sabado Ť 20 Ť octubre Ť 2001

Luis Javier Garrido

El charolazo

Los gobiernos latinoamericanos han encontrado en la guerra librada por Estados Unidos en nombre del neoliberalismo el pretexto para intensificar sus políticas entreguistas, como en el caso de México, y la crisis económica se torna, por lo mismo, crisis social.

1. La guerra que libra el gobierno de George W. Bush en el Asia central con el pretexto de luchar "contra el terrorismo", además de estar llevando a Estados Unidos a la peor crisis de su historia, ha puesto en el centro del debate el modelo neoliberal, pero los gobernantes latinoamericanos no parecen darse cuenta de ello, y ése es el caso patético de Vicente Fox y de su equipo de colaboradores. En el curso de su gira por Europa en ruta hacia Shanghai, ha dado muestras de absoluta incapacidad para entender lo que pasa en México, y ante el descontento creciente en el país por su evidente incompetencia, no tiene más respuesta que la retórica para ensalzar a su gobierno y reiterar que todo va muy bien.

2. La propaganda gubernamental busca más que nunca evadir la realidad y se ha centrado en magnificar el cambio que se produjo con la llegada de Fox a Los Pinos, con lo que ha terminado por cansar a los mexicanos generando un encono popular contra quienes pretenden estar gobernando y no están haciendo otra cosa que lo mismo que los priístas: usufructuar el poder para su beneficio personal. En los foros a los que asistió en Europa, Fox no se cansó de vituperar el antiguo régimen priísta, presentándolo como la expresión más acabada de autoritarismo y corrupción, denunciando sus políticas antipopulares y pretendiendo al mismo tiempo que ahora todo ha cambiado cuando la realidad muestra que prevalecen los mismos intereses económicos y que el gobierno foxista no se distingue gran cosa de los anteriores.

3. Fox ha mostrado con creces que es el heredero de la tecnocracia priísta y del salinismo, y no sólo prosigue con los mismos programas de las tres administraciones anteriores, sino que ha sustentado la acción de su gobierno en las mismas estructuras financieras y económicas de corrupción que se fortalecieron en las últimas décadas, en buena medida, por el narcotráfico. Como si no entendiera lo que pasa e ignorando las dimensiones de una crisis económica que se manifiesta en desempleo, inflación y cierre de empresas, habla como un orate describiendo un país irreal y un gobierno imaginario, lo que ha motivado serias preocupaciones por el futuro nacional en diversos sectores -y que van desde populares hasta grupos empresariales-, agravadas por la torpe reacción gubernamental ante la guerra: no sólo por la subordinación indigna del foxismo ante los dictados de Washington y su complicidad de hecho con los bombardeos genocidas en Afganistán, sino por su incapacidad para formular nuevas políticas para México luego del 11 de septiembre, abandonando sus responsabilidades en manos de los organismos financieros internacionales.

4. El problema de México no es que Fox avergüence a los mexicanos con las botas de charol que llevó al Palacio Real de Madrid (15 de octubre) o su ignorancia supina en todos los órdenes, evidenciada ante la Real Academia (16 de octubre), sino que quien como candidato ofreció gobernar para el pueblo y encabezar un gobierno "de transición", una vez en la silla presidencial lo esté haciendo para las trasnacionales y las oligarquías aliadas al narcopoder, y no tenga más proyecto de gobierno que conseguir del Congreso los recursos para desarrollar programas populistas que contengan el descontento social, mejoren su imagen y le permitan ganar las elecciones de 2003 y de 2006.

5. El gobierno de Fox ya está pasando a la historia mexicana como uno de los más corruptos que se recuerden, pues basta decir que sus dos logros más importantes en un año de gestión han sido lograr encubrir la podredumbre del IPAB -y a quienes delinquieron contra el patrimonio nacional- y la entrega total de la banca mexicana al capital trasnacional, sellada con la venta de Banamex al Citigroup. Es decir, encubrir a los narcoempresarios que controlan el país en alianza con el capital extranjero y proseguir la entrega de los recursos nacionales al exterior.

6. A nadie puede extrañar que uno de los momentos más importantes de la visita de Fox a Madrid haya sido posar sonriente atrás del empresario hispano Jesús de Polanco (de Prisa) y el tigrillo Azcárraga (de Televisa) para atestiguar la entrada del capital español a Radiópolis (El País, 16 de octubre).

7. México ya no tiene una política nacional y esto se manifiesta al interior y al exterior, por lo que no sorprende que Fox se asumiera una vez más en España como un empleadito de Bush y que, desbocado en su personalidad fascistoide, afirmara primero que va a "echarle el guante" a los grupos armados de México, tratando de presentarlos como "terroristas", y más tarde señalara que "a las órdenes de España" (es decir, del gobierno derechista de Aznar) va a extraditar ipso facto a supuestos etarras, ignorando el marco legal de México, lo que motivó que el Senado de la República pidiese a los miembros del gabinete "cerrar la boca" y a Fox que tuviera "sensatez y mesura" (Milenio, 17 de octubre) y que un día después el Partido Nacionalista Vasco lo acusara de "mentiroso" y de someterse a "la derecha más rancia y carvernícola" (La Jornada, 18 de octubre).

8. La corrupción del foxismo está llegando al ámbito institucional y nadie parece darse por enterado. El proyecto de Marta Sahagún de crear una asociación privada llamada Vamos México con dinero de los empresarios que están recibiendo contratos y concesiones del gobierno federal, y que curiosamente son los mismos que se beneficiaron delictivamente del Fobaproa y que contribuyeron a financiar la campaña electoral de Fox, agrupación cuyo objetivo sería darle a ella los recursos que el Congreso le ha negado para poder presentarse como una supuesta Evita mexicana repartiendo el dinero a manos llenas, se presenta por lo mismo como una operación de tráfico de influencias sin precedentes en la historia reciente, y debería ser denunciada penalmente.

9. El concierto de Elton John que se pretende organizar en el castillo de Chapultepec el próximo día 21 no es nada más una falta de respeto a un recinto nacional, sino que busca encubrir las componendas entre el foxismo y los grandes empresarios en una relación a todas luces delictiva, inadmisible en un régimen republicano.

10. El país necesita en este contexto crítico redefinir su proyecto, y si las fuerzas institucionales no pueden, ni quieren hacerlo, corresponde a la sociedad civil pasar de la resistencia a un verdadero rescate de la nación.