Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 28 de diciembre de 2001
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Política
014n1pol OBSERVATORIO CIUDADANO DE LA EDUCACION

Comunicado No. 68

El mercado informal de la educación en México

Ť Creciente número de "escuelas" para preparar en exámenes de admisión a los aspirantes

Ť Cuestionables métodos de operación, carencia de controles y nula información pública al respecto

Ť ¿Se deben prohibir, controlar o sustituir?

Desde hace varios años los ciudadanos hemos visto proliferar establecimientos de diverso tipo que ofrecen preparación a los estudiantes para aprobar los exámenes de admisión al bachillerato y las universidades, los del Ceneval, y otros como el de clasificación de especialidades médicas y los nuevos exámenes de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para la acreditación del bachillerato por demostración de conocimientos. También abunda la oferta de regularización de alumnos que han reprobado materias. Estos servicios se promocionan a través de volantes repartidos fuera de los centros de inscripción, mediante anuncios en los periódicos, en carteles del Metro o en el directorio telefónico; se imparten en todo tipo de establecimientos y por lo general aseguran un resultado satisfactorio y hasta la devolución del pago en caso de fracaso. Los precios varían en función del aparente grado de dificultad del examen y en función de la demanda social a la que están orientados. Todo parece indicar que hay una relación directa entre las políticas de control de la calidad educativa mediante selección "objetiva y externa" y el desarrollo de este sector, que medra al margen de la estructura formal educativa, se conoce sólo superficialmente y se deja actuar sin control. Debido a sus implicaciones para el sistema público de educación, Observatorio se ocupa en esta ocasión de analizar estos servicios, las causas de su expansión y las características de sus principales proveedores y usuarios.

La experiencia internacional

La tutoría privada, como se suele designar a estos servicios, no es un fenómeno nuevo ni exclusivo de nuestro país. Según algunos especialistas, se ha desarrollado en aquellos países donde la competitividad representa el valor central del proceso educativo. Asimismo, la implantación de exámenes generales, especialmente de ingreso y egreso, ha provocado que este negocio tenga un número creciente de clientes (Mark Bray, "Supplementary Private Tutoring", en: Education across the Commonwealth, no. 1, julio 2000). En Singapur, por tomar un ejemplo, se estima que 50 por ciento de los estudiantes de primaria y 30 por ciento de secundaria reciben tutoría privada, mientras que en Malasia se considera que, en los próximos años, hasta 85 por ciento de los estudiantes recibirán algún tipo de clases particulares. En Japón, país en que la tutoría privada tiene una tradición muy añeja, se reporta que hacia mediados de los noventa las ganancias anuales sumaban 14 mil millones de dólares. De modo similar, en Corea los padres de familia gastaron en 1996 aproximadamente 25 mil millones de dólares en servicios de tutoría privada, lo que representaba entonces 150 por ciento del gasto público en educación. En varios países europeos, así como en Estados Unidos y Canadá, el mercado de las tutorías privadas se ha desarrollado a la par de los procesos de evaluación y acreditación externos; otro tanto sucede en países de América Latina en que, como es el caso de Brasil y Argentina, los exámenes generales son la norma para ingresar a las instituciones de enseñanza posobligatoria y para obtener la acreditación profesional. En el caso brasileño, el temido examen "vestibular", que se aplica a los candidatos a ingresar a las universidades públicas, ha generado un sistema paralelo de gran tamaño dedicado exclusivamente a la preparación de aspirantes.

En estas condiciones, el tema de la tutoría privada ocupa un lugar importante en el debate internacional sobre los problemas de la educación: ¿se deben prohibir, tolerar o controlar estas modalidades?, ¿cuál es su dimensión y qué efectos tienen sobre la formación educativa y sobre la distribución de oportunidades de acceso al sistema?, ¿se les debe considerar un mal necesario, un complemento del sistema formal o bien como expresión del fracaso de la escuela para obtener los resultados que se esperan? Estas, entre otras, son preguntas que inquietan a la vista del aún incontrolado crecimiento de este "mercado informal" de servicios educativos.

