DOMINGO Ť 9 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť De 66 demandas presentadas en dos años, ninguna ha sido favorable a las afectadas

Sin defensa jurídica, mujeres víctimas de hostigamiento sexual en el trabajo

Ť Debe tipificarse como delito esa práctica, propone la titular del área laboral del GDF

ELIA BALTAZAR

De 66 demandas interpuestas en los últimos dos años por mujeres que denuncian hostigamiento sexual en su ámbito laboral, ni una resolución ha sido a su favor, debido a la falta de criterios jurídicos que apoyen y promuevan acusaciones de las trabajadoras, afirmó Susana Espinosa Allegretti, directora general de Trabajo y Previsión Social del gobierno capitalino.

Las mujeres no sólo enfrentan desventajas en los casos de hostigamiento, sino incluso a causa de embarazo: también señala la funcionaria el número de despidos por gravidez, que asciende a 99 sólo en este año.

"Nada opera a favor de las mujeres cuando son despedidas por denunciar hostigamiento sexual o por gravidez; ni siquiera cuando cuentan con el reconocimiento de la empresa por su desempeño laboral", aseguró.

Porque en la práctica las empresas recurren al despido cuando las mujeres denuncian hostigamiento, y quien recibe el apoyo es el jefe que incurrió en esa práctica, sostiene.

El marco jurídico y legal tampoco significa mucho para las trabajadoras que se arman de valor para denunciar el hostigamiento, el cual ni siquiera está tipificado en el Código de Procedimientos Penales del DF o en la Ley del Trabajo, donde sólo es considerado, lo mismo que el embarazo, como causal de despido injustificado.

Así, explica Espinosa Allegretti, si la mujer presenta denuncia, será por despido injustificado y no por hostigamiento sexual, porque esta práctica no está tipificada "y a la fecha sólo contamos con la figura de acoso sexual".

Sin valor, la palabra de afectadas

No sólo es la falta de un marco jurídico y legal que acredite la figura de hostigamiento sexual como delito y no sólo como causal lo que impide combatir esa práctica en el ámbito laboral. También, asegura la funcionaria, es el poco valor que se da a la palabra de las mujeres. Porque no basta con su declaración, indica; hacen falta testigos que lo acrediten, y eso es prácticamente imposible.

Lo anterior, por supuesto, diminuye el ánimo de las mujeres para denunciar el hostigamiento sexual de que son víctimas. Y si lo hacen claudican al advertir que se encuentran en desventaja, explica Espinosa Allegretti.

"Es muy triste para las mujeres darse cuenta de que no son apoyadas por la ley. Si de por sí muchas no tienen valor para denunciar, quienes lo hacen se quedan casi siempre en la primera etapa, que es la conciliación". En ésta, agrega, se enfrentan al aparato legal de la empresa; el abogado les ofrece dinero, un arreglo económico para cerrar el juicio, y ellas en muchos casos acceden a recibir cantidades mínimas, de ninguna manera lo correspondiente a un despido injustificado, asegura.

"Se cuestiona de tal modo su comportamiento que ellas no se sienten con el ánimo de continuar, porque no sienten apoyo. Muchas son casadas y sus propios maridos dudan de su palabra; entonces ni siquiera cuentan con ellos en estos casos".

Este año, la Dirección General de Trabajo y Previsión Social ha recibido 38 denuncias por hostigamiento sexual -el año anterior fueron 26. De esos casos, 23 corresponden a mujeres solteras, 11 a casadas, dos a divorciadas y dos que viven en unión libre.

Nos preocupa mucho que las empresas protegen más al hostigador que a la afectada, expresa Espinosa Allegretti. Esto, sin embargo, persistirá mientras no haya leyes más estrictas en ese sentido. "Porque hasta ahora no ha habido un solo caso a favor de las mujeres".

No obstante, la funcionaria advirtió: "vamos con todo para erradicar esas violaciones flagrantes a los derechos de las empleadas".

Por lo anterior, añadió, se han puesto en marcha intensas campañas para informar y animar a las mujeres a denunciar el hostigamiento sexual en el trabajo.

"La propuesta es, en principio, que la legislación laboral incluya el hostigamiento como figura jurídica y no sólo como causal, y que se amplíen las opciones para confiar en la palabra de la mujer", expone Susana Espinosa Allegretti.

Además, le preocupan los despidos por embarazo, "que son más comunes de lo que imaginamos, y muchas empresas siguen exigiendo el examen de ingravidez, cuando es totalmente ilegal".