MIERCOLES Ť 12 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť En la actualidad el cineasta dirige los ensayos de la obra teatral Fantasmas

Con agua mineral y panecitos de dulce controla Bergman a los demonios que lo atormentan

Ť Adelanta que para el próximo año preparará una película para la televisión

REUTERS

"Los demonios son innumerables, aparecen en los momentos más convenientes y crean pánico y terror"

Estocolmo, 11 de diciembre. Hace algunas noches Ingmar Bergman soñó que un resplandeciente pájaro verde de proporciones gigantescas se le acercaba en una pradera, y conversaron.

"Normalmente les tengo miedo a los pájaros y nunca he soñado con un pájaro grande en mi vida", manifestó el director de cine sueco.

Si el plumífero fue un presagio de la muerte, como el misterioso caballero de El séptimo sello, uno de los primeros éxitos cinematográficos de Bergman, o algo más privado, no lo dice.

Pero él cree que el pájaro fue enviado por su desaparecida esposa, Ingrid, en lugar de una manifestación de los demonios que lo han atormentado e inspirado en su carrera de 60 años.

"Los demonios son innumerables, aparecen en los momentos más convenientes y crean pánico y terror, pero he aprendido que si logro dominar las fuerzas negativas y las amarro a mi carroza, luego puedo hacerlas funcionar a mi ventaja", expresó el cineasta.

Bergman, cuyas obras maestras representan una angustiada mirada nórdica de la vida, dijo a Reuters, en una de las pocas entrevistas que ha concedido en su vida, que nunca se había sometido a terapia.

Ha necesitado toda una vida para controlar los demonios, con agua mineral y panecitos de dulce mientras escucha a Bach, contó el ícono de 83 años. Caminatas a paso rápido y la natación son también parte de la terapia de Bergman.

Pero, como él lo sabe, hasta la fealdad puede dar origen a algo fantástico.

"Las azucenas por lo general salen de agujeros de esqueletos de animales", apuntó lanzando una carcajada.

Recorriendo el Real Teatro Dramático de Estocolmo, de construcción estilo art nouveau, donde todavía trabaja, Bergman muestra el asiento donde se sentó en su primera visita a la sala.

"Tenía 10 años y vine solo. Era el asiento número tres. Estaba fascinado", recuerda.

Aún director

Bergman está actualmente dirigiendo los ensayos de la obra teatral Fantasmas, del dramaturgo noruego Ibsen, basado en su propia traducción, y piensa producir un drama de Strindberg para radio a fines del primer trimestre del próximo año.

Strindberg es una poderosa influencia en Bergman, quien vive en la misma dirección en la que murió el grandioso escritor sueco hace un siglo.

"Strindberg corre como una columna de acero a través de mi obra", explicó.

El mes pasado, Bergman, cuya filmografía incluye Fresas salvajes, Persona y Gritos y susurros, anunció que el próximo año realizará una película para la televisión.

La cinta, cuyo título provisorio es No vayas, incluye a los personajes de su muy aclamada producción de televisión de hace 30 años, Escenas de un matrimonio, pero Bergman afirma que no será una continuación.

El director autodidacta explica que se inspiró para crear el diálogo del nuevo telefilm, en el que participan dos parejas entrelazadas, por una sonata para cello de Bach.