MIERCOLES Ť 13 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Rechazan la instalación de centros comunitarios

Cierran indígenas oficinas de la Sedeso en Guadalupe Tepeyac

ANGELES MARISCAL Y JUAN BALBOA CORRESPONSALES

Tuxtla Gutierrez, Chis., 12 de junio. Indígenas pro zapatistas cerraron con alambre de púas la puerta del ex cuartel militar de Guadalupe Tepeyac, en donde ahora están ubicadas las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), en rechazo a la propuesta de crear los Centros de Desarrollo Comunitarios en esa localidad y en Río Euseba.

El viernes pasado, de acuerdo con funcionarios de la propia Sedeso, que tienen sus oficinas en el edificio que formó parte del acantonamiento, un grupo de civiles llegó al lugar y cerró el acceso, pero aún es posible ingresar a través del amplio terreno circundante -más de 2 hectáreas- de las instalaciones.

Informaron que por precaución, ellos se encerraron en el edificio, mientras los indígenas pro zapatistas permanecían en las cercanías.

Señalaron que desde el 20 de abril, cuando se retiraron por completo los militares, las familias de exiliados de Guadalupe Tepeyac empezaron a llegar al poblado para reparar sus viviendas. Algunos se han quedado unos días, pero no han hecho vida comunitaria y el lugar está prácticamente desocupado.

Por otra parte, en las comunidades cercanas a Río Euseba -ubicado a 26 kilómetros de Guadalupe Tepeyac- el próximo lunes empezarán las reinscripciones en la escuela secundaria de la localidad que, junto con una clínica rural, forma parte del Centro de Desarrollo Comunitario.

Carlos Montemayor, encargado del centro, confirmó lo anterior y explicó que la escuela secundaria comenzará sus labores en septiembre y se llamara Río Euseba.

Explicó que con el fin de apoyar a los estudiantes que queden inscritos, el Instituto Nacional Indigenista (INI) instalará un albergue en el que puedan pernoctar los alumnos que provengan de lugares distantes.

Reportan nuevos movimientos militares

La Red de Defensores Comunitarios por los Derechos Humanos denunció la instalación de nuevos retenes del Ejército Mexicano en la selva Lacandona, la zona fronteriza de Marqués de Comillas y los valles centrales de Tulijá.

En visitas realizadas a esas regiones, representantes de la Red confirmaron los desplazamientos militares en las comunidades indígenas, lo cual calificaron como el reinicio de "una estrategia de intimidación".

Desde finales de abril, señalaron, la zona fronteriza -específicamente el área de laguna Santa Clara, Francisco León, Cintalapa y Palestina- volvieron a "vivir los patrullajes diarios" del Ejército Mexicano.

"Estos operativos se realizan con la excusa de combatir el narcotráfico en la zona, cosa que las autoridades del municipio autónomo Ricardo Flores Magón (zapatista) cuestionan, ya que ellos aseguran que este negocio ilícito existe con la protección y el buen visto de las autoridades militares".

Los militares han penetrado a comunidades como San Jacinto Lacanjá y a los pueblos de Francisco León y San Jacinto Lacanjá, "el convoy paraba en los poblados intermedios intimidando a los habitantes, robándoles su comida y preguntándoles insistentemente sobre la existencia de mariguana, guerrilleros y zapatistas".

Condenaron los nuevos movimientos militares en la zona de conflicto, pues aseguran que son actos de intimidación del Ejército y la reaparición de la guerra de baja intensidad en Chiapas.

Por último, el Comité de Derechos Humanos Fray Pedro Lorenzo de la Nada denunció que el conductor de un vehículo arrolló intencionalmente a Jaime Cuevas Mendoza, miembro del equipo regional de Enlace Comunicación y Capacitación de Ocosingo, quien fue trasladado a la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la localidad con lesiones menores.