DOMINGO 19 DE AGOSTO DE 2001


Carlos Hank González

Retratos de una vida ... millonaria

Se definía como "un payote de pueblo"y su vida fue la síntesis perfecta de dinero y poder, uno acrecentado gracias al otro. Carlos Hank González murió la semana pasada, a los 73 años, aunque anhelaba llegar a los 100. Unos años antes de morir, Hank sostuvo conversaciones con el escritor Fernando Benítez, ya también fallecido. De estas charlas nació el libro Relato de una vida. Conversaciones con Carlos Hank González (Editorial Océano). La obra se imprimió en marzo de 1999, pero el profesor Hank decidió que permaneciera embodegada. En junio de 1999 La Jornada publicó extractos de estas memorias. Aquí presentamos otros pasajes y algunas de las imágenes que el Profesor eligió. Son retazos de un imperio intacto, de una herencia en disputa

ARTURO Cano

En el ocaso del sexenio salinista, el profesor Carlos Hank González gustaba repetir lo que dijo al escritor Fernando Benítez antes de que éste decidiera ayudarle a escribir sus memorias: "Me he alejado, en definitiva, de lo que ha sido la pasión de mi vida: la política. El dinosaurio se va... Nunca más ocuparé un cargo en el gobierno".

 El dinosaurio no se fue sino con la muerte.

 En el régimen de Carlos Salinas, el profesor Hank González había ocupado las carteras de Turismo y de Agricultura, y con esos cargos daba por concluida su larga carrera. Pero en noviembre de 1994 se dio tiempo para matizar: "Me retiro de los cargos públicos, pero no de la política. Esta es como un virus que se halla en mi sangre desde hace 42 años".

El virus, pese a las frecuentes visitas de Hank a hospitales, siguió ahí. Estuvo en primera fila en las campañas de Arturo Montiel por la gubernatura del estado de México y antes, en la de Alfredo del Mazo contra Cuauhtémoc Cárdenas en la capital del país. Y todavía el sábado 11 de agosto, día de su muerte, tenía cita para cenar con su ex colaborador Roberto Madrazo Pintado, hijo del político tabasqueño a quien Hank reconoció siempre como maestro.

*La fabriquita

mas-recib1.jpgJosé Zepeda fue, como muchos, alumno del profesor Carlos Hank González. A mediados de los cincuenta Zepeda llegó a estudiar a la Escuela Nacional de Maestros. Ahí contaba a sus condiscípulos la historia del director de su anterior internado en Atlacomulco, estado de México. Era tan emprendedor, refería, que al finalizar las clases llevaba a sus alumnos a trabajar en una fábrica de dulces. A cambio de ese trabajo, que seguro era como un juego, los niños-alumnos recibían dulces y una especie de domingo. Nada más.

Por entonces, el profesor Carlos Hank González tenía cinco años como miembro del PRI, y había sido dirigente estudiantil y de la Confederación de Jóvenes Mexicanos.

El negocio de los dulces, su primer negocio, había comenzado una noche de 1949, en la reunión de un grupo conocido como La República Ideal, cuando el profesor obtuvo de sus amigos consejos y dinero: "Montamos una fabriquita de dulces. Empezamos haciendo chiclosos y natillas. Con el tejocote hice ate y jalea, luego corazones de chocolate rellenos de tejocote. Empecé vendiendo en Atlacomulco y después en los pueblos de alrededor. Más adelante fui a vender a México".

Fue el comienzo de un imperio. En un tris Hank dejó de depender de sus ingresos en el servicio público. En el primer año de la fábrica de dulces ganó un promedio de 7 mil pesos mensuales, cuando su sueldo en la enseñanza era de 750 pesos. Claro, algo tuvo que ver que los alumnos que hacían de obreros en la "fabriquita" no percibían salarios.

*El dinero de los amigos

Siempre con créditos de amigos, Hank se hizo, según su relato, de una camioneta para repartir sus dulces, de un camión para distribuir Pepsi-Cola en la región y luego de una pipa con la que entró a trabajar para Petróleos Mexicanos.

Sus amigos de La República Ideal, Javier Vélez y Wilfrido Valverde, dieron en garantía algunas propiedades para que Hank obtuviera préstamos bancarios y comprara su primera empresa de transportes, que tenía ocho camiones, ya trabajando para Pemex en la ruta de Salamanca a Toluca.

Muchas páginas se consumen en el relato de los viajes por todo el país para supervisar los camiones, del surgimiento de oportunidades aquí y allá para hacer crecer las empresas de transporte, de las deudas y las inversiones.

Carlos Hank se ha ido. Pero su imperio económico -que abarcó ramas tan disímbolas como la automovilística, la financiera, la telefonía, el transporte, la bancaria, entre otras- está intacto. Nunca fue un político pobre. La fortuna familiar fue calculada conservadoramente por la revista Forbes en mil 300 millones de dólares.

