DOMINGO Ť 5 Ť AGOSTO Ť 2001

José Antonio Rojas Nieto

La profundidad de la crisis

No podemos estar ciertos aún del grado de profundidad y de extensión de las dificultades económicas por las que transitamos. No están suficientemente determinados o esclarecidos los elementos para ello. Ni interna, ni externamente. Lo cierto, sin embargo, es que en el ámbito interno este mes de septiembre cumpliremos un año -sí, un año- de vivir bajo una dinámica económica desacelerada, es decir, con crecimientos cada vez menores, que han llegado a ser negativos en el mes de mayo.

Además -según varias opiniones especializadas-, hay signos de que, lejos de comenzar la recuperación, la caída se profundizará y, durante varios meses, podrían continuar los crecimientos negativos, ya no sólo del Indice Global de la Actividad Económica -el llamado IGAE por sus siglas y que representa un especie de PIB mensual-, sino de todos los indicadores: inversión, empleo y, sin duda, salario real.

Y, sin embargo, los personeros del gobierno actual apenas lo reconocen, aunque lo cierto es que este especie de PIB mensual que nos ofrece mensualmente el INEGI dejó de crecer como lo venía haciendo los meses anteriores a partir del mes de septiembre del año pasado. Y la inversión prácticamente también desde septiembre. No obstante, este viernes una vez más se escuchó decir al Señor Presidente que la economía está fuerte y lista para crecer. No lo hubiera dicho frente al primer ministro Blair de la Gran Bretaña, quien con prudente silencio no señaló lo que ya no es secreto: que su orgullosa economía -esa que a decir del Presidente Fox tiene liderazgo en el ramo de la energía y gran capacidad en tecnología, electrónica, telecomunicaciones y en el sector automovilístico-, también está dando muestras de un severo debilitamiento. Así lo expresaron hace dos días los analistas de The Economist, al asegurar que al orgulloso Reino ya le llegó su turno. Y es que recientemente y por cuarta ocasión en el año, el Comité de Política Económica del Banco de Inglaterra también ha bajado la tasa de interés con el ánimo de frenar un poco la desaceleración de la economía británica que desde el tercer trimestre del año pasado ha registrado crecimientos cada vez menores aunque todavía positivos merced a que las tasas de consumo y de ventas se han sostenido un poco.

Pero los industriales británicos acusan ya una creciente debilidad manufacturera y una pérdida de competitividad internacional, como acaso hace 15 años no experimentaban. Así, si a las conocidas dificultades estadunidenses -expresadas en el reciente registro de la tasa del producto más baja en 10 años-, sumamos las dificultades británicas manifiestas, así como la cada vez más profunda crisis japonesa que más recientemente se ha expresado en 10 meses consecutivos de descenso de la producción industrial -cinco de ellos con tasas negativas-, el asunto se ve más delicado.

Y si, todavía más, agregamos el hecho de que en Alemania la confianza de los inversionistas está en su punto más bajo después de cinco años porque ya se resiente una desaceleración industrial, entenderemos porqué -pese a la moderación de Alan Greenspan- esta semana se intensificó en todo el mundo la discusión sobre la extensión, la profundidad y la duración de la crisis económica, ya no sólo de Estados Unidos, sino en las economías más desarrolladas y en muchas en desarrollo como Argentina, Brasil, Singapur y, desde luego, México. ¿Recesión- Hacia allá parecen orientarse hoy las opiniones especializadas (Ver el artículo "Defining a downturn; fears grow about a 'global recesion'. What exactly does it mean-" en el The Economist de esta misma semana), que un poco barrocamente discute si se arriba a la recesión cuando dos trimestres consecutivos hay tasas negativas del producto o si una economía cae en ese terrible estado que da miedo cuando registra un crecimiento del producto inferior a la mitad o a la tercera parte de su tasa de crecimiento medio de los últimos 10 años, o, finalmente, para tomar en cuenta a quienes The Economist califica de cínicos, si hay recesión cuando la economía de Estados Unidos cae en recesión. Parece, entonces, que esto...que esto apenas empieza...Ya veremos.

[email protected]