Efectos sobre la equidad

El mercado de los servicios privados de tutoría escolar tiene clientes o consumidores y proveedores. Sin embargo, no es una actividad regulada mediante normas de operación específicas o a través de la supervisión de las autoridades educativas. Los estudiantes que utilizan estos servicios enfrentan por lo general circunstancias muy distintas: o bien son alumnos con dificultades de aprendizaje y falta de disciplina académica que recurren a la tutoría para paliar sus deficiencias, o bien son estudiantes de alto desempeño que buscan hacer mínimos los eventuales riesgos de fracaso. Muy frecuentemente, en la familia recae la decisión de contratar el servicio, a menudo por sugerencia de los profesores. La decisión de tomar clases particulares de regularización tiende a generar mayores desigualdades dentro del sistema educativo: los datos disponibles indican que en México existe relación directa entre los niveles de reprobación y los ingresos familiares; en tales condiciones es poco probable que un individuo con dificultades de aprendizaje y con una situación económica precaria pueda pagar para recibir clases de regularización; por lo tanto, este sujeto estará más proclive a formar parte de los mexicanos en desventaja educativa que aquel que, aun con los mismos problemas escolares, pueda erogar cierto monto para prepararse fuera de las horas de clase. La existencia misma de un circuito escolar privado que resuelve (real o potencialmente) las deficiencias del sistema educativo público es un factor de falta de equidad educativa: si los estudiantes que pueden pagar cursos de preparación para los exámenes obtienen mejores resultados, entonces los alumnos con menores capacidades económicas se enfrentan a una competencia desigual por los puestos u opciones disponibles.
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El impacto de estos servicios sobre el gasto educativo de las familias se desconoce; sin embargo, no se puede ignorar que su abundante oferta significa que un segmento importante de los estudiantes están optando por esta alternativa y que, además de los gastos familiares en cuotas o colegiaturas, transporte, libros y otros insumos escolares, existe un gasto privado en educación transferido a un sector fuera de control y sin ninguna obligación de "rendición de cuentas". Desde el punto de vista de la familia, este consumo puede ser un medio para evitar gastos mayores asociados a la repetición o simplemente para asegurar la continuidad de los hijos en el trayecto escolar.

Aparte de sus implicaciones sobre la equidad, la tutoría privada tiene otros aspectos controvertidos: ¿quiénes son los proveedores de este tipo de servicios educativos? Dentro de la escuela alterna existe una amplia gama de maestros, los cuales pueden variar desde los mismos profesores de las escuelas públicas, estudiantes universitarios y profesionistas sin empleo. Si una condición de que exista este tipo de servicios son los problemas de aprendizaje, otro complemento para su desarrollo es el bajo nivel salarial de los maestros. Con el propósito de compensar sus ingresos, algunos mentores podrían verse en la necesidad de ofrecer sus servicios profesionales de manera particular fuera de las horas de clase regulares. Este hecho podría generar problemas de carácter ético dentro de las escuelas públicas. Al carecer de regulaciones, nada obliga a los establecimientos que cumplen funciones de complemento escolar a contar con una planta docente adecuada, con especialidad en los contenidos que se imparten y con los conocimientos didácticos del caso. Por el contrario, en las escuelas de regularización y preparación de exámenes se promueven prácticas francamente antipedagógicas, tales como la memorización intensiva.

De acuerdo con algunas experiencias internacionales, y como resultado de sus efectos negativos, gobiernos como los de Corea y Mauritania trataron de prohibir la tutoría privada sin éxito alguno. En otros casos, como Hong Kong y Singapur, se optó por la regulación: se permite siempre y cuando los maestros no tengan como "clientes" a sus propios alumnos y las asociaciones de maestros supervisan su operación regular. Otra posibilidad es que los gobiernos ignoren totalmente su existencia, alternativa que parece ser el caso en nuestro país.

Interrogantes

La tutoría privada es un servicio en expansión y plantea importantes problemas éticos, de equidad y calidad educativas al sistema público de educación. Hasta ahora no se ha apreciado, por parte de las autoridades educativas, ninguna posición definida, pese a que recientemente se presentó el programa sectorial correspondiente. En la agenda educativa permanecen diversos problemas; uno es el financiamiento que en estos días se discute, pero las autoridades deben tener presente que los retos son múltiples y se requieren acciones definidas, sobre todo considerando que ya ha transcurrido un año desde que asumieron funciones.

- ¿De qué forma el gobierno actual piensa hacer frente a este problema y reducir sus efectos negativos?

- ¿Se prevén medidas para regular este tipo de servicios educativos? En caso afirmativo, ¿qué acciones se consideran y quiénes participarán?

- ¿Qué plazos se tienen previstos para poner en marcha las primeras acciones? ¿O es que acaso éste será un tema ignorado durante el presente sexenio?


¿QUIENES  SOMOS?

Nuestros comunicados aparecen en el segundo y cuarto viernes de cada mes en este espacio periodístico; se pueden reproducir en cualquier medio indicando su procedencia. Todos los ciudadanos están cordialmente invitados a sumarse a nuestra iniciativa. Favor de enviar sus nombres con sus datos de localización e identificación a: La Jornada Observatorio Ciudadano de la Educación, Apartado Postal 20-423, San Angel, México, D.F. C.P. 01001. Fax: 55 54 86 55. Correo electrónico:

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Otros integrantes: 671 firmas de 32 entidades federativas. Véanse en la página de Observatorio en Internet.

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