*La orden de Díaz Ordaz

recibe su tituloLa carrera política de Hank va viento en popa. Igual que los negocios. A lo largo del libro, son varias las ocasiones en que el Profesor insiste en que si siguió en los negocios fue por orden del presidente en turno. Le sucedió con José López Portillo. Y también, en 1964, cuando Gustavo Díaz Ordaz lo nombra director de la Conasupo. Entonces Hank ya era dueño de una de las principales empresas transportistas para Petróleos Mexicanos.

Hank acude con el presidente Díaz Ordaz y le habla de sus planes de deshacerse de su empresa de transportes: "¡Se lo prohíbo! ¡Esa empresa es el patrimonio de sus hijos! ¿Cómo me sale usted con que va a vender el patrimonio de sus hijos? Estoy absolutamente seguro de que usted nunca va a usar su influencia como funcionario público para su negocio. Lo ha hecho sin influencia. Pues lo seguirá manejando sin influencia. No lo venda", dice Díaz Ordaz.

¿Qué responde Hank?

"Muy bien, señor presidente".

En la charla con Fernando Benítez, Carlos Hank abre un paréntesis en este punto: "Ya sé, Fernando, que tú no tienes gran afecto por él... Yo lo tengo y lo respeto profundamente; lo conocí muy bien... Alguna vez te platicaré anécdotas que ojalá te reconcilien con la figura histórica de Díaz Ordaz".

*El presidente Hank

mas-devela.jpgAl funeral de Carlos Hank acudió el ex presidente José López Portillo, quien no tuvo empacho en decir que -de haber sido posible- hubiera preferido que el mexiquense fuera su sucesor. No pudo ser porque López Portillo decidió no promover una reforma constitucional que hubiera permitido a Hank -hijo de un alemán- aspirar a la presidencia.

En sus memorias, Hank recuerda que en enero de 1977 le informa al presidente José López Portillo que va a vender sus empresas.

López Portillo le pide que no se las venda "a Monterrey", sino al gobierno, y encarga el asunto a José Andrés de Oteyza, quien tiempo después se reúne con Hank: "Carlos, como sabes ya terminaron los avalúos, pero te traigo un recado del presidente: te pide que no vendas este grupo; él cree que hay que multiplicar este tipo de grupos".

Hank trata el asunto nuevamente con el presidente: "Don Carlos -dijo López Portillo-, yo le pido que no venda su grupo de empresas, al contrario, hay que fomentar grupos empresariales... No lo venda, déjelo en manos de su hijo. Y aprovecho para decirle: no quiero que se deshaga de sus empresas por razones políticas. Se lo digo con toda honestidad: no voy a reformar el artículo 82 constitucional".

Hank le pide a López Portillo que lo declare públicamente: "Yo voy a hacer obras importantes y resolver problemas de peso en la ciudad de México. Los que aspiran a la presidencia se pueden encelar de mí; entonces, es mejor que sepan que yo no puedo ser presidente".

-Todos los políticos aspiran a la presidencia. ¿Qué significó para ti no ser presidente de la República? -pregunta Fernando Benítez.

-Nada, nunca soñé con eso... Yo creo que es más productivo pensar en lo que uno tiene posibilidad de hacer y tratar hasta lo imposible de lograrlo; y no pensar en lo que no se puede. No hubo, pues, frustración alguna".

*La carta al hijo

Para el Sr. Ing. Jorge Hank Rhon

México, D.F., 26 de febrero de 1999
 

Mi querido hijo:

mas-hijos.jpgHace 25 años, al cumplir tus 18 de edad y, en consecuencia, convertido en ciudadano, te escribí una carta en que te expresaba cuáles, a mi juicio, son los elementos de que la vida te dotó y, por otra parte, las características que considero se deben tener para lograr el ideal de Goethe, alcanzar la profesión suprema: la de Hombre.

Dejé para el final la enumeración de las cualidades, la más importante: ser bueno.

Hace unas semanas te visité en Tijuana para, juntos, celebrar tu cuadragésimo tercer aniversario.

Vi una casa sobria, cuyos lujos son la amplitud, la luz y, sobre todo, la belleza de espíritu de quienes la habitan. Toda ella, con la policromía que le dan los plumajes de pavos reales, faisanes, cacatúas, papagayos, guacamayas, pericos y otras aves.

El aire limpio, transparente, salpicado de gorjeos y trinos de cenzontles, clarines, cardenales, gorriones y muchos más.

Y me sentí orgulloso.

Hace unos días te convoqué para asistir a una cena familiar en que platicamos sobre alguna aportación importante para mi pueblo, nuestro pueblo, Tianguistenco.

Recorriste más de 3 mil kilómetros para asistir y de madrugada desandarlos para cumplir con tus responsabilidades y compromisos.

Más tarde me hiciste saber: sí participo.

 Has remontado con esfuerzos, sacrificios, valor y temple muchas etapas de tu vida y has conseguido crear tu patrimonio y el de tus hijos.

 Te hablé para decirte por teléfono: me hiciste un gran regalo con tu asistencia y otro más con tu disposición espléndida.

