia de los zapatistas en la ciudad de México es algo muy importante no sólo para México sino para el mundo. Es como darle al mundo, por un lado, la visión de un grupo que apoya el cambio de las condiciones de una parte de la población mexicana que ha vivido y vive muy mal. Estamos hablando aproximadamente de 10 millones de indígenas. Es como una cachetada a la globalización. Hoy que todos se quieren unificar y pasar por encima de todo mundo con el fin de enriquecerse unas cuantas personas, de repente un grupo viene a reivindicar los derechos de una minoría y a crear una conciencia de la diferencia en el mundo. Un grupo diferente, relegado, y lo que es terrible, relegado por sus propios conciudadanos, pero que al mismo tiempo hay un grupo de conciencia que, además, es apoyado por mucha gente a favor de que esta situación cambie. CÉSAR GÜEMES, MERRY MAC MASTERS, ARTURO JIMÉNEZ Y CARLOS PAUL