Ť Washington "no tiene motivos" para atacar Afganistán, dice el mullah Omar

Detiene el régimen talibán a una periodista británica y desmiente deserciones en sus filas

Ť El sistema islámico se mantendrá y no rehuiremos la guerra, advierte gobernador de Jost

REUTERS, AFP, AP, DPA Y PL

Peshawar, 28 de septiembre. El movimiento afgano talibán arrestó a una periodista británica que carecía de documentos de identificación, y negó enérgicamente que haya habido deserciones de varios comandantes provinciales en sus filas, como se difundió la víspera en esta ciudad paquistaní.

El gobernador de la provincia afgana de Jost, en el oeste del país, mullah Abdul Raoof Arif, al rechazar que haya defecciones en las filas del talibán afirmó que los milicianos fundamentalistas controlan perfectamente la situación, pese a los esfuerzos de Estdos Unidos y sus aliados por imponer un nuevo gobierno.

"No huiremos. Tendremos nuestras tumbas aquí y el sistema islámico de los talibán continuará", aseveró. Añadió que la población de Jost está lista para combatir en caso de un ataque militar estadunidense, al señalar que la gente de la tribu wazir, que vive en Pakistán cerca de la frontera afgana, se propuso también combatir al lado talibán.

Raoof Arif dijo que estaban fuera de discusión supuestos apoyos al ex rey Shah, y que las tribus locales y los ulemas de la región crearon una comisión de 34 miembros para acatar las órdenes del talibán. En ese sentido, negó versiones originadas en Peshawar de que varios comandantes islámicos estaban desertando en las provincias de Paktia, Nangahar, Laghman, Kunar y Jost.

Predicadores llaman a unirse contra Estados Unidos

A su vez, predicadores islámicos afganos se sumaron a las voces de los ulemas (jefes religiosos) en Kabul que piden que el disidente saudita Osama Bin Laden salga de Afganistán, pero reafirmaron su llamado a sus congregaciones a unirse a una guerra si Estados Unidos lanza un ataque.

El semanario británico Sunday Express confirmó que su reportera Yvonne Ridley había sido detenida por los talibán en territorio afgano, pese a que se movilizaba oculta en el traje que cubre todo el cuerpo y el velo sobre el rostro, y se le decomisó una cámara de trabajo que portaba.

La mujer fue detenida en el distrito de Daur Buba, cerca de Jalalabad, indicó la agencia Afghan Islamic Press (Aip), allegada a los talibán. Ese distrito se ubica a unos 15 kilómetros de la frontera paquistaní, y se le detuvo junto con dos guías que la acompañaban, debido a que no portaba pasaporte ni ningún otro documento de identificación.

Uno de los editores de Sunday Express, Martin Townsend, indicó que están "buscando una explicación clara y urgente sobre dónde está exactamente y cooperando totalmente con la cancillería británica para asegurar la rápida liberación de nuestra periodista", quien también trabaja para el Daily Express.

Un vocero de la cancillería británica confirmó que se analizaba el caso de la periodista Ridley y los posibles cargos que podrían presentarse en su contra para aclarar urgentemente su situación, y que de confirmarse la información pedirán que "se le trate correctamente y que encuentren una solución rápidamente".

Ridley había estado enviando reportes de prensa desde las ciudades paquistaníes de Peshawar e Islamabad. Sin embargo, la milicia gobernante talibán en Afganistán ha pedido a todos los extranjeros que salgan del país, incluyendo a los organismos internacionales, y ha negado visas a los periodistas que las han solicitado.

El incidente de la periodista se dio en momentos en que el reverendo estadadunidense Jesse Jackson reafirmó que en definitiva por ahora no viajará a Afganistán en misión mediadora, al considerar que una acción de esa naturaleza no sería en este momento productiva ni ayudaría en nada.

También pidió al régimen gobernante afgano la liberación de los ocho occidentales de la organización humanitaria Shelter New International que están acusados de propagar el cristianismo.

Jackson, quien afirmó haber recibido una invitación de los talibán para una misión de paz -como lo ha hecho en otros conflictos internacionales-, se mostró decepcionado de que el régimen islámico se haya negado hasta ahora a colaborar para combatir el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre.

El jefe supremo de los talibán, mullah Mohammad Omar, insistió por su parte que Estados Unidos no tiene "ninguna razón para lanzar un ataque" contra Afganistán, y que por tanto "no lo esperamos" (el ataque), de acuerdo con una entrevista concedida al diario iraní Entejab, a publicarse este sábado.

La quema parcial esta semana por manifestantes afganos del recinto de la embajada de Estados Unidos en Kabul, que se halla abandonada desde hace varios años, obedeció a que "el pueblo está muy emocionado y belicoso debido a las amenazas del Pentágono de atacar Afganistán", señaló el embajador talibán en Pakistán, Abdul Saleem Zaeef, y que las fuerzas de seguridad no pudieron evitarlo.

En cuanto a los planes de sectores de la oposición para instalar en Kabul al otrora rey afgano Mohammad Zaher Shah, respondió que el ex soberano "es la mejor causa de todos los diablos en Afganistán. El (ex rey) no ha hecho nada por el islam, pero promovió la cultura occidental y rusa".

Puntualizó que Zaher Shah, de 83 años y quien tras ser depuesto en 1973 se halla desde entonces exiliado en Roma, Italia, no sólo no ha ofrecido nada, sino que ha incidido en grandes problemas contra el pueblo afgano.

Este día grupos representativos de la oposición armada al talibán -Alianza del Norte-se reunieron en Roma, y se pronunciaron por la creación de un consejo supremo y un consejo militar bajo la autoridad del ex rey afgano. Pero la composición de ambas instancias quedó pendiente para los próximos días.

En contraste, el depuesto presidente afgano Burhanuddin Rabbani se mostró reticente ante cualquier papel protagónico del ex monaraca. Desde su bastión en Faizabad, en el noreste de Afganistán, insistió en cambio en reclamar el apoyo de los países occidentales en la "línea del frente de la lucha contra el terrorismo".