DOMINGO Ť 5 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Exponen expertos en foro de La Jornada y Casa Lamm

La guerra al narco, asunto militar en AL por presión de Estados Unidos

JUAN ANTONIO ZUÑIGA M.

El combate al narcotráfico se ha convertido en una noticia alimentada por "verdades a medias" que, "convertidas en dogma de opinión por la magia mediática", ocultan la ineficiencia de las autoridades policiacas y judiciales, reflejada en un crecimiento alarmante en el consumo de drogas, particularmente en los jóvenes, y en la ascendente participación de las fuerzas armadas en una tarea ajena a sus fines.

Desde ángulos distintos, tres periodistas investigadores evaluaron el combate al tráfico de drogas en México en el foro "Narcotráfico y lavado de dinero: su efecto en la salud pública y en la corrupción a escala social en el caso de México", organizado por La Jornada y Casa Lamm.

ejercito_droga0408Y llegaron a la conclusión de que es más lo que se oculta que lo que se conoce del entramado económico y político entre el poder público, el capital privado y "esta especie de empresa trasnacional" subterránea.

Carlos Fazio, investigador y analista de asuntos especiales de La Jornada, re- flexionó: "Hay al menos una paradoja que no responde al interés nacional de los países involucrados. En América Latina se militariza el combate al narcotráfico pero en Estados Unidos no, porque, dicen ellos, esa es una tarea de la policía".

Hay evidencias suficientes, agregó, que indican que la reconfiguración de los ejércitos latinoamericanos "está controlada y dirigida desde el Pentágono". En el caso de México, su readaptación se ha hecho "no en función de los intereses de la soberanía nacional, sino del narcotráfico", precisó.

Sobre este tema, Jesús Aranda, reportero de La Jornada, aportó los datos duros. "Apenas el año pasado la estructura militar en México se transformó como parte del 'ajuste permanente' del despliegue estratégico del Ejército Mexicano, lo que se tradujo en la división territorial del país en 12 regiones con 44 zonas, y en el desarrollo de infraestructura en las zonas de mayor incidencia".

Así, enumeró, "se reubicaron hacia las fronteras norte y sur 21 regimientos de caballería motorizados y 45 batallones de infantería hacia las áreas de mayor incidencia de enervantes; se crearon 24 compañías de infantería no encuadradas; se crearon la cuarta y la quinta brigadas de infantería ligera, desplegadas en el Bajío y el sur del país, lo que permite contar con unidades de alta movilidad para cualquier tipo de contingencia".

Diariamente el Ejército Mexicano destina un promedio de 25 mil soldados para operaciones de erradicación e intercepción de drogas, 80 aviones, 47 helicópteros y 252 lanchas, indicó Aranda.

Además de los casos conocidos de corrupción de militares, explicó Aranda, habría que tomar en cuenta el creciente número de denuncias ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos en contra de soldados que violaron las garantías individuales de pobladores en operativos antinarcóticos o de seguridad pública.

Dentro del Ejército, las relaciones también comienzan a tensarse. En esta administración, la Procuraduría General de Justicia Militar ha recibido 116 quejas contra soldados, de las cuales 79 fueron interpuestas por civiles en contra de militares, y 37 por soldados en contra de sus superiores, "lo que habla de la gravedad del asunto".

La moral de la tropa es baja, explicó Jesús Aranda, "porque el personal va a la sierra hasta por seis meses a erradicar cultivos de droga y se mantiene fuera de sus hogares, además de conocer que mientras ellos están pasando hambre y ponen en riesgo su vida, hay generales que se han corrompido".

José Reveles, premio nacional de Periodismo 2001 en investigación, cuestionó las cifras oficiales que se repiten una y otra vez sin explicar el origen y método por los que se llegó a ellas, como la constante de 300 toneladas de droga enviadas a Estados Unidos que "se han asignado a cada gran capo capturado".

Pero la evidencia es inobjetable, señaló Reveles. "Pese a la detención del presunto jefe de sicarios de los Arellano Félix, Ismael Higuera Guerrero El Mayel; o de Gilberto García Mena El June, o del supuesto lavador de dinero de los Arellano, Jesús El Chuy Labra, el aumento en el número de jóvenes adictos en México es alarmante."

Carlos Fazio consideró que "es increíble pensar que el problema del tráfico de drogas tenga que ver sólo con los grandes capos", los cuales nunca figuran en los medios informativos estadunidenses, a menos que sean cubanos o puertorriqueños.