Ť Tras un peritaje el parricida confesó su acción

Ahorcó a su hijo con una agujeta y luego acusó a médico de negligencia

SUSANA GONZALEZ G.

Lo que en un principio se perfilaba como un nuevo caso de negligencia médica que habría provocado la muerte de un menor de edad, fue en realidad un parricidio.

Eduardo Martínez Guillén, de 29 años, proveniente del estado de Veracruz, ahorcó con una agujeta a su hijo Angel Eduardo, de apenas dos años de edad, debido a "problemas económicos y porque no quería verlo sufrir", según confesó ante las autoridades de la procuraduría capitalina.

Junto con su esposa Rebeca Marroquín Gómez, de 21 años, Eduardo Martínez acudió desde la madrugada de ayer a la clínica 27 del IMSS, localizada en Tlatelolco, para solicitar que fuera atendido su hijo, quien supuestamente presentaba sangrado en la nariz.

Sin embargo, les fue negado el servicio con el argumento de que no eran derechohabientes, por lo que pidieron el apoyo de una patrulla de la policía preventiva para que los médicos de guardia recibieran al menor, pero unos minutos después el doctor Juan Hernández Aguilar reportó a sus padres que el niño había muerto.

La pareja pidió la detención del galeno y se inició una averiguación al respecto en la agencia quinta del Ministerio Público. Sin embargo, fue desechada la hipótesis de que la muerte del bebé haya sido ocasionada por negligencia médica, porque peritos en criminalística de la procuraduría capitalina determinaron que el niño presentaba huellas de ahorcamiento y posteriormente el padre confesó haberlo ahorcado.

En el caso de la recién nacida que murió el sábado pasado en una clínica particular de la avenida Puente de Alvarado, el Servicio Médico Forense estableció que la menor tenía un mal congénito, presentaba desnutrición en segundo grado y no pereció por asfixia.