MIERCOLES Ť 13 Ť JUNIO Ť 2001

Ť Acto en el Camino Real

El arte de catar no deja de ser para los expertos

MARIANA NORANDI

El próximo 10 de julio en el hotel Camino Real, a las 18:30 horas, se llevará a cabo un encuentro de catadores en copas Riendel. Se probarán cuatro tipos de vinos: un chardonnay de Monte Xanic del Valle de Guadalupe (1998), un Pinot Noir Valdivieso de la Región Central de Chile (1998), un Sauvignon Blanc Wente Vineyard de la costa central de California (1998) y un Chateau de Cartillon, Bordeaux 1997.

Participarán alrededor de 400 personas y estará presidido por el austriaco Georg Riendel, experimentado empresario de la industria cristalera que viene a promocionar una nueva línea de copas especiales para degustar el vino, las cuales están hechas a mano con 24 por ciento de cristal de plomo, son más amplias, altas, flexibles y trasparentes que la copa tipo joker, pequeña y redonda, en la que habitualmente se sirve vino.

Los diseños Riendel buscan educar el paladar del consumidor, ofreciendo una copa adecuada para la degustación. Las formas de estas piezas, distintas según el tipo de vino, favorecen la apreciación y el sabor. Según sus representantes, las copas abren un mundo nuevo en el conocimiento del vino, y ya pueden encontrarse en 20 restaurantes de la República, especialmente en Baja California, Cancún, Guadalajara y México.

Riendel viene a desarrollar con productores una copa para tequila, pues el caballito no es el vaso idóneo para la degustación de esta bebida. Actualmente, en Austria, los técnicos ya trabajan en el diseño del nuevo caballito, que en julio probarán expertos de algunas casas tequileras.

Para dar a conocer las copas, el pasado lunes se llevó a cabo en un hotel de Polanco una pequeña demostración de las diferencias que existen entre beber vino en una copa tradicional y en una Riendel. Se pudieron apreciar diferencias visuales, algunas variaciones en el sabor, distintas percepciones aromáticas y corporales, pero el arte de catar un vino no deja de ser para expertos.