MARTES Ť 17 Ť JULIO Ť 2001

REPORTAJE

Agrupación fundada por Agustín Legorreta encabeza la oposición

Crece movimiento social contra la venta de acervo cultural a Citigroup

El patrimonio reunido por Fomento Cultural Banamex refleja una vocación de muchas décadas de apoyo al arte mexicano. Entregarlo en manos extranjeras podría implicar que miles de clientes del banco decidieran cancelar su relación con una institución que resuelve faltar así a su compromiso moral con el país, consideran empresarios, políticos y académicos agrupados en la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México, creada hace más de 50 años, entre otras personalidades, por el iniciador de dicha colección y entonces propietario del Banco Nacional de México

ISRAEL RODRIGUEZ JIMENEZ

A la polémica surgida en torno de la venta de Banamex a Citigroup ?operación que implica un monto de 12 mil 500 millones de dólares? se ha agregado el hecho de que incluye un importante acervo cultural cuyo valor va más allá de lo monetario, y que grupos civiles demandan que pase a ser propiedad de la nación. Dicho acervo comenzó a ser reunido en la década de 1920, a través de Fomento Cultural Banamex, por Agustín Legorreta y López Guerrero, entonces dueño del banco.

mural_1Diversas organizaciones sociales, entre las que destaca la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México -asociación civil fundada hace más de 50 años por Felipe García Beraza, José Vera, Gustavo Velasco, Dolores del Río y el propio Agustín Legorreta, dirigida actualmente por el arquitecto Ernesto Carranco Muñoz-, demandan que el importante acervo cultural que posee Banamex se mantenga al margen de la transacción financiera. Solicitan que el Congreso legisle al respecto, para una mejor protección ante operaciones similares que se pudieran presentar en el futuro.

Ricardo Lazo y Jacinta Ruiz, integrantes de la comisión de vigilancia de esta sociedad -a la que pertenecen prominentes empresarios, políticos y académicos como Efraín Castro, Jaime Ortiz Lajous, Federico Siller, Ana Elena Rabasa de Ruiz Villalpando y Manuel Limón-, advierten que "de no separarse el acervo de la venta de los activos financieros, sería el principio de una campaña de desprestigio creada por ellos mismos", la cual motivaría a miles de clientes de Banamex a desplazarse a otros bancos.

Otras voces, por el contrario, sostienen que no tiene importancia quién sea el nuevo dueño, sino que se garantice su conservación, pues antes de ser patrimonio de México lo son de la humanidad.

Más de 2 mil 700 obras pictóricas de todas las épocas

El acervo cultural de Banamex contiene, entre otras, una colección pictórica con más de dos mil 700 obras que van desde anónimos de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX hasta cuadros de destacados artistas mexicanos y extranjeros representativos de todas las épocas.

mural_6Cuenta con propiedades como el Palacio de Iturbide, actual sede de Fomento Cultural Banamex (Madero 17, Centro Histórico), rescatado y remozado en tiempos de Agustín Legorreta. Fue en este edificio donde el militar y político dijo el 18 de mayo de 1822 a la multitud que lo aclamaba como emperador: "¡Mexicanos! ¡Si no garantizara la felicidad de la nación; si en algún momento desconociera yo mis obligaciones, que cese mi soberanía!"

Rogelio Ruiz, maestro en historia del arte e investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, afirma que "hay que partir de un concepto más amplio. Esto pertenece a la nación en un sentido legal, y en un sentido mucho más amplio es propiedad de la humanidad. Es decir, toda creación humana forma parte de la humanidad entera. Que las obras tengan que estar en su lugar de origen me parece un poco exagerado".

Si los nuevos dueños le van a dar un buen uso yo no reclamaría para nada, agrega Ruiz Gomar. "Yo en lo personal, salvo que el dueño quisiera agarrar piedra por piedra y trasladarla a otro lugar o convertirla en un McDonald's, lo que me parece totalmente risible, no vería problemas en el origen de la propiedad."

Otros bienes inmuebles que integran el acervo cultural de Banamex son el Palacio San Mateo, de los condes de Valpa-raíso, sede del banco; la mansión solariega de los Montejo, en Mérida; la Casa del Diezmo, el Palacio de la Canal, en San Miguel de Allende, y la casa del Valle de Súchil, en Durango, así como diversas haciendas henequeneras en Yucatán.

El investigador de la UNAM precisa que de ninguna forma defendería un saqueo, "pero tampoco creo que se pudiera intentar hacer un requerimiento de que el museo del Louvre regrese todo lo que tiene de Mesopotamia; el Metropolitano de Nueva York todo lo que tiene de Egipto, porque además ni siquiera tendrían lugares donde ponerlo. Y de que estén en Egipto a que estén en el Metroplitano yo prefiero que estén en el Metropolitano".

Lazo Calderón, por su parte, subraya la necesidad de que permanezca en el país "el legado cultural de nuestros creadores, que hicieron posible que aprendiéramos a tener un mismo sentir y un gustar independiente de nuestras ideologías, historias personales y escalas sociales".

