Ojarasca 55  noviembre de 2001

El país de Rulfo

¿Por qué sigue siendo la mayor novela mexicana la lacónica historia de un muerto que dicen que habla? ¿Qué fibra de nuestra sensibilidad histórica toca Pedro Páramo con su vaguedad hipnotizada y sin embargo tan precisa?

A la luz de tal percepción cultural, ha prevalecido la tentación de ver en las fotografías de Juan Rulfo una representación visual de los poderosos fantasmas que creó. Lo cual resulta comprensible, aunque reduccionista. El México de sus fotos es llano y real; aun su trabajo para-cinematográfico como still-camera de La Escondida, retrata lo que hay ahí, no lo que su melancolía entresueña.

Presenció unos años específicos (una época) en las tierras de indios y campesinos de un país que parecía no cambiar. La Sierra Mixe, la Meseta Purhépecha, los Altos de Jalisco, nuestra ciudad capital. Su ojo es digamos "clásico", más informativo que sus relatos; sin embargo el logro artístico de su lente, con ser alto, no alcanza la absoluta originalidad de su escritura.

Por decirlo de otro modo, el genio mayor de Rulfo habita en su voz; estas fotografías revelan por qué las palabras de Rulfo tienen la razón. Quizás el México que retrata Rulfo ha dejado de existir, pero las imágenes ofrecen prueba documental de que aquel país fue éste, su entonces ocurre ahora, en su naturaleza (su "genio de pueblos") está permanecer. (HB)
 
 

Las fotografías de Juan Rulfo aquí reproducidas se publicaron en el libro México: Juan Rulfo fotógrafo (Lunwerg, Barcelona, 2001), y fueron tomadas a lo largo de las décadas de 1930 a 1950. Se publican en Ojarasca con autorización de la señora Clara Aparicio de Rulfo.

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