Geenpeace México exigió al gobierno federal mexicano que solicitara la revocación del registro de exclusividad que la Oficina Europea de Patentes otorgó a la transnacional Dupont sobre una variedad de maíz que cuenta con características similares a diversas especies del grano mexicano.

Se trata de la patente EPLO 744 888 B1, para una variedad del grano con un contenido de seis por ciento de aceite y 55 por ciento de ácido oleico. La patente fue otorgada en agosto del 2000 y se publicó para que se le hagan observaciones y objeciones. De no expresarlas ante la oficina Europea antes del 30 de mayo del 2001, entrará en vigor al día siguiente.

Varios científicos aseguran que diversas razas mexicanas de maíz tienen características similares a las de la especie patentada: el Dulcillo, Tabloncillo, Dulce, Onaveño, Jala y Nal-tel, entre otras.

Raúl Benet, dirigente de Greenpeace, en una carta que envió a Javier Usabiaga, secretario de Agricultura; a Jorge G. Castañeda, secretario de Relaciones Exteriores, y al secretario del Medio Ambiente, Víctor Lichtinger, afirma que México ha dado al mundo muchos de los principales cultivos existentes y ahora podría perderlos si se privatizan vía patentes o se imponen restricciones en el uso del germoplasma.

También señala que limitar este intercambio libre, debido a las apropiaciones con fines de lucro, significa acabar con el derecho de los agricultores para guardar, compartir e intercambiar su semilla, y atentar contra la soberanía alimentaria y la cultura de millones de personas.

Si se confirma la patente, los productores mexicanos de la variedad referida podrían enfrentar demandas o embargos similares a los que han padecido los productores mexicanos de frijol amarillo. Al respecto, cabe recordar que la Oficina de Patentes de Estados Unidos otorgó en 1999 al productor Larry Proctor una patente para una variedad de frijol amarillo que compró en México y que registró como propia en el vecino país. El año pasado los agricultores de Sinaloa que exportaron su frijol a Estados Unidos fueron demandados por no pagar regalías (12 centavos de dólar por kilogramo) sobre un material que es propio y han usado durante muchos años.

Hasta el cierre de este suplemento, se desconocían las gestiones de nuestras autoridades ante la Oficina Europea de Patentes.