Es increíble, añade, que los actuales dueños de Banamex, Roberto Hernández y Alfredo Harp, que han seguido la tradición de acrecentar un acervo cultural iniciado en 1929 por Agustín Legorreta y López Guerrero, y que lo han enriquecido con obras dignas de elogio, como el apoyo que brindaron para reparar con todo cuidado y exactitud el convento de Santo Domingo en Oaxaca, no hayan tenido la sensibilidad de separar de la venta de su banco el patrimonio cultural mexicano.

mural_8"Se pregunta uno si ese compromiso con el quehacer artístico fue simplemente una pose o la búsqueda de un aplauso. El espíritu de Banamex es su compromiso con la cultura, esto a los usuarios nos da confianza y simpatía. Tendrían que pensar muy bien que este patrimonio es ya además de los mexicanos, pues lo hemos pagado esta generación y dos más, por lo que nos pertenece de facto."

Fomento Cultural Banamex, dirigido por Cándida Fernández, sucesora del muséografo y promotor cultural Fernando Gamboa, apoya actualmente la restauración de 10 inmuebles y auspicia 15 exposiciones en el país.

Ricardo Lazo considera que, al no separar de la venta el acervo, la simpatía de gran número de usuarios se transformaría "en incertidumbre, malestar e inseguridad en una institución bancaria poco comprometida con sus acciones y decisiones iniciales.

"Sería el principio de una campaña de desprestigio creada por ellos mismos. No dudamos que miles de usuarios dejarán de utilizar esta institución bancaria", vaticinó, e hizo un llamado a los actuales dueños para que respeten y sigan en la trayectoria de sus antecesores, que contribuyeron a la grandeza económica y cultural de México.

Entre las obras pictóricas que tiene Fomento Cultural Banamex destacan las del triunvirato de paisajistas integrado por José María Velasco, Joaquín Clausell y Gerardo Murillo, mejor conocido como el Doctor Atl, que corresponden a distintos tiempos y periodos de nuestra historia.

De José María Velasco (1840-1912) Banamex posee Capilla del Cerro de las Campanas, Querétaro, Cerro de Guerrero, Crepúsculo, Hacienda de Coapa y Valle de México, Paisaje de Cuernavaca y El Popocatépetl desde Atlixco.

mural_4De Joaquín Clausell (1866-1935) tiene dos obras importantes: Amapolas y Fuentes Brotantes.

Del Doctor Atl (1875-1964) cuenta con Amanecer en el Iztaccíhuatl, Arroyo y cráter, Autorretrato, La cascada, Mujer sentada, Paisaje con árboles, Paricutín (fresco), Paricutín (atribuido), El Popocatépetl desde Tlamacas y Valle con montañas y pueblito.

Otras obras que integran la colección son siete cuadros de Diego Rivera, cinco de Rufino Tamayo y tres de José Clemente Orozco, junto con otras de David Alfaro Siqueiros, Frida Kahlo, María Izquierdo, Cordelia Urueta, Leonora Carrington, Olga Acosta, Juan Cordero, Jorge Enciso, Gabriel Fernández Ledezma, Jorge González Camarena, Severiano Hernández, Saturnino Herrán, Lorenzo de la Hidalga, José María Ibarrarán, Félix Parra, Julio Ruelas, Manuel Rodríguez Lozano, Juan Soriano, Alfredo Zalce, Angel Zárraga y Francisco Zúñiga, por citar algunos.

Necesaria reforma legal

Jacinta Ruiz Rabasa aclara: "nuestra comisión no quiere polarizar; sólo quiere estar pendiente. Sabemos que las leyes mexicanas protegen el patrimonio, pero hay que revisarlas para que realmente protejan todo, no solamente la parte arqueológica. Y segundo, se trata de poner en la conciencia de los mexicanos que todo esto es parte de nosotros, y puede estar en manos de Banamex, de particulares, del gobierno, el INAH o el Conaculta, pero es nuestra esencia como mexicanos, la cual tenemos que recuperar y sentirnos orgullosos de ella".

La parte legal, dijo, hay que tenerla muy bien cimentada, porque hay que conocer primeramente qué obras fueron compradas con recursos públicos, cuáles se recibieron como dación en pago y cuáles están en comodato por parte de algunos miembros del consejo de administración de Banamex, para protegerlas.

Ricardo Lazo espera que Banamex informe qué se va hacer con ese patrimonio, así como las propuestas de las cámaras a través de sus comisiones de Cultura, así como los candados que se impondrán para la protección del acervo cultural.

Los opositores a la venta consideran que, tomando en cuenta que Fomento Cultural Banamex es una sociedad civil sin fines de lucro, bien podría realizarse la separación de sus activos históricos y culturales de los relacionados con la actividad bancaria, pues éstos tienen otro propósito -el lucro- y naturaleza jurídica diferente.

Justo y lógico, coinciden, es que si Banamex mantiene créditos irregulares o llamados reportables en la auditoría realizada por Michael Mackey, los cuales forman parte del rescate bancario ?además de que esa institución fue apoyada con recursos de todos los contribuyentes mexicanos?, "lo más justo sería que regresara a todos los mexicanos estos acervos que comenzó a coleccionar Agustín Legorreta allá por 1920. Además, esta operación no pagará impuestos, con lo que se comprueba nuevamente que las pérdidas se democratizan y las ganancias se privatizan".