Entre Ibarra y Morales, la comunicación en el Congreso

Como nunca antes, la Dirección de Comunicación Social del Con greso del estado está siendo disputada. Por lo pronto, ayer trascendió que a Fernado Villita -sí, el mismo que le dobló la voz al burrito de Shrek- no se le hará asumir el poder de ese organismo por las diferencias, que parecen ya insalvables, que tiene con su antiguo padrino, Víctor Manuel Giorgana Jiménez, actual líder de la bancada priista en la diputación local.
Ahora se anda rumorando que quien llegará a la codiciada dependencia legislativa es Blanca Lilia Ibarra, quien en sus años dorados fue una afamada lectora de noticias en la televisión poblana y es una de las damnificadas por la derrota del PRI el 2 de julio de 2000, pues antes de esa fatídica fecha trabajaba para la presidencia de la República y parece ser que desde entonces anda desempleada.
Sin embargo, también es probable que por su profesionalismo, seriedad y probada capacidad, don Jerónimo Morales continúe por un periodo más al frente de la dirección de Comunicación Social del Congreso.
Es raro que en este espacio se hable bien de alguien, pero en honor a la verdad hay que decir que fue en la anterior legislatura cuando por primera vez el encargado de la comunicación en la diputación estatal -don Jerónimo Morales- no fue criticado por los partidos de oposición.

En legislaturas de años atrás, los representantes populares ajenos al PRI se quejaban mucho porque el titular de la mentada dirección siempre se conducía como un empleado del tricolor y no como un funcionario imparcial.

Muchos generales

Al menos en la primera sesión de la LV Legislatura quedó evidenciado algo: que en la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional hay varios que quieren mandar y que se pueden formar cuatro bloques diferentes, liderados cada uno por Víctor Manuel Giorgana Jiménez, Carlos Meza Viveros, Víctor Hugo Islas Hernández y Mario Montero Serrano. En pocas palabras, hay muchos que quieren ser generales en un ejército enclenque.
Empero, de Montero Serrrano se sabe que no quiere ser protagonista en el oficio de debatir en tribuna, derogar o

promulgar leyes y revisar cuentas públicas. Su ambición principal, según cuentan, es dedicarse de tiempo completo a su chamba como secretario general del PRI, para ir abriendo brecha en pos de la tan ansiada candidatura a munícipe en el trienio que viene.

Los problemas del PRI

La verdadera trascendencia de la disputa que tienen el PAN y el PRI por la diputación del Distrito III no radica en que el diputado priista Javier López Zavala pueda perder su curul, pues aunque se anulen las casillas impugnadas, tal vez su triunfo no sufrirá estragos.
El meollo de la cuestión es que, de proceder los recursos interpuestos por el albiazul, serían suprimidos hasta 30 mil sufragios, lo que reduciría el coeficiente electoral del PRI, y entonces podría quedarse sin varias diputaciones plurinominales. Por eso es obvia la insistencia de Acción Nacional en el tema.
Por lo demás, los priistas aborígenes tienen preocupaciones de sobra, como el hecho de que Puebla empata con Jalisco en ser las entidades con el mayor número de municipios gobernados por el PAN, 50 en total. En la lista le sigue Veracruz con 42 ayuntamientos blanquiazules.