Javier Aranda Luna

Del ninguneo a la existencia fiscal

©ƑLos escritores deben pagar impuestos? Sí, pero no el mismo porcentaje que pagan los empresarios más ricos del país. No se debe tratar de manera igual a diferentes: unos, por ejemplo, buscan el lucro y otros cosas como plasmar en un cuadro la luz de un atardecer o en unos versos dar cuenta de la emoción amorosa. Además el empresario dejará a sus herederos inversiones e inmuebles y un escritor, por ejemplo, el usufructo de una obra sólo por 75 años. Cumplido el plazo, el trabajo en el que invirtió mucho tiempo será de dominio público. ƑSe imaginan si la ley del dominio público la aplicáramos a banqueros, empresarios e inversionistas?

Como escribir no es algo bien remunerado en México, quienes lo hacen también se dedican a otras cosas para sobrevivir. No todos son Juan Rulfo quien, por cierto, trabajó de burócrata para sostener a su familia. Muchos jóvenes escriben por gusto, necesidad o no sé por qué. Publican un cuento o una reseña por la que les pagan quizá 2 mil pesos y hacen fichas para enciclopedias, son correctores de estilo, elaboran directorios telefónicos, son empleados bancarios o vaya usted a saber. Con las nuevas disposiciones fiscales si ese empleado bancario publica, por ejemplo, 15 cuentos o poemas al año y recibe 2 mil pesos por cada uno deberá sumar sus ingresos como autor a sus ingresos de empleado y pagar al fisco 35 por ciento de todo.

Nuestros funcionarios públicos llevan años tratando de convertir a México en un país de primer mundo. Evidentemente no lo han logrado. Pero en materia de artes y letras la cosa es diferente. México ha sido, desde hace tiempo, un gran productor de bienes culturales de excelencia: sólo piense en las obras de Rufino Tamayo, Diego Rivera, Manuel Alvarez Bravo, Juan Rulfo, Octavio Paz y Luis Barragán. Los dos últimos ganaron, uno, el Nobel de Literatura y, el otro, el Premio Pritzker que equivale al Nobel en el la arquitectura. Ninguno de ellos logró el reconocimiento internacional de su obra por los estímulos de una política cultural de Estado, sino por la calidad de su trabajo.

Si los inversionistas extranjeros dudan de los planes de nuestros funcionarios en materia económica, no han dudado en invertir en nuestros bienes culturales: invitan constantemente a nuestros escritores a dar cátedras magistrales e invierten, sobre seguro, adquiriendo la obra de nuestros pintores. ƑNo algunos cuadros de Rivera han batido récord en subastas internacionales? ƑY qué decir de la pasión de Madonna por los cuadros de Frida Kahlo? A Octavio Paz, no es ningún secreto, lo ningunearon en México y lo ovacionaron en el extranjero. Y no olvidemos que al director del INBA que permitió velar el cuerpo de Frida Kahlo en el Palacio de Bellas Artes, fue cesado de manera fulminante.

ƑNo convendría que la sociedad mexicana invirtiera un poco en sus bienes culturales? ƑCómo? Por lo menos no tratando a sus escritores y artistas, en materia fiscal, como a grandes empresarios. Además, Ƒcuánto recaudará el fisco cobrando el impuesto sobre la renta a los creadores? Por el bien público, Ƒno convendría mejor cobrar impuestos al comercio ambulante? Estoy seguro que si lo hicieran las arcas de la nación ganarían más que fiscalizando a poetas y compositores. ƑCuántos artistas existen en México? ƑCuántos ambulantes?

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes tiene mucho trabajo. ƑApoyará a los creadores? ƑCómo? ƑCuándo? Ojalá y los legisladores por su parte, a quienes se les ''coló" la iniciativa para eliminar la exención fiscal por derechos de autor, discutan de manera responsable la manera en que debemos tratar a nuestros creadores. Existen personas que pueden asesorarlos. Pienso en Miguel León-Portilla que podría darles un panorama claro del por qué desde la época prehispánica se exentaba del tributo a los creadores. También podrían ayudarlos a cumplir su tarea el poeta y empresario Gabriel Zaid, el presidente de la Sociedad General de Escritores e México, Víctor Hugo Rascón Banda, y Homero Aridjis, representante internacional del Pen Club que podría ofrecerles un panorama de cómo son tratados los artistas en otras partes del mundo. Invertir en nuestra cultura no es cualquier cosa, es parte de la poca tierra firme que existe en el país.