Lunes en la Ciencia, 9 de julio del 2001



 

LATIDOS DE TITANIO Y PLASTICO

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El proceso de implantación de este corazón artificial acaparó, durante la semana pasada, la atención de muchos medios de comunicación, particularmente la televisión. Sin embargo, es tan sólo el inicio de un proceso en el que la ciencia y la tecnología intentan homologar las funciones de nuestros órganos con dispositivos artificiales, frente al incremento de enfermedades degenerativas y problemas como la falta de donación de órganos para trasplantes.

El AbioCor es un corazón hecho de titanio y plástico con un peso aproximado de 800 gramos y tiene un costo de alrededor de 70 mil dólares. Fue diseñado para pacientes con problemas de corazón a los que les han fallado las terapias existentes. Aun cuando se reconoce este logro como un gran avance, falta un largo periodo de pruebas que permitirán perfeccionar su funcionamiento dentro del cuerpo humano, y por supuesto, falta aún más, para que sea accesible a los bolsillos de todo aquel que lo requiera. Casi a finales de 1998, en esta misma sección dimos cuenta del asistente ventricular de titanio llamado Debakey desarrollado por médicos estadunidenses de el Colegio Baylor de Medicina en Houston, Texas, y la NASA. En ese entonces dicha bomba miniaturizada que aún no era un corazón completo tenía un costo de alrededor de 50 mil dólares. * (Con información de agencias / Foto: Ap/Boston Globe)


LA VIDA SIN NITROGENO

la tierraƑHasta qué punto la evolución biológica está determinada por la evolución ambiental?

Esta ha sido una de las principales preguntas a contestar por los geólogos evolucionistas y biólogos, y en cuya respuesta ha trabajado el doctor Rafael Navarro, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, con Delfine Amondo, estudiante del programa de posgrado de dicha institución y el doctor Christopher Mackey, del Centro de Investigaciones de la NASA. El artículo donde se reportan sus resultados se publican en el número más reciente de la revista británica Nature. A través del estudio experimental de la química de los relámpagos realizado en el laboratorio de química de plasmas y estudios planetarios de la UNAM, el doctor Navarro mostró que debido a los cambios que sufrió la atmósfera en su composición, se desencadenó una crisis -que duró alrededor de un millón de años- que trajo consigo una producción menor de nitrógeno reactivo y ocasionó que los organismos carecieran de estas fuentes de vida.

ƑQué efecto tuvo? Produjo la muerte de muchas poblaciones biológicas, señaló el investigador, durante la presentación de su trabajo, hace unos días. Sin embargo, durante esta crisis, añadió, algunos seres vivos lograron desarrollar o innovar un metabolismo para sobrevivir, logrando convertir el nitrógeno molecular en amoniaco, a través de una nueva ruta biológica.

Los primeros seres vivos eran muy simples, no podían crear sus propios alimentos y dependían de lo que se encontraba en el medio, por lo que en esta época, eran los relámpagos los que aportaban el nitrógeno esencial para la vida.

De acuerdo con el doctor Navarro, estos resultados son una evidencia de que la atmósfera juega un papel muy importante para la evolución de la vida, por lo que resulta crucial que los seres humanos cuidemos nuestra atmósfera: "actualmente la estamos contaminando y esto puede ocasionar cambios significativos en la evolución y la extinción de muchos organismos", concluyó el especialista, quien recientemente fue distinguido con el Premio Universidad Nacional para jóvenes acadaémicos y fue el primero en recibir la Beca Sabática Mario Molina en Ciencias Ambientales. * (Con información de la revista Nature y de la Coordinación de la Investigación Científica de la UNAM)


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