Ť Empresarios utilizan los medios para tratar de seguir evadiendo el fisco, dice Sodi

El Congreso no cederá a presiones: senadores

Ť Afirma que en la reforma pesaron los intereses de legisladores priístas con nexos en la IP

ANDREA BECERRIL

El Congreso de la Unión no cederá a las presiones empresariales para echar atrás la reforma fiscal, advirtieron senadores de PRD y PAN, quienes dejaron ver la posibilidad de que se revisen algunos aspectos del paquete económico aprobado, pero sin modificar los cambios sustanciales que se lograron al impuesto sobre la renta (ISR).

El senador perredista Demetrio Sodi de la Tijera consideró que detrás de la campaña contra el Poder Legislativo que han establecido los medios de comunicación electrónicos están los fuertes intereses económicos de quienes por décadas han evadido el pago de impuestos que les corresponden.

Denunció que también en las negociaciones en el Senado de la República pesaron los intereses de los empresarios que están en el PRI. Reveló que incluso el coordinador de la bancada priísta, Enrique Jackson Ramírez, presionado por los legisladores que al mismo tiempo son hombres de negocios, "se echó para atrás" en el compromiso de gravar con impuesto especial de 10 por ciento toda la telefonía, eximiendo el consumo doméstico.

Sodi de la Tijera dio a conocer parte de la negociación secreta que se realizó durante el 31 de diciembre. Precisó que después del primer receso -cerca de las 10:30 de la mañana- comenzaron las negociaciones, ya que la fracción priísta estaba en contra de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), aprobada horas antes en la Cámara de Diputados.

A fin de que se aprobara, dijo, las fuerzas políticas propusieron que se modificara el impuesto de 10 por ciento a la telefonía, que los priístas rechazaban, a fin de no lesionar a la mayoría de la población. El acuerdo fue elevar a 200 el tope de llamadas que quedarían exentas de ese gravamen, y fijar en 40 pesos el costo unitario de las llamadas de larga distancia que también se exentarían.

"Con ello se dejaba libre de ese impuesto el consumo básico de telefonía móvil, y Jackson lo aceptó y se comprometió a que su fracción así lo votaría, pero cuando se reunió con su bancada se le echaron encima aquellos legisladores con nexos empresariales y lo obligaron a romper el compromiso", agregó Sodi.

En ese largo día y noche del 31 de diciembre, agregó, los priístas "intentaron cancelar la sesión y la boicotearon. Fueron ellos y no la mesa directiva los responsables del receso de más de siete horas y del retraso, hasta la madrugada, en la clausura del periodo".

El senador perredista dijo que fueron evidentes los intereses extralegislativos de un grupo de priístas, que o bien son empresarios o representan fuertes intereses económicos en la telefonía o las industrias tabacalera y de bebidas alcohólicas. "El problema además fue que la gran mayoría de quienes negociaron la reforma fiscal por parte del PRI son integrantes del sector privado."

En la situación actual, dijo, es evidente también que aquellos sectores a los que siempre privilegiaron los regímenes priístas se sienten afectados por una reforma fiscal encaminada a frenar la evasión. "Les pisamos los callos a los ricos, a lo que tienen el poder económico, y por ello están haciendo uso de los medios electrónicos, para evitar que se les obligue a pagar los gravámenes que les corresponden".

Sodi de la Tijera hizo notar que ha habido una interpretación tendenciosa de la reforma fiscal recién aprobada, al asegurar que con las modificaciones al ISR se benefició a quienes más ganan. "Se bajó de 40 a 35 por ciento la tasa de ese impuesto para todos en general, pero hay otras medidas encaminadas a frenar la elevadísima evasión de las familias más ricas del país. Ahí está el centro de los enojos de quienes ya no podrán engañar al fisco."

Comentó que nada más hay que escuchar lo declarado por Claudio X. González, de que era mejor gravar con 15 por ciento de IVA a medicinas y alimentos que fijar un impuesto especial de 10 por ciento a tabacos y bebidas alcohólicas. "Dicho más claramente, para él es mejor seguir gravando a quienes menos tienen y dejar exentos a los ricos."

Es obvio, agregó, que las protestas no han venido de campesinos, obreros o amas de casa, sino de los empresarios.

Por separado, los senadores panistas Fauzi Hamdan y Gerardo Buganza coincidieron en que no aceptarán presiones para legislar. Señalaron que en todo caso esperarán el fallo de la Suprema Corte en caso de que se presenten los amparos contra las modificaciones fiscales.

Un aspecto que les preocupa, dijeron, son las presiones de productