MIERCOLES Ť 6 Ť JUNIO Ť 2001

Ť El reto, encontrar soluciones sin afectar la economía

Hemos fracasado en la preservación de los ecosistemas, advierte Sarukán

ANGELICA ENCISO L.

A pesar de que el calentamiento global de la Tierra y la pérdida de biodiversidad ocasionada por las altas tasas de deforestación son serios problemas ambientales, nadie parece estar realmente preocupado y la reacción social es prácticamente inexistente, señaló ayer José Sarukhán Kermez.

Ante los asistentes a la conferencia magistral El derecho al medio ambiente sano y la sustentabilidad económica, dijo: "me atrevo a afirmar que mañana ustedes no se van a acordar de lo que escucharon aquí", palabras a las que se unieron sonrisas disimuladas del auditorio que escuchaba al comisionado para el Desarrollo Social de la Presidencia de la República y especialista en medio ambiente, área en la que ha desarrollado gran parte de su trabajo académico.

Sarukhán Kermez detalló estos problemas y las consecuencias que pueden traer. Destacó que a pesar de los esfuerzos internacionales realizados, como la Cumbre de Río de 1992 y el Protocolo de Kioto -con éste se prevé reducir la emisión de gases invernadero que ocasionan el cambio climático- no hay resultados.

En su exposición, dijo que alcanzar estándares de vida dignos para todo el mundo a mediados de este siglo es algo que está severamente amenazado. "Las actividades humanas son responsables de las modificaciones ambientales y son dos las áreas críticas: la pérdida de biodiversidad y el cambio climático".

Refirió que existen amplios estudios acerca del conflicto entre el crecimiento de la población y el consumo de combustibles, lo cual se ha descrito como un dilema humano. Esto es, "cómo transformar actitudes sociales que buscan mejor confort para lograr estándares de vida dignos no basados en la acumulación de bienes materiales sino en logros personales y espirituales. En una atmósfera de mayor equidad".

Nadie, agregó, parece estar preocupado por el calentamiento global o la pérdida de biodiversidad. Comentó que los científicos dedicados a temas ambientales ven que a mayor información de problemas, como el calentamiento global, menor es el nivel de respuesta de la población. "Existe la preocupación de cómo llamar la atención al problema sin transmitir un sentimiento de desesperanza que genera indiferencia social con la percepción de la gente de que no pueden hacer nada, y no lo hacen".

"Hemos fracasado en lograr respuestas a pesar de esfuerzos como la Cumbre de Río o el Protocolo de Kioto. Esto va ligado a la idea de que actuar para resolver problemas como el calentamiento global implica afectar el crecimiento económico de los países, lo cual constituye una amenaza para mejorar los niveles de confort y bienestar", agregó.

Mencionó que también está presente entre los ciudadanos la idea de que los impactos ambientales no afectan a las generaciones actuales que viven en el planeta, los efectos de estos impactos serán para las futuras generaciones y a muchos no importa lo que pase con ellas, "esto es una barrera psicológica difícil de romper".

Aseguró que ninguna empresa privada tomará decisiones de protección ambiental sí antes no las toma el Estado. No son suficientes, precisó, el uso de tecnologías amigables con el medio ambiente, si no se estimula un cambio en el consumo energético.

Detalló que el excesivo gasto de combustibles fósiles y la acelerada deforestación son factores que inciden en el cambio climático, cuyos resultados ya se comenzaron a ver. El 40 por ciento del hielo del Artico ya se ha hundido y esa agua ha comenzado a afectar las corrientes marítimas; la temperatura se ha elevado en .6 grados centígrados en los últimos 40 años y la tendencia hacia arriba se mantiene; la última década ha sido la más cálida y ello se ha reflejado en las grandes precipitaciones pluviales que han ocasionado severas inundaciones; los Alpes han perdido la mitad de su masa glaciar y similar enfrentan los Himalayas.

Sarukhán Kermez señaló que la agricultura también tiene efectos serios sobre los ecosistemas por la apertura de bosques para uso agrícola; el excesivo uso de nitrógeno y plaguicidas Un efecto de esto es que en el Golfo de México ha disminuido la presencia de peces debido al escaso oxígeno que hay en el mar a causa de que el río Missisipi vierte sus aguas llenas de fertilizantes que reducen la presencia del gas.