LUNES Ť 16 Ť ABRIL Ť 2001

Maestra cesada presuntamente a instancias de Abascal


Prohibido leer a Gabo y a Fuentes

RENATO RAVELO

Georgina Rábago narra que como parte de su clase para tercero de secundaria en el Instituto Félix de Jesús Rougier, dejó a sus alumnas leer cuatro de los Doce cuentos peregrinos, de Gabriel García Márquez, y Aura, de Carlos Fuentes. El primer atrevimiento le costó un llamado de atención, el segundo la rescisión de su contrato como maestra de literatura.

El padre de familia impulsor de la medida, para quien al parecer Aura representa uno de los papeles que la mujer no debe desempeñar, es el actual secretario del Trabajo, Carlos Abascal, también autor de uno de los discursos más polémicos sobre el papel de la mujer en la sociedad.

maestra_depedida1 Dice el acta administrativa: "En la Ciudad de México, Distrito Federal, siendo las doce treinta horas del día trece de Marzo del dos mil uno, se recibió en la Dirección de la escuela... una queja de un padre de familia de una alumna de tercer grado de secundaria (carta que se archiva en la Dirección de la escuela ES4-264), debido al tipo de libros que la Profesora Luz María Georgina Rábago Pérez de la asignatura de español II y III, pidió a las alumnas".

De la carta y su remitente dieron cuenta a Georgina Rábago sus propias alumnas: "Ellas lo sabían, porque se me acercaron y me dijeron: 'Miss, nosotras sabemos quién fue el padre que mandó la carta, es el papá de Luz, porque le vimos una carta en su mochila que decía: Para la madre. Cuando salió del salón le sacamos el sobre de la mochila y como estaba cerrado no pudimos ver lo que decía adentro, pero como se transparentaba el sobre pudimos ver que decía algo de libros y algo de Aura'. Así fue que me enteré".

Así describe Rábago a la hija del secretario de Trabajo: "Era la más participativa, muy bien comportada. En clase no platica. Sin ser propiamente líder, era una de las que mas enriquecían las clases con sus comentarios. Con ella nunca tuve un incidente".

Explica el acta administrativa acerca de los libros que dejaba leer Rábago a sus alumnas: "Estos libros: Doce peregrinos (sic) que son cuatro cuentos de Gabriel García Márquez; Aura de Carlos Fuentes, Metamorfosis de Franz Kafra (sic); Fausto de Goeth (sic); Edipo en Colona de Sófocles y Los cuentos de horror de Horacio Quiroga, no se piden en el Plan de Estudios de la Asignatura de Español II y III de la S.E.P."

--ƑCómo ingresas a la escuela?

--Yo entré a trabajar en el 2000 . Es una escuela de puras mujeres. Religiosa. Yo estudio literatura dramática y teatro en la UNAM, en Filosofía y Letras. Tenía una amiga que daba clases ahí de español, en segundo y tercero de secundaria. Cuando ella salió de la escuela, donde trabajó un año, me dijo que si quería tomar su lugar y le dije que sí.

"A principios de octubre dejé leer el libro de García Márquez. Pedí cuatro cuentos y una alumna se me acercó a decirme que le había dicho su mamá que si podía yo cambiarles uno de los cuentos. Dejé a leer El rastro de tu sangre en la nieve, La santa, Espantos de agosto y El verano feliz de la señora Forbes. Me pidió que cambiara El rastro.... Fui a hablar con la directora, la madre Lourdes, y le comenté lo que me había dicho la alumna. La madre me dijo que no había problema, que las niñas tenían que aprender a tener un criterio más amplio, sobre todo si estamos hablando de literatura, porque ven cosas peores tanto en la televisión como en el cine. Pero que lo dejara a decisión mía, porque ya iba a tener una cola de padres de familia que iban a ir a hablar conmigo".

