MIERCOLES Ť 13 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Amenaza con negar entrada a camiones extranjeros si no hay reciprocidad

Fox exige a EU trato igualitario a transportistas

Ť "No vamos a permitir injusticias", dice el Presidente; "ayúdenos", pide la Canacar

ROBERTO GARDUÑO Y PATRICIA MUÑOZ

El gobierno de México está dispuesto -en légitimo uso de su derecho- a suspender los beneficios que el Tratado de Libre Comercio (TLC) otorga a los transportistas de Estados Unidos, si ese país persiste en no abrir la frontera al transporte mexicano de carga, advirtió ayer el presidente Vicente Fox Quesada.

En el Casino del Campo Marte, el jefe del Ejecutivo respondió a la invitación de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) para suspender de manera definitiva la entrada de camiones extranjeros a México. Fox Quesada se ganó el aplauso y las ovaciones de los camioneros cuando prometió que "no vamos a permitir ninguna injusticia", y aquello se convirtió en el acabose cuando dijo que estaría dispuesto a cerrar la frontera a los transportes provenientes de Estados Unidos.

Las palabras de Fox correspondieron a la demanda que la Canacar le hizo, en voz de su nuevo presidente, Manuel Gómez García, que le dijo: "hoy le queremos despertar su conciencia nacionalista, la de mexicano; nosotros le vamos a cumplir a usted y a México; el pueblo no se equivoca. Ayúdenos, pruebe con nuestra industria; total, si las cosas no resultan, siempre existe la posibilidad de volver a abrir".

La postura de los transportistas obedició a que desde el mes de marzo pasado el panel de solución de controversias del TLC determinó que Estados Unidos tiene que abrir de inmediato su territorio al paso de los camiones de carga mexicanos. El gobierno de Washington ha hecho caso omiso de la resolución, y en cambio condicionó la entrada de transportes de nuestro país, porque envió un memorándum a la administración foxista en el que advierte que para abrir su frontera en el año 2002, los mexicanos deben invertir en su país, establecer empresas del transporte o asociarse con algunas compañías de capital estadunidense.

El presidente Fox respondió. Primero dijo que su gobierno está en pláticas con las autoridades de Estados Unidos "para que prevalezca la justicia y la reciprocidad". También anunció que en el mes de octubre próximo se van a publicar las reglas definitivas para la entrada de los transportes mexicanos a Estados Unidos.

El reclamo de la Canacar para impedir el paso de los camioneros estadunidenses a México aún estaba en el aire. Y el presidente Fox le entró de lleno: "les digo aquí, con toda claridad, que éste es un tema que nos preocupa mucho, y no vamos a permitir ninguna injusticia.

"Con toda justicia"

"Si se incumple con la resolución del panel de controversias en materia de autotransportes y no se diese el trato igualitario que ustedes con toda justicia han demandado, el gobierno mexicano está dispuesto -en legítimo uso de su derecho, bajo el marco del TLC- a suspender los beneficios equivalentes a los transportistas de ese país".

Apenas terminaba esa frase y los autotransportistas ya festejaban con una amplia ovación. El mandatario tuvo que guardar silencio para escuchar los vítores. Segundos más tarde prosiguió y les dijo estar dispuesto y comprometido con el sector de carga del país.

"Todos tenemos un gran compromiso para que el autotransporte sea ejemplo de una industria limpia. Ningún argumento es válido para incumplir estas normas que finalmente van al beneficio del medio ambiente y de nuestros hijos... todos los mexicanos tienen derecho a contar con un transporte de carga eficiente, económico y accesible a cada necesidad".

La alocución presidencial también abordó el porqué Vicente Fox promueve en el extranjero la inversión en México. Sobre el particular, aclaró: "la lección histórica es muy clara, si queremos multiplicar las oportunidades y detonar el desarrollo, tenemos que salir al mundo, buscar nuevos intercambios, explorar otras experiencias, conseguir nuevas tecnologías, invertir decididamente en capital humano y traer más y mejores inversiones".

Por su parte, Manuel Gómez García recordó que cuando se negoció el TLC, el presidente Carlos Salinas de Gortari "era sumamente poderoso; sólo hacía lo que él y su gobierno querían; no escucharon a los ciudadanos y aunque nos tenían en el cuarto de al lado, era como si no estuviéramos. Hacían lo que se les pegaba la gana, y la prueba es que en contra de nuestra opinión se decidió abrir primero los estados fronterizos, sin pensar que más de 90 por ciento de la industria maquiladora ahí se encuentra y los transportistas estadunidenses iban a poder venir a recoger y dejar la caga al 100 por ciento y nosotros no lo íbamos a poder hacer."

El dirigente continuó con los recuerdos del salinismo: "con la mala negociación del gobierno de entonces, los camioneros no iban a poder llevar las mercancías hasta el norte de Estados Unidos; nosotros no íbamos a poder hacer este servicio. De ese tamaño fueron los errores... Bueno, pero gracias a Dios y a Bill Clinton que no se dio el tratado en materia de transporte. En seis años no ha pasado nada, a pesar de que el movimiento de carga ha crecido muchísimo."

La Canacar llevó al Casino Militar un portafolio lleno de demandas. Manuel Gómez denunció que la Ley de Inversiones Extranjeras es "débil" porque, con argucias, cualquier extranjero puede realizar operaciones restringidas a los mexicanos, como el cabotaje en puertos y fronteras.

Otra demanda planteada fue la del régimen simplificado. El dirigente de esta cámara sostuvo que la propuesta de aplicar el IVA en alimentos y medicinas ha distraído a los mexicanos. "Señor Presidente, le quiero decir que no estamos en contra de su reforma en lo general, pues uno de los mayores problemas que tenemos es la competencia desleal por parte de los transportistas que abusan del régimen y sus facilidades, así como de los que evaden totalmente pagar sus impuestos."

Le propusieron a Vicente Fox un esquema fiscal que permita modernizar al transporte a través de la reinversión, porque la flota actual tiene una antigüedad de 15 años.

Al despedirse de la presidencia de la Canacar, Miguel Quintanilla Rebollar, quien leía con dificultad su dircurso, saludó al presidente Vicente Fox de la siguente manera: "diputado presidente de la Comisión de Transporte de la Cámara de Diputados... perdón, señor Presidente".