Ambigüedad en la trinchera

Tan poco claros quedaron los objetivos y misión de la fundación Vamos México que preside Marta Sahagún de Fox, esposa del presidente Vicente Fox, fundación cuyas actividades altruistas comenzaron el 21 de octubre con una cena-concierto de Elton John en el Castillo de Chapultepec -a razón de un millón de pesos de donativo por mesa de diez comensales, esto es, pagando cada uno 100 mil-, que días después el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemfi) invitó a Sahagún a participar en el quinto Seminario Nacional de Filantropía y Sociedad Civil para despejar dudas.

Para todos y todas estaba claro que son muchos millones -40- los pobres que viven en México; que esos niños de la calle, indígenas, ancianos y mujeres abandonadas, presentados en el video que días después del concierto se mostró en el acto del Polyforum Cultural Siqueiros, son una pequeña muestra de los grandes sectores que requieren con urgencia ser atendidos, que hay que "sumar esfuerzos a los que ya existen para disminuir la pobreza y afrontar con éxito los grandes desafíos del siglo xxi", que "cuando los esfuerzos se suman, los resultados se multiplican", que hay que "enriquecer las estrategias de combate a la pobreza".

Lo que no está del todo claro es el hecho de que, desde el gobierno, se constituya una organización no gubernamental, una institución de la sociedad civil. Porque la señora Marta Sahagún de Fox, siguiendo la tradición del voluntariado ejercido por las llamadas "primeras damas", en su calidad de esposa del Presidente de la República constituye ahora una fundación de filantropía que, dice, no tiene que ver con el gobierno ?aunque sí tiene que ver, ya que quien la preside es esposa del jefe de gobierno y de ahí se deriva su capacidad de convocatoria? sino que se reclama perteneciente a la sociedad civil, esto es, una más de las organizaciones no gubernamentales.

Cuando ya existen organizaciones del gobierno como el DIF, ¿no sería saludable fortalecerlas para cumplir precisamente los objetivos buscados por Vamos México? De igual forma, habiéndose establecido no hace mucho la coordinación presidencial para la Alianza Ciudadana, ¿cuál va a ser su papel ahora?

Al concluir su participación en el mencionado Seminario Nacional de Filantropía y Sociedad Civil, Marta Sahagún de Fox señaló que "(...) sólo será posible si las mexicanas y mexicanos nos comprometemos desde nuestra propia trinchera a ofrecer nuestro apoyo, solidaridad y nuestras manos a quienes han sufrido las consecuencias de la exclusión y la pobreza". ¿No existe un riesgo al confundir su trinchera, que no es la de la sociedad civil sino la gubernamental? Como bien señaló en Colima el presidente del Consejo Nacional de Organismos no Gubernamentales, Marco Antonio Hernández Murrieta, al diluir la diferencia entre gobierno y sociedad civil, así como habrá empresas paraestatales, ¿no empezarán a surgir ONG paraestatales en que no sepamos a ciencia cierta si pertenecen a la sociedad civil o al gobierno?