Jornada Semanal, 25 de marzo del 2001 

(h)ojeadas

La conciencia literaria

Aurora M. Ocampo

Aurora M. Ocampo et al.,
Diccionario de Escritores Mexicanos.
Siglo XX,
UNAM,
Mexico, 2000.


Esta nueva edición del Diccionario de Escritores Mexicanos. Siglo XX, en nueve volúmenes (la primera edición, en un solo tomo, también por la unam, Centro de Estudios Literarios, 1964, está agotada desde hace ya varios años), se acordó empezar a redactar en 1980, en sesión del Consejo Interno precedida por el doctor Rubén Bonifaz Nuño, la cual sería dirigida por mí ya que, a partir de 1967, sola y a veces ayudada por otros colaboradores, habíamos mantenido más o menos al día la información de y sobre los escritores mexicanos e iberoamericanos, principalmente. Ernesto Prado, con quien elaboré la primera edición, se iba a dedicar a los escritores de la Colonia y del siglo XIX, poniendo las referencias críticas de los escritores al día y corrigiendo los datos que fuere necesario corregir de los escritores de la edición de 1967, así como a incluir a todos aquellos que faltaron de registrar en esa edición.

De los 542 autores de la primera edición, la de 1967, 242 pertenecen a la Colonia y al siglo XIX y fueron de la autoría de Prado Velázquez. Los trescientos restantes, todos del siglo XX, fueron elaborados por mí. De 1967 a 1980, año en que se decidió hacer esta segunda edición, corregida y aumentada, yo había cuadruplicado el número de autores del siglo XX a mil 200. Actualmente tenemos registrados alrededor de dos mil 500. Ernesto calculó que la nueva edición de escritores de la Colonia y del siglo XIX le llevaría un tomo igual en formato y más o menos del mismo número de páginas que la edición de 1967, tal como lo sugirió el mismo doctor Bonifaz Nuño. Por mi parte, calculé que la nueva edición, sólo del siglo XX, se llevaría de ocho a diez tomos, también de igual formato y con un promedio de 500 páginas cada uno. Decidimos que los escritores a caballo entre los siglos XIX y XX nos los repartiríamos de la siguiente manera: el subtítulo del Diccionario de escritores mexicanos. Siglo XX aclara que abarca de las generaciones del Ateneo y novelistas de la Revolución hasta nuestros días; el de Ernesto abarcaría hasta las generaciones de los modernistas y de la escuela realista de fines del XIX y principios del XX. De los escritores que quedaran fuera de estas cuatro grandes generaciones entre los dos siglos, Ernesto Prado incluiría en su tomo hasta los nacidos en 1869 y yo a los nacidos a partir de 1870. Por causas que no viene al caso en este momento aclarar y habiendo fallecido Ernesto Prado Velázquez, el tomo que él iba a elaborar no se ha realizado, por lo que está en prensa una edición facsimilar de la de 1967, edición muy solicitada precisamente por incluir a los escritores de la Colonia y del siglo XIX.

De esta nueva edición, sólo siglo XX, a mi cargo y con la colaboración de tres investigadores, cinco técnicos académicos y dos estudiantes becarios, han salido al público los tomos: I (A-CH), II (D-F), III (G), IV (H-LL) y V (M), en la imprenta tenemos el VI (N-Q), terminado el VIII (R) y en elaboración el VIII (S-T) y el IX (U-Z). Calculamos que los nueve tomos estarán listos para finales de 2002. Existe también un cd-rom que abarcó los cuatro primeros tomos, de la A-LL, y tenemos en elaboración otro que abarcará a los nueve tonos de la A-Z.

Para elaborar esta nueva edición del dem hemos reunido un amplio acervo de datos de y sobre escritores mexicanos del siglo XX, en orden alfabético de apellidos, que ha venido incrementándose a través de los años, desde 1962 hasta nuestros días, en base, sobre todo, a la revisión de libros y publicaciones periódicas del siglo XX. Contamos también con una biblioteca y hemeroteca especializadas en literatura mexicana que se han venido formando desde 1960, a través de donaciones, compra y canje de libros, periódicos y revistas. Al establecer correspondencia con instituciones, editoriales, universidades y escritores que nos proporcionan datos y documentos de y sobre literatura mexicana y sus autores, hemos logrado un archivo de escritores bastante considerable. Por último, contamos también con el apoyo del equipo de cómputo del Instituto de Investigaciones Filológicas, lo que nos ha permitido elaborar un banco de datos de y sobre nuestra literatura, y con el apoyo de la Dirección General del Personal Académico que nos ha proporcionado la ayuda de una serie de becarios desde 1993, y sin los cuales no nos daríamos abasto para revisar la cantidad, en constante aumento, de libros y publicaciones periódicas.