 Ahora te escribo para darte gracias por haber convertido al adolescente de hace 25 años en la obra superior: un Hombre.

Eres bueno, buen esposo, padre excelente y magnífico hijo.

 Le doy gracias a la vida por haberme regalado entre tantos bienes, el más importante: un Hombre que es un hijo extraordinario.

 ¡Gracias a la vida!

 Te abraza con amor tu padre.

 Carlos Hank González

(rúbrica)

(Relato de una vida, Editorial Océano, páginas 432 y 433).

***

Entre 1991 y 1995 Jorge Hank Rhon estuvo involucrado en diversos episodios de tráfico de especies y pieles prohibidas.

En los primeros meses de 1997, los televidentes estadunidenses pudieron ver a Jorge Hank en un programa especial sobre México -Frontline, transmitido por la cadena PBS-, en medio de su zoológico privado: "Me preocupan más los animales que las personas -dijo al periodista Lowell Bergman-. Así que me encargo de los animales. Los humanos pueden encargarse de ellos mismos".

Además de su dedicación a los animales, Jorge Hank ha atendido diversos negocios relacionados con juegos de azar, como el hipódromo de Agua Caliente, en Tijuana, y los llamados books, casas de apuestas diseminadas en más de 20 ciudades del país. Sus empresas son de las más atentas a la posibilidad de que el Congreso apruebe la instalación de casinos en México.

*Sapos y zanjas

¿Has tenido que comer muchos (sapos)? -pregunta Benítez.

-Claro... Creo que una de las obligaciones del político es tener paciencia y no perder los estribos; comprender a la gente, soportar actitudes injustas, a veces irrespetuosas y ofensivas... Qué crees que sentí cuando al hacer los ejes viales la ciudadanía se encrespó, me aborrecía, odiaba e insultaba a Hank González... y a su mamá... Materialmente tuve que destruir la ciudad para que después me permitieran reconstruirla... Me acuerdo que fue la época de los chistes: que ya no era Hank González sino Zanjas Viales... Es el precio que tienes que pagar por el honor de que un pueblo te permita gobernarlo; y hay que pagarlo con sonrisas.

*Pliego de mortaja

Bush y Hank GonzalezEl "pliego de mortaja" que Hank hizo al terminar su periodo como gobernador consistía en tres recomendaciones: cuidar la integridad territorial del estado de México, cuidar el agua (que no se la quede toda el Distrito Federal) "y la tercera recomendación es que cuiden de manera especial la unidad política del estado... En el estado de México la unidad política es completa y cuando es necesario actuar en defensa del estado para su desarrollo y progreso, todos los políticos acudimos a la orden del gobernador".

*Tabasco

El secretario de Gobernación Gustavo Díaz Ordaz hizo la sugerencia: "Si usted quiere aprender y hacer carrera política, váyase a Tabasco; ahí está un gran gobernador: Carlos A. Madrazo".

Y Hank se fue, con el nombramiento de delegado del PRI que le dio el general Alfonso Corona del Rosal.

Ahí, en Tabasco, Carlos Hank encontró, dice en sus memorias, que Díaz Ordaz tenía razón: "Madrazo era un excelente gobernador, un gran político; hombre inteligente y culto, valiente y aguerrido".

Para aprender, Hank se iba de gira con Madrazo todas las veces que podía. Pero la entidad del sureste le dio mucho más: "Uno de los tesoros que traje de Tabasco fue la amistad del secretario general de Gobierno, Manuel Gurría Ordóñez; los dos éramos muy jóvenes y seguimos siendo amigos -casi hermanos- hasta la fecha".

En Tabasco, muchos años después, Carlos Hank ha dejado a un heredero: el hijo de aquel hombre que describía como "valiente y aguerrido", Roberto Madrazo, con quien tenía una cita el día de su muerte.

*Estupideces

"Te estoy contando la historia de la fortuna que algunos dicen saqué de la política, del uso de influencias o de malos manejos, que son estupideces, mi querido Fernando".

*Amigos y dinero

Portillo inaugura central abast"Sí, tengo muchos amigos; y algunos ligados de por vida. Mis amigos opinan que soy muy generoso... porque son mis amigos. Será porque jamás he amado el dinero; siempre pensé en ganar dinero y ya has visto que desde niño hice negocitos, y ya después negocios y más tarde negociotes. No amo el dinero, pero me gusta vivir bien; y vivir bien cuesta dinero. A mí no me pesa desprenderme ni de dinero ni de las cosas. Entonces, si puedo obsequiar a alguien, lo hago con mucho gusto".

*Cien años que no fueron

"El final de mi carrera política fue tranquilo y satisfactorio para mí y hoy tengo la fortuna de vivir los últimos 30 años que me quedan de existencia -porque ya te he dicho que pienso llegar a los 100 años-, con más tranquilidad, trabajando bien, pero procurando ya cuidar de la salud y más cerca de mi familia y de mis amigos".*