El acta, que firman como testigos la licenciada Lourdes González Doria y la directora técnica Elizabeth Suchowitzki Stadelman, señala: "Un argumento a través del cual se demuestra la incompatibilidad de estos libros con la Filosofía en Valores Eticos de esta escuela Secundaria, es la transcripción del texto del libro Aura de Carlos Fuentes en las páginas 48 y 49, que dice:

"Felipe cae sobre el cuerpo desnudo de Aura, sobre sus brazos abiertos, extendidos de un extremo al otro de la cama, igual que el Cristo Negro que cuelga del muro de su faldón de seda escarlata, sus rodillas abiertas, su costado herido, su Corona de brezos montada sobre la peluca negra, enmarañada, entreverada con lentejuela de plata. Aura se abrirá como un altar. Murmuras el nombre de Aura al oído de Aura, sientes los brazos llenos de la mujer contra tu espalda. Escuchas su voz tibia en tu oreja: ƑMe querrás siempre?"


Ť El secretario de Trabajo se inconformó en la dirección de la escuela

''Molestó'' a Carlos Abascal que su hija leyera Aura, de Fuentes

Ť Las autoridades del centro educativo levantaron un acta administrativa a la profesora de literatura; la lectura de esos libros, incompatible con la filosofía en valores éticos, dicen

RENATO RAVELO

El párrafo de la novela Aura, de Carlos Fuentes, que desató la indignación del secretario de Trabajo, Carlos Abascal, al grado de subrayarlo y transcribirlo en su carta como prueba de la "falta" de la maestra Luz María Georgina Rábago Pérez, quien dejo leerla a sus alumnas de tercer año de secundaria del Instituto Félix de Jesús Rougier, no fue lo más atractivo de la lectura que hicieron, de acuerdo con la apreciación de la propia maestra de literatura.

-¿Les pudo atraer a ellas la carga erótica sugerida en el libro?

-Claro que no, porque su primer comentario fue "Aura y la viejita eran la misma". No hubo ninguna alusión respecto del sexo. Los que les llamó la atención era cómo se describía cada cosa, el ambiente que se creaba. Les gustaba, porque se metían en un ambiente incluso de suspenso.

''No estaba en el programa''

maestra_despedida4En el lobby del Teatro Casa de la Paz de la Universidad Autónoma Metropolitana se efectuó la entrevista. Es al final del ensayo de una obra de teatro que se estrenará en mayo. Se trata de una puesta acerca de la vida de Vincent Van Gogh, Viaje en la luz del alma, escrita por José Luis Cruz, y que trata sobre "cómo la sociedad margina a la gente que crea arte, porque descompone la estabilidad y crean caos", explica Rábago.

Para los 52 pesos que le pagaban por hora de clase en el Instituto Félix de Jesús Rougier, la joven maestra se aplicaba de más. En el acta administrativa que se le levantó se reconoce: "en los libros de texto de la asignatura español II y III se mencionan los nombres de Fanz Kafra (sic), Goethe y Horacio Quiroga, con algunos datos biográficos, más no se pide la lectura de las obras que menciona, ni están en el programa".

Justamente como si Kafka hubiera escrito el guión de los últimos meses del trabajo de Rábago, ahora la pasante de literatura dramática y teatro en la Universidad Nacional Autónoma de México se enfrentará, el próximo lunes 23, a una extraña situación: el acta por la cual supuestamente se le rescinde su contrato es de hace más de un mes, pero hasta antes de Semana Santa ella seguía dando clases. Una nueva acta, por supuesto maltrato a unas alumnas, le fue levantada el 3 de abril. Ante esa situación fue que Rábago Pérez se dio a la tarea de buscar hacer pública su historia mediante la editorial Alfaguara, editora de los libros de Fuentes.

-¿Cuál era la razón particular para leer esos cuentos?