Desde la primera edición del DEM , la de 1967, culminó aquel propósito común de hacer menos ardua la tarea de la investigación literaria que empezara, hace ya más de dos siglos, Eguiara y Eguren. Efectivamente, el dem se inserta en una gran tradición filológica que se remonta al siglo XVIII con la Biblioteca mexicana, del mencionado Eguiara y Eguren, de la cual el autor sólo vio publicado el primer tomo (A-C), en 1755. Juan José Eguiara y Eguren fue célebre en su tiempo por su oratoria y por sus estudios de teología; sin embargo, la posteridad lo recuerda principalmente como bibliógrafo e historiador de la cultura de su patria. Queriendo responder a ciertas apreciaciones injuriosas e infundadas del Dean de Alicante, don Manuel Martí, tocantes a la cultura de los habitantes del Nuevo Mundo y, en particular, de México, acometió la empresa de sistematizar la producción literaria y científica de México, desde la época prehispánica hasta mediados del XVIII. El resto de su investigación, de la D a la J, se conserva manuscrito en la Biblioteca de la Universidad de Austin. Más tarde, en el siglo XIX, encontramos ya una gran producción en este sentido. La obra de Eguiara y Eguren marcó el punto de partida y sirvió como ejemplo y acicate para José Mariano Beristáin de Souza y su Biblioteca hispanoamericana septentrional, la cual contiene tres mil 867 autores y le llevó veinte años elaborarla; de ella sólo vio publicado el tomo I, en 1816; en una tercera edición, en 1947, la totalidad de su investigación fue publicada en cinco tomos. Marcos Arróniz publicó su Manual de biografía mexicana o Galería de hombres célebres de México, en 1857; Eduardo Gallo, sus cuatro tomos de Hombres ilustres mexicanos, de 1873 a 1874; Enrique Olavarría y Ferrari, El arte literario en México, noticias biográficas y críticas de sus más notables escritores, en 1878; Juan de Dios Peza, sus Poetas y escritores modernos mexicanos, en 1878; Victoriano Agüeros, sus Escritores mexicanos contemporáneos, en 1880; Francisco Sosa, sus Biografías de mexicanos distinguidos, en 1884; Joaquín García Izcabalceta, su Bibliografía mexicana del siglo xvi. Catálogo razonado de libros impresos de 1539 a 1600 con biografías de autores, en 1886; Irineo Paz, Los hombres prominentes de México, en 1888; Antonio García Cubas, los cinco tomos de su Diccionario geográfico, histórico y biográfico de los Estados Unidos Mexicanos de 1888 a 1891; Luis González Obregón, su Breve noticia de los novelistas mexicanos del siglo XIX, en 1889; Francisco Pimentel, su Historia crítica de la literatura y de las ciencias en México desde la conquista hasta nuestros días, en 1890 y la Historia crítica de la poesía en México, en 1892; José María Vigil, sus Poetisas mexicanas de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX, en 1893. Ya en el siglo XX tenemos, en 1910: la Antología del centenario, de Pedro Henríquez Ureña y Nicolás Rangel, el Diccionario de geografía, historia y biografía mexicanas, de Leduc y Lara Pardo; Mujeres notables mexicanas, de Laureana Wright de Kleinhans; en 1916: los Poetas nuevos de México, de Genaro Estrada; en 1918: Los poetas jóvenes de México, de José de Jesús Núñez y Domínguez; en 1926 y 1930, la Bibliografía de novelistas mexicanos y la Bibliografía biográfica mexicana, de Juan B. Iguíniz. En esta lista, que comprende la gran tradición filológica en la que se inserta nuestro Diccionario, no he tomado en cuenta las ediciones que recogen la producción de escritores representativos de diferentes estados de la República; las hay de Yucatán, de Michoacán (como las de Nicolás León, en 1884 y Cayetano Andrade, en 1941); de Veracruz, Puebla, Hidalgo, etcétera. Esa primera edición del dem, la de 1967, publicada exactamente dos siglos después de la de Eguiara y Eguren, constituyó el primer intento de un diccionario consagrado exclusivamente a los hombres de letras y es punto de partida de esta nueva edición en varios volúmenes, la cual empezó, de hecho, a partir de la publicación de la primera, al mantener al día, hasta donde era posible, los datos biográficos, bibliohemerográficos y de referencias críticas de nuestros autores. Sin embargo, sólo en 1980, cuando se me asignaron ayudantes para iniciar la redacción de la nueva edición, se empezó a trabajar el primer tomo. A diferencia de la edición de 1967, la actual ofrece no sólo la biografía, la información sobre la obra, la bibliografía y las referencias críticas de los escritores, sino también su hemerografía, lo que la hace aún más especializada y única en su género. Nuestro Diccionario, a diferencia de otros repertorios bibliográficos, comprende a toda clase de autores, los de resonancia internacional como Azuela, Yáñez, Revueltas, Usigli, Rulfo, Paz o Fuentes, y los escritores de importancia sólo nacional. El rescate de figuras menores injustamente olvidadas da una idea más clara de la vida literaria de nuestro siglo. Su hemerografía, de carácter representativo, no exhaustivo, es un reflejo vivo de la vida cultural contemporánea. La riqueza de las referencias críticas lo hace también un registro vivo de este siglo. Éstas no sólo sirven para documentarse sino también como testimonio de nuestro tiempo porque nos permiten saber cómo recibió la crítica la salida de determinado libro, así como la manera como lo va viendo al transcurrir de los años. Desde el siglo XVIII sentimos la necesidad de recuperar nuestro patrimonio cultural. Hoy, finalizado el siglo XX, esta nueva edición del Diccionario de escritores mexicanos lo recupera; esto tiene por lo mismo un sentido muy profundo.

