Ojarasca 51  julio 2001


 
 
Cóo béele guíi

¿Túu guníi náa xhíixha

guyáa née bixhíidxa, ruzáani

xhíindxi náaca xhíxha guibáa

nayéeche? ¡Ah, béele stíina,

bieete! Baríi lúa guíixhi

gáacu xhíixha béele guilúuxhe, gáaca béela

xpiáani lúu. Gáapa líi zelúuxhe,

cayáaca díiti cuée guíixhi líili,

béele guíi biáaba

gudíi ríini stíi páa cáa xtúuxhu

icáa xnadxiée stíine. ¡Ah, quíi ziúu dxíi

icáa láa luguiáa! Nadóo láadxi,

rihuínni, ráa ríi ndáani guíidxi layúu díi

cabéeza líi. Tíi báadu nguíiu nadxíi líi.


 


No estrella

¿Quién dijo que ese cuerpo

tallado a besos, brilla

resplandeciente en astro

feliz? ¡Ah, estrella mía,

desciende! Aquí en la hierba

sea cuerpo al fin, sea carne

tu luz. Te tenga al cabo,

latiendo entre los juncos,

estrella derribada

que dé su sangre o brillos

para mi amor. ¡Ah, nunca

inscrita arriba! Humilde,

tangible, aquí en la tierra

te espera. Un hombre que te ama.


 
 
 

Vicente Aleixandre

Traducción al zapoteco: Macario Matus


En su camino a lenguas escritas, las habladas en nuestro país se internan por primera vez en la literatura, sin la muletilla de lecturas bíblicas a que se circunscribía la traducción para ellas. Hoy los idiomas indios no viven en el cascarón de Institutos inminentes o Academias que remeden las de la lengua española, queriendo poner la carreta delante de la yunta. Viven en los maestros bilingües comprometidos con su cultura, en la gente aprendiendo a leer palabras que sólo escuchadas conocía. En los escritores fundacionales del tzeltal, el mazateco, el ñahñú, el maya, el tzotzil, y los continuadores de la tradición literaria zapoteca y nahua. En las comunidades rurales, urbanas y transmigradas.
      Con intención divulgativa, educativa, pero sobre todo por amor a la palabra, los autores y los traductores de los pueblos que componen el paisaje pluriétnico de México exploran la literatura universal participando por primera vez en ella. Macario Matus ha hecho sonar, durante años, cualquier cantidad de poesía en el ámbito juchiteco, y así Baudelaire, Rilke, López Velarde, Vicente Aleixandre existen también en lengua binni záa. Enrique Pérez López, originario de los Altos de Chiapas, autor de relatos juveniles como "Bájate carne" y "El niño que se transformó en sol", logró trasladar los complejos poemas de su coterráneo Juan Bañuelos al tzotzil. Gracias a ellos, Ojarasca ofrece ahora a sus lectores dos pruebas de que los vasos comunicantes están abiertos.
 
 

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