-No fue sólo por esos cuentos, más bien escogí a García Márquez porque yo quería elevar el nivel cultural y educativo. Desde mi punto de vista el plan de estudios de la SEP es muy escueto y pobre. Fueron esos cuentos porque me parecen los mejores del libro. Son interesantes y pensé que les llamaría la atención a niñas de tercero de secundaria. Es un antecedente y viene escrito en el acta administrativa. Después de esto, a finales de febrero, principios de marzo, estábamos viendo Realismo y agregué Realismo Mágico. Para mí los grandes exponentes de esta corriente son Elena Garro y Carlos Fuentes. De Elena Garro leímos Los pilares de doña Blanca, y de Fuentes leímos Aura.

-¿Cómo fue la lectura de Aura?

-Acostumbraba a tener en la clase diez o 15 minutos de lectura grupal en voz alta. Terminaron los quince minutos y cuando iba a pasar a otro tema, ellas dijeron "no, miss, por favor; está muy interesante, siga con el libro". Accedí y terminó la hora de clase; cuando nos faltaban 13 o 14 páginas, les dije que se lo llevaran de tarea, lo leyeran y que la próxima semana yo les preguntaría su punto de vista. A mí lo que me gustaba después era iniciar debates con cada libro que se leía; estos sí vienen en el plan de la SEP. Eso les gustaba mucho a mis alumnas. Ellas me dijeron que estaban fascinadas con el libro.

-¿Les pudo atraer a ellas la carga erótica del libro...?

-Claro que no, porque su primer comentario fue "Aura y la viejita eran la misma". Ninguna alusión respecto al sexo. Lo que les llamó la atención era cómo se describía cada cosa, el ambiente que se creaba. Les gustaba, porque se metían en un ambiente incluso de suspenso. Este fue a principios de marzo. A los pocos días me mandó llamar a su oficina la madre Lourdes, la directora, y me dijo que un padre de familia había mandado una carta diciendo lo inconforme que estaba porque yo les dejara leer ese tipo de literatura. Entonces me dijo: "me da mucha pena, pero tienes que firmar aquí, primero léelo... Es un acta administrativa que te voy a dar las copias. Ahí dice que la literatura que yo les doy no es competente para niñas de su edad, porque les despierta intereses que ellas no tenían antes de dicha lectura.

-¿Te dieron alguna vez un manual con esos principios éticos del colegio?

-No. Sólo dijeron que no iba de acuerdo con esos principios. La madre me enseñó el libro de Aura de una de mis alumnas, con un párrafo subrayado con un plumón amarillo fosforescente, que era el párrafo aberrante o sacrílego que estaba causando inquietud en este padre de familia.

-¿Cuál era ese párrafo?

-Este se anota en el acta administrativa que dice textual: "Un argumento a través del cual se demuestra la incompatibilidad de la literatura de estos libros con la filosofía en valores éticos de esta escuela secundaria, es la transcripción del texto del libro de Aura, de Carlos Fuentes, en las páginas 48 y 49, que dice, cita textual:

"Felipe cae sobre el cuerpo desnudo de Aura, sobre sus brazos abiertos, extendidos de un extremo al otro de la cama, igual que el Cristo Negro que cuelga del muro de su faldón de seda escarlata, sus rodillas abiertas, su costado herido, su Corona de brezos montada sobre la peluca negra, enmarañada, entreverada con lentejuela de plata. Aura se abrirá como un altar. Murmuras el nombre de Aura al oído de Aura. Sientes los brazos llenos de la mujer contra tu espalda. Escuchas su voz tibia en tu oreja: '¿Me querrás siempre?'".

-¿Qué opinas de ese párrafo?

-Se me hace hermoso; está cargado de un contenido literario sublime para mí. Tiene metáfora, tiene comparación.

-¿Este párrafo fue subrayado por una alumna?

-No fue subrayado por una alumna. Fue subrayado por el padre de familia.

-¿Qué padre de familia?

-Fue Carlos Abascal, el secretario. La alumna se llama Luz del Carmen Abascal Olascoada. Ella es muy participativa, es la alumna que más participaba en mi clase. Muy bien comportada. En clase no platica, pero sus comentarios eran de los más enriquecedores.

