LUNES Ť 26 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Renovar instituciones y reinventar la emancipación social, tareas pendientes

Ejercer la crítica, uno de los principales desafíos en el mundo actual, coinciden académicos

Ť Terminan trabajos de la Conferencia Latinoamericana y del Caribe de Ciencias Sociales

MARIA RIVERA

La crítica es uno de los principales desa-fíos en el mundo actual, coincidieron los académicos en el panel Pensamiento crítico y ciencias sociales, durante la sesión de clausura de la Conferencia Latinoamericana y del Caribe de Ciencias Sociales (Clacso), organizada por la Universidad de Guadalajara.

Ante la difusión generalizada de un pensamiento social meramente instrumental, que retrajo los espacios de debate plural y democrático, propusieron una teoría capaz de romper con los parámetros que actualmente conforman y dan identidad.

El discurso hegemónico, explicó Hugo Zemelman, del Colegio de México, exige una crítica sin sujeto, sin actores capaces de ver con claridad la realidad, distanciarse de ella y avanzar a pesar de las circunstancias a veces adversas. Por eso la idea del pensamiento crítico supone asumir planteamientos que permitan al sujeto dejar atrás inercias y certezas, no que aquieten el alma y ofrezcan tranquilidad de conciencia.

Para llegar a esto, indicó, hay que recuperar paradigmas "dolosamente" olvidados del marxismo, como la conciencia histórica, y hacer el esfuerzo por asumirse como seres protagonistas de la historia desde nuestro propio mundo y vida, "porque no hay que olvidar que ésta se construye desde los pequeños espacios."

El investigador chileno advirtió: "Cuando hablamos de crítica no podemos dejar de mencionar el sentido y los valores, que forman una unidad con ella. Los grandes pensadores supieron proyectar desde un sentido, ubicarse en su época, entender para qué construían conocimiento. No se convirtieron en especialistas, pero desgraciadamente hoy en día estamos perdiendo eso".

Pero no basta con el pensamiento crítico, continuó, porque este instrumento sin voluntad "es sólo esgrima de cortesanos". Aunque en gran medida el ámbito académico se ha convertido en eso, afirmó, en críticas que no están comprometidas con nada. Otro de los desafíos del pensamiento cuestionante, mencionó, es el de rencontrar la esperanza. Pero para hallarla hay que atreverse a buscarla, y esto supone romper con los parámetros de la conformidad.

En su intervención, Pablo González Casanova llamó a hacer crecer la esperanza, "pero para eso primero tenemos que considerarnos sujetos capaces de hacerla crecer". Y concluyó con una cita de Pablo Freire: "La esperanza es ontológica, es desesperanza que no pudiendo encontrar su sentido se torna existencia sin sentido, frustración y dolor. Pero la esperanza sola no basta, hay que acompañarla de conciencia, es decir, de un acto de sentido".

No hay soluciones modernas para problemas modernos: Boaventura

El investigador portugués Boaventura de Souza admitió que existen problemas modernos para los cuales no hay soluciones modernas. Reconoció que el actual es un momento de transición muy creativo, muy fuerte, en el que existe una doble tarea: reinventar la emancipación social y renovar las instituciones.

Más que nuevas ciencias sociales lo que se requiere, enfatizó, es un nuevo modelo de racionalidad, a la que llamó razón cosmopolita, opuesta a la actual razón indolente "que no se ejercita libremente ni con capacidad creativa porque se cree que todo está pensado o determinado". Para ello pidió reconocer que la comprensión del mundo es mucho más amplia que la occidental y que existen muchas otras experiencias sociales que, aunque marginales y desacreditadas, pertenecen a nuestra realidad. También demandó a los científicos sociales una labor de traducción de estas prácticas y saberes: explicar sus objetivos y conceptos desde abajo, no desde la gran teoría que observa estos conocimientos desde arriba. Concluyó señalando "que no puede existir una justicia social global sin una justicia cognitiva global".

El investigador venezolano Edgardo Lander cuestionó la existencia de un conocimiento objetivo universal, porque hoy en día se sabe "que no existe conocimiento sin sujeto". Detrás del conocimiento universalizante, dijo, está un sujeto que es europeo, blanco, masculino, de clase alta y heterosexual. Por eso esta visión termina por negar el carácter de sujeto de saber a todos los otros, los no blancos, mujeres, pobres y homosexuales.

Ante este monopolio social de la verdad, que lleva entre otras cosas a olvidar a los 500 mil niños iraquíes muertos por bombas estadunidenses, llamó a una constante reflexión crítica respecto al papel de las universidades y de las ciencias sociales que en ellas se producen.