Desde 1967, los diferentes tomos del Diccionario han permitido al estudiante, maestro, investigador, periodista cultural o simple amante de nuestra literatura tener acceso a los datos necesarios para una mejor comprensión del autor o autores que le interesan o, como ya ha sucedido en innumerables ocasiones, para emprender cualquier tipo de trabajo histórico-crítico-literario.

El dem abarca a aquellos autores que han cultivado el cuento, el ensayo, la novela, la poesía y el teatro, principalmente. También incluye a los biógrafos, críticos, cronistas, filósofos, historiadores y periodistas cuya obra se relaciona de alguna manera con la literatura mexicana. Incorporamos asimismo a escritores de otras nacionalidades con residencia en el país y cuya producción pertenece total o parcialmente a nuestras letras.

Dada la dispersión en que se hallan las noticias biográficas y críticas sobre nuestros autores, diseminadas tanto en obras de consulta de carácter general como en periódicos y revistas que no siempre están al alcance de la mayoría, la utilidad del dem consiste no sólo en ofrecer, con rigor metódico, los datos esenciales de la vida de un autor, la nómina de sus obras y las referencias críticas sobre su producción, sino también una amplia nómina, al principio de cada tomo del dem, la cual abarca una lista de publicaciones periódicas (revistas literarias, suplementos y secciones culturales de los periódicos), y una “Bibliografía” de obras de consulta general (antologías, historias de la literatura, volúmenes de homenajes y otros). De esta manera, el material informativo que el dem aporta no sólo propicia un mayor acercamiento del investigador a la obra del escritor y sus críticos, sino que, además, como ya anotamos, constituye el punto de partida para la elaboración de tesis, estudios críticos de épocas, escuelas, géneros, antologías, etcétera. En síntesis, los objetivos del proyecto son, además de facilitar la tarea de la investigación literaria, rescatar la obra y la trayectoria de los escritores mexicanos del siglo XX, los cuales de una u otra manera forman la conciencia del país.
 



 
 

R e v i s t a

Género vs. autor

Jacobo Medina

Varios autores,
Estudios cinematográficos,
UNAM,
México, 2000.


Al abordar el confuso y difícil tema de los géneros en el cine, el número 19 de la revista Estudios cinematográficos merece ser considerado como un ejemplar de colección. Flavio González Mello, coordinador de este número, ha reunido siete ensayos y dos entrevistas que valientemente desmenuzan la generofobia cinematográfica tan difundida en nuestros tiempos entre críticos, productores, directores, estudiantes de cine y espectadores.

En “La supuesta inutilidad de los géneros”, Flavio González aborda el asunto de la clasificación del cine desde una perspectiva casi cotidiana; nos presenta el curioso listado en el que los videoclubes agrupan las películas con base en un criterio simple: “Algunas películas tienen más en común que con el resto.” Así que las películas pueden estar clasificadas por nacionalidad, por el efecto emotivo que provocan, el público al que van dirigidas, el planteamiento dramático, el ámbito de desarrollo, el tema, o por la fecha de producción. Así, distribuidores y productores, conociendo y jugando con las expectativas del espectador, ofrecen ya un modelo de clasificación.

El otro juego, con el que trabajan directores y críticos de cine, también fundamentado en las expectativas del espectador, es abordado en “La falsa polaridad entre género y cine de autor”, un interesante ensayo de Leo Braudy quien, además, aborda el prejuicio de los críticos y estudiantes de cine hacia las películas de género. “El prejuicio moderno en contra del género en el arte –escribe Braudy– puede ser rastreado hasta llegar a las teorías estéticas del periodo romántico”, y es que en aquella época la idea de que el verdadero artista no era comercial, que se mantenía en una lucha constante al margen de la existencia humana, sin sociedad ni compañeros, es decir, solo, con su indomable personalidad quebrantadora de convenciones... esta idea, pues, era una convención; como lo es ahora argüir que una película de autor, por ser catalogada de esta manera, debe ser mejor que una película de género. Así es que Leo Braudy, sin salir a la defensa del cine de género, da cachetada con guante blanco a la convencional idea de que el cine de autor está, en cuanto a calidad artística, por encima del cine de género.

He dicho que Leo Braudy no sale a la defensa del cine de género porque su planteamiento va al fondo del prejuicio entre el arte folclórico o popular, donde al parecer cabe el cine de género, y el arte serio oculto, donde cabría el cine de autor. Braudy remata afirmando que “cuando podamos percibir las convenciones del cine [...] seremos entonces capaces de apreciar más plenamente la manera en que las películas pueden romper las viejas visiones entre arte popular y arte de elite para establecer [...] un interjuego vital entre ellos”.

En “De qué hablamos cuando hablamos de género”, Rick Altman se adentra en el laberíntico concepto de género cinematográfico, el cual, al parecer, “no es más que una extensión del estudio de los géneros literarios”. Altman aborda el género desde su utilidad, como una fórmula que orienta a la producción, que define los textos individuales y establece criterios y decisiones en la realización de las películas. Asimismo, da una muestra de cómo los géneros definidos por la industria del cine son reconocidos por el público masivo, puesto que las categorías derivadas científicamente o construidas teóricamente deben ser compartidas en el triángulo artista-película-público.

Otros temas tocados por Altman son: identidades sin límites claros y fijos en los géneros; las películas de autor como pertenecientes a un solo género; el desarrollo predecible de los géneros; el tema, la estructura y el corpus particular como puntos de ubicación de los géneros; características fundamentales compartidas entre las películas; la función ritual o ideológica del género y la distancia entre críticos y práctica del género.

En los ensayos “La narrativa en la comedia”, de Kristine Brunovska y Henrry Jenkins; “El melodrama, orígenes y tradición”, de Marcela Fernández Violante; “El cine negro estadunidense: la historia de una idea”, de James Naremore; “El lado siniestro de la conducta humana: las películas de crímenes de los noventa”, de Ron Wilson, y “Robert Altman y los géneros cinematográficos: El principio de incertidumbre”, de Serge Chauvin, se abordan temas específicos respecto a géneros específicos y la interrelación en la que coexisten en películas como Tiempos violentos (Tarantino, 1994) y Mash (R. Altman, 1970).

En la entrevista con Rafael Aviña se abordan los géneros en el cine mexicano desde su contexto histórico y político. En la entrevista con Jaime García y Olando Merino, el tema del melodrama televisivo ofrece información sencilla y obvia sobre el estancamiento melodramático en el que vive la televisión mexicana •




FICHERO
LOS LIBROS QUE LLEGAN A NUESTRA REDACCION

cine

• El bandolero, el pocho y la raza, David R. Maciel, Col. El México de afuera, Conaculta/Siglo xxi, México, 2000, 224 pp.

• El ’68 en el cine mexicano, Olga Rodríguez Cruz, Universidad Iberoamericana/uap/Delegación Coyoacán del Gobierno del Distrito Federal/Instituto Tlaxcalteca de Cultura, México, 2000, 137 pp.

diccionario

• Diccionario crítico de política cultural: cultura e imaginación, Teixeira Coelho, traducción de María Nohemí Alfaro, Olga Correa, Ángeles Godínez y Leonardo Herrera, ITESO/Conaculta/Secretaría de Cultura del Gobierno de Jalisco, México, 2000, 501 pp.

educación

• Educar en el federalismo. La política de descentralización educativa en México, David Gómez Álvarez, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente/Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Jalisco/UdeG/UdeC, México, 2000, 191 pp.

ensayo

• La aparición del libro, Lucien Febvre y Henri-Jean Martin, traducción Ediciones del Castor, Ediciones del Castor/Universidad de Guadalajara-ciepel/Libraria/Alejandro Valles Santo Tomás, México, 2000, 541 pp.

ensayo (político)

• Desafíos y tendencias del México actual, Joaquín Osorio Goicoechea (coordinador), Col. Avances, Centro de Investigación y Formación Social/iteso, México, 2000, 249 pp.

ensayo (sociológico)

• Habitus, democracia y acción popular, David Velasco Yáñez, ITESO, México, 2000, 677 pp.

• Jalisco. Diagnóstico y prospectiva, Roberto Gallardo Gómez y Joaquín Osorio Goicoechea (coordinadores), iteso, México, 2000, 179 pp.

• Los hijos de la luz. Discurso, identidad y poder en La Luz del Mundo, Reneé de la Torre, ITESO/CIESAS/UdeG, México, 2000, 333 pp.

poesía

• Atraviesa el fuego. Todas las canciones, Lou Reed, traducción de Javier Calvo y Cruz Rodríguez Juiz, Reservoir Book, Mondadori, Barcelona, España, 2000, 471 pp.

revistas

• Alforja, núm. XV, invierno 2000-2001, textos de José Ángel Leyva, Sofía Rodríguez Fernández, Martín Campos, entre otros, Fraternidad Universal de los Poetas, México, 156 pp.

• Archipiélago, núm. 30, octubre-diciembre 2000, año 6, textos de Carlos A. Carvallo Yáñez, Pedro Barrera, Andrés Henestrosa, Confluencia, México, 84 pp.

• Artes de México. Exvotos, núm. 53, año 2000, textos de Patricia Arias, Jorge Durand, Marion Oettinger, Jr., entre otros, Artes de México y del Mundo, México, 108 pp.

• Casa del tiempo, núm. 23-24, diciembre 2000-enero 2001, vol. II, época III, textos de Sara Elena Pérez-Gil Romo, Teresa Santiago, Ramón Xirau, entre otros, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 110 pp.

• Cordillera, núm. 2, diciembre del 2000, nueva época, año I, textos de Gerardo Campillo Llano, Noé Stava, Alex de la Rocha, entre otros, Durango, 40 pp.

• Liberaddictus, núm. 46, enero del 2001, año VI, textos de Sandra Tovar Kuri, Carlos Ramón Morales, Sara Andonie, entre otros, ContrAdicciones, Salud y Sociedad, México, 32 pp.

• Los universitarios, núm. 5, febrero de 2001, Nueva época, textos de Eliseo Alberto, Miriam Morales, Andrés Lira, entre otros, Universidad Nacional Autónoma de México/Coordinación de Difusión Cultural, México, 64 pp.

• Nuestra historia, núm. 44, enero de 2001, tomo IV, textos de Álvaro Matute Aguirre, Mónica Martínez, Clara Guadalupe García, entre otros, La Gaceta Cehipo, Centro de Estudios Históricos del Porfiriato, México, 48 pp.

• Origina, núm. 96, febrero 2001, año I, textos de Beatriz García, Eugenia Elena Bonfil, Tayde Bautista, entre otros, Gildardi Editores, México, 76 pp.

• Paradigmas y utopías, núm. 1, marzo 2001, Gonzalo Yáñez, Mao Tse Tung, Robert Guillén, entre otros, Sistema Nacional de Escuelas de Cuadros del Partido del Trabajo, México, 215 pp.

• Tropo a la uña, núm. 16, enero-febrero de 2001, año III, textos de Guadalupe Ángeles, Miguel Ángel Meza Robles, Ana María Rodas, entre otros, Asociación de Escritores de Quintana Roo, México, 60 pp.

teatro

• El fantasma del hotel Alsace, Vicente Quirarte, Textos de Difusión Cultural/unam, México, 2001, 70 pp.