No es líder del salón. Hay otras que son líderes, se paran, comentan, se ríen. Con ella nunca tuve un incidente. Ni siquiera esto me causó un incidente con ella.

-¿Conoces a Carlos Abascal?

-En persona no

-¿Y las declaraciones que ha hecho sobre las mujeres?

-Sí. No estoy de acuerdo con lo que ha dicho, porque degrada a la mujer como ente social.

-¿En qué consistía el programa de la SEP para tercer año de secundaria que no tuviera que ver con leer libros?

-El plan era dramática, oraciones subordinadas, el uso correcto de los signos de puntación y un poco de literatura.

-Qué libros sugiere?

-El periquillo Sarmiento, Los bandidos de Río Frío y María, de Jorge Isaacs.

-Me queda una duda, ¿dices que podrías haber seguido dando clases?

-Ahorita no estoy dando clases, porque estamos de vacaciones, pero el día 23 no pienso regresar. No me pidieron que continuara. Después de firmar el acta, la madre Lourdes me dijo que por favor no les podía dejar más libros a las alumnas hasta que terminara el curso escolar. Le pregunté que si podía terminar el curso, me dijo que sí.

-¿Qué dijeron las alumnas?

-Llegué con las alumnas les dije que no se iban a leer más libros, porque un padre de familia se había quejado. Las alumnas protestaron que no era justo, que no leyeran, si de por sí ellas no estaban acostumbradas a leer, y si les quitaban la lectura en las clases ellas se iban a quedar en la ignorancia, que los libros que yo les dejaba se les hacían muy interesantes, que les gustaban muchísimo. Se decepcionaron, lo hablaron con sus papás, y algunos se lo preguntaron a la madre.

-¿Y qué dijo la directora?

-A los pocos días me volvió a llamar la madre Lourdes y me dijo que estaba muy molesta porque mi actitud no era la correcta, que no me había puesto del lado de la dirección ni de los padres de familia, y que en todo lo que decía la tenía que apoyar. Eso también me indignó, porque entonces no hay libertad de expresión.

-¿Le dijiste a las alumnas que el padre que se quejó era Carlos Abascal?

-No, ellas lo sabían porque se me acercaron y me dijeron: 'miss, nosotras sabemos quién fue el padre que mandó la carta, es el papá de Luz, porque le vimos una carta en su mochila que decía para la madre. Cuando salió del salón le sacamos el sobre de la mochila y como estaba cerrado no pudimos ver lo que decía adentro, pero como se transparentaba el sobre pudimos ver que decía algo de libros y algo de Aura. Así fue como me enteré.

-¿Hubo represalias de ellas hacia Luz?

-Como ellas mismas se lo comunicaron en la clase, se dedicaron a decir: ¿quién es ese padre de familia? Un ignorante, y por su culpa no vamos a poder leer libros? Se aprovecharon de eso. Ella se quedó calladita. Es una chica tierna y dulce. No es agresiva, no es prepotente; es muy amable".

En un colegio de monjas también

-¿Hicieron algo más los padres?

-Como nueve de ellos protestaron. Pasó una semana más en lo que los padres hablaron. Luego la madre habla conmigo. Luego con las alumnas. Ellas me contaron que la madre me había echado toda la culpa de que ya no se iban a leer más libros por mí. Que ellas no habían dicho jamás que no se leyeran más libros, que simplemente pidieron era que no se leyeran libros que no fueran aptos para las alumnas.

-¿Se definieron esos libros?

-Sí, me dijeron que les leyera algo más inocente para ellas.

-Alguna sugerencia. ¿Platero y yo?

-No, ¡ay, no! Ninguna sugerencia.

- ¿A qué edad leíste Aura?

-Lo leí a los 15 en el instituto Miguel Angel; también es un colegio religioso.