LUNES Ť 22 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť En la arena La Afición, de Pachuca, se efectuó la cuarta versión del festival nacional

Ante el déspota, la primera forma de venganza es lanzarle un albur

Ť Manuel Pérez, ganador del concurso en el que participaron mineros, albañiles, estudiantes de licenciatura y un abogado, entre otros Ť Sergio Corona fue el réferi del duelo

ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO

Pachuca, Hidalgo, 21 de octubre. "Ante el déspota, la primera forma de venganza es lanzarle un albur", expresaron los organizadores del cuarto Festival Nacional del Albur, realizado ayer en la arena La Afición de esta ciudad rodeada de montañas, donde en el cerro Santa Polonia -al norte- predomina una estatua gigante del Cura de Dolores que los lugareños llaman El Buki, por su larga cabellera. En el centro del foro, un ring espera a las 16 horas a los gladiadores de la lengua viperina, pero fina, quienes han practicado horas y horas en cantinas, escuelas, las esquinas, en sus casas o en sus trabajos.

Para los contendientes, el albur es sobre todo un juego de ingenio, una diversión. "No es corriente, no debe ser grosero", expuso Manuel Pérez, quien asegura ser empleado, pero no puede señalar, por lo pronto, dónde se gana la vida. El es el campeón de este cuarto festival; tuvo que luchar contra sus rivales y los jueces, quienes estuvieron a punto de eliminarlo porque en uno de sus combates pronunció "calzón". En las bases se indicó que si se decían palabras soeces el concursante sería descalificado. Ha ganado el título y 5 mil pesos que le caerán de perlas. Asegura que entrenará duro para el próximo año, en el que espera refrendar su título obtenido con el sudor de su lengua.

En el camino quedaron contendientes con tablas, sobre todo ese que el público llama Charmín, un estudiante que ha aprendido a alburear en la escuela de la vida.

Se inscribieron 16 personas, pero una de ellas, Salvador Rodríguez, de Ecatepec, estado de México, pensó que se trataba de llevar una especie de rutina y decidió sólo leerla. Se ganó aplausos. El albur lo lleva en el alma. El réferi fue el comediante Sergio Corona, oriundo de estas tierras y alburero de prosapia. Conducirá los duelos so riesgo de mentadas. Como si fuera árbitro de futbol, no salió ileso y una dama le gritó: "¡Ese pelón, no sea encajoso con los concursantes!".

Empezó el 17 contra el 11 y así, desde la semifinal en la que el ingeniero mecánico Edmundo Razo parecía no tener rival de tamaño; pero se enfrentó a Daniel Reyes Lucio, de Pachuca, ciudad que es considerada la cuna del albur, porque los mineros, desde tiempos de la Colonia, para divertirse en su rudo trabajo, en el sofocante calor, la humedad, la oscuridad, pero sobre todo de los capataces que les caían gordos, les lanzaban unos dardos lingüísticos a su espalda.

Sentido de respuesta subversiva

El albur nació con un sentido de respuesta subversiva a la explotación de los patrones. Los minerales son la riqueza de Pachuca y sus alrededores. Son "los hilos de plata", se escribe en el libro La minería, del doctor Nicolás Soto Oliver, belleza bibliográfica que resguarda la Fundación Arturo Herrera Cabañas, AC, organizadora de este festival del albur, considerado en Pachuca tradición y, por lo tanto, historia viva. A la entrada de la arena La Afición, en el Centro de la ciudad, al lado de fotografías de luchadores triple A, Bonfilio Salazar, Tonatiúh Herrera e Irma Eugenia González Mejía, de la referida fundación y la última su presidenta, colocaron unos carteles en los que expresan su inconformidad por el nuevo Reglamento de Barandilla publicado el 8 de octubre pasado, "en el cual se pretende controlar y coartar la vida privada de los ciudadanos del municipio de Pachuca, ya que prohíbe 'causar escándalo por medio de palabras' y por dejar a criterio de la policía municipal la aplicación de la norma". Un bocinazo podría ser causa de penalidad.

Añaden, en el cartel, que la citada norma es "excluyente y clasista al prohibir la mendicidad en las calles de la ciudad. Pero también prohíbe recoger dádivas de cualquier especie, por lo que deja al margen hasta las colectas de la Cruz Roja Mexicana, y altera la vida cultural y social del pueblo pachuqueño y debe someterse a revisión". Por todo ello, convocan a una lectura pública del Diccionario de la Real Academia Española, de los cuentos de Félix Castillo y de la poesía de Jaime Sabines, además de algunos textos de Carlos Fuentes, el próximo martes 23 de octubre, a las 16 horas, en el Kiosko de la Plaza de la Independencia de la ciudad de Pachuca de Soto, Hidalgo.

Esta protesta, precisó la presidenta de la Fundación Arturo Herrera Cabañas, será la primera de una serie de acciones para evitar que cunda esa idea equivocada de urbanismo, de señalar que las groserías deben castigarse. "La Real Academia de la Lengua acaba de incluir en su diccionario palabras derivadas del verbo chingar, Fuentes la pronunció y se incluyó en una cabeza histórica en La Jornada, y este gobierno panista no puede incurrir en tales prácticas".

Sin preocuparse de tal norma, en la arena La Afición la cosa estuvo gruesa, sin caer en corrienteses. La gallera exigía que ya comenzara el concurso. Algunos comían los típicos pastes, empanadas rellenas de arroz, piña o frijol, más el respectivo chesco.

Va el duelo: "¿A cómo estamos ora, compadre?" "Sacatorce." "Saco, pero por abajo." "A propósito, ¿no has visto a los cuates?" "Desde que jugabas noche." "Al que vi fue a Agapito." "¿Lo viste jugando?" Y así. Algunos perdieron por falta de ingenio, por quedarse callados o porque se suicidaron. Esto último sucede cuando alguien responde, pero se ensarta solo. Ejemplo: "Me prestas." "A mi hermana."

Se trae en la sangre

Salvador Rodríguez, de Ecatepec, expuso que lo alburero se trae en la sangre, como parte del ingenio del mexicano. "El albur es el lenguaje cotidiano popular. Los que no saben es porque no tienen picardía." Sergio Corona llamó a los contendientes y pidió a uno de los jueces que tocara la campana. "¿Cuál?", preguntaron algunos del público. Los rivales se definieron por sorteo. "Pásame las bolitas, por favor", solicitó Corona. Una edecán de nombre Yajaira se las dio y el pelón de la cabeza las recibió con sumo agrado. "Llegando y dando. Quiero decirle a los participantes que va a haber antidoping", expuso vehemente el maestro de ceremonias.

Conforme se iban eliminando, los combatientes repetían las respuestas, lo cual provocaba chiflidos del público. Si algo se castiga es la falta de ingenio, de chispas de chocolate. Se presentó Cipriano Albino Godínez, quien abriría las hostilidades. No acaba de decir sus apellidos cuando varios de ring side gritaron "¿What?" Contendió con Celestino Monroy Aguilar, de Real del Monte y de profesión taxista.

Comenzaron así, aventándose a la yugular: "¿Qué hay, cuñado?" "Préstame a tu hermana." "No dé razón ahorita porque se pone en ridículo ante el público." "Te voy a dar alubias." "Bajo palabra de honor, sí." "Bajarás la leche." "Ya es tarde"... Risas, gente secándose las lágrimas de tanto carcajearse. Ese fue el tono de la contienda de los maestros de la lengua, algunos de la central de abasto de esta ciudad, otros albañiles, dos estudiantes de licenciatura, un abogado, un obrero, un peluquero, un voceador y, por supuesto, mineros.

El próximo año esperan que lleguen de Tepito, de Alvarado, Veracruz o de cualquier otro sitio de la República. El maestro Bonfilio Salazar expuso que en un duelo de albures lo más seguro es que Osama Bin Laden le gane a George Bush.