JUEVES Ť 15 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Pérdida de nacionalidad, entre sus efectos, señala

Muy grave, someter la enseñanza al neoliberalismo, asegura Eibenschutz

KARINA AVILES

El principal riesgo de someter la educación a la política neoliberal es el de una visión "cortoplacista y eficientista" que puede llevar a disipar la perspectiva de construcción del conocimiento, lo cual tendría efectos "muy graves", como la pérdida de la nacionalidad, de los valores y de la integración de la sociedad, sostiene Roberto Eibenschutz, ex rector de la unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Ante ello, el aspirante a ocupar la rectoría general de la institución expone que las universidades públicas tienen que ser muy disciplinadas y exigentes consigo mismas para demostrar que son capaces de llevar a cabo sus funciones de la mejor manera.

El maestro en urbanismo, autor de varios libros sobre temas de vivienda y desarrollo urbano expone que las instituciones privadas se han multiplicado porque "tienen espacios para la reproducción mecánica del modelo neoliberal". Convencido de que el mercado no es la única opción para resolver todos los problemas y de que el gobierno debe jugar un papel de conductor y abogado de las causas de la población menos favorecida, aclara que también debe reconocerse que "hay cosas que funcionan bien en el mercado, y no hay por qué dejarlas de lado".

En entrevista, manifiesta que someter la educación a la política neoliberal tiene efectos graves que podrían leerse en la pérdida de la nacionalidad, de los valores de la eibenschutz_uam_m13wnsociedad y de su integración. Explica que en grandes ciudades como el Distrito Federal tienden a perderse dichos principios, y si a ello se suma la pésima distribución del ingreso, se percibe una situación de falta de seguridad o de violencia.

Sin embargo, lo que hay en el fondo es "falta de identidad, de cohesión social, de compromiso y de proyecto nacional. Y esos son los peligros de no fortalecer los valores de la universidad pública".

La educación, sobre todo la de carácter público, es la apuesta nacional para el futuro. En las instituciones privadas se produce un perfil, un producto profesionista que es requerido por las empresas para desarrollar sus programas de acuerdo con sus intereses y necesidades, lo cual es válido. Pero no así para las universidades públicas, porque los egresados de éstas, además de contar con los conocimientos para competir con otros, deben tener una orientación y un compromiso con los problemas sociales, añade.

Y, precisamente, entre los problemas más importantes que considera deben resolverse en la UAM, están los que tienen que ver con el restablecimiento de los espacios académicos, la reflexión conjunta, la vinculación y la interacción. Expone que dichos espacios se han deteriorado mucho por la inercia individualista, apoyada en parte por los estímulos y por "el modelo de desarrollo nacional, que es una competencia feroz".

Para remediar esta situación señala la necesidad de revisar el tabulador y el funcionamiento de las comisiones dictaminadoras, con el objetivo de dar mayor peso a las actividades de tipo colectivo. Lo anterior, aclara, tiene que hacerse con cuidado y siendo conscientes de que los estímulos han sido un instrumento útil para la institución y, además, representan una parte significativa de los ingresos de los profesores. Reconoce que la deformación que han tenido estos estímulos ha ido en detrimento de la calidad de la investigación y de la orientación del conocimiento.

Por otro lado, manifiesta que los cambios en el conocimiento obligan a la superación permanente del profesorado y a la revisión de los programas de estudio. Eibenschutz, quien ha sido distinguido con varios premios en el área de diseño y sociedad política, concibe a la UAM en el futuro como "la mejor universidad pública del país, porque tiene los elementos para serlo".