LUNES Ť 19 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Dice que oficializó invitación al Papa para visitar el país

Política de buenos salarios debería aplicarse a todos: Rivera Carrera

JOSE ANTONIO ROMAN

Alguien que "trabaja bien y honradamente" dentro del gobierno tiene el derecho de tener un buen salario, "para así no caer en la tentación de robar", señaló el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, al opinar sobre el salario mensual de 232 mil pesos que recibe el presidente Vicente Fox, cifra que publicó el Diario Oficial de la Federación el pasado jueves y que no coincide con los números declarados por el Ejecutivo la víspera.

Entrevistado brevemente al término de su misa dominical en la Catedral Metropolitana, el prelado se refirió también a los precarios salarios que reciben la mayoría de los trabajadores, incluidos los burócratas.

Rivera Carrera agregó que una política de buenos salarios tendría que aplicarse a todos los trabajadores, pero ante la imposibilidad de que esto ocurra, sólo expresó su deseo de que México "pronto" sea un país que tenga la capacidad de pagar bien a sus trabajadores.

El cardenal informó que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ya oficializó la invitación al papa Juan Pablo II para que visite por quinta ocasión el territorio nacional.

Sin embargo, aclaró que esa visita dependerá fundamentalmente de su estado de salud y los compromisos que ya adquirió para el próximo año, aunque dijo que en el Papa está el deseo y el ánimo de visitar nuevamente a los mexicanos, donde podría darse la canonización del beato Juan Diego.

En su homilía, Rivera Carrera se dirigió a los jóvenes católicos, quienes en el Zócalo capitalino realizaron un "maratón bíblico". Los exhortó a tener a Jesús como ejemplo en sus vidas, dejando a un lado las tentaciones de las drogas, el hedonismo, la prepotencia y la irracionalidad de la violencia.

Lo que puede llevarlos a una verdadera salvación, agregó, no es la violencia que resuelve todo por la fuerza, ni el abandono o la dimisión de los que se cansan de seguir luchando por un futuro mejor, ni mucho menos la flojera y la pereza.

Advirtió que en una sociedad como la moderna, donde se pierde el sentido de Dios, las tareas y los retos futuros requieren de hombres y mujeres firmes en sus convicciones, sobre todo en lo que se refiere a la fe, y a una vida moral recta. Aseguró que los jóvenes están llamados a ser sembradores de la esperanza.

En forma especial, el cardenal pidió a los jóvenes que "no caigan en las garras de las seudoreligiones", que con doctrinas atractivas les ofrecen una vida sin normas morales, situación que causa mayor daño, pues profundizan engaños y los aíslan del Evangelio, sus familias y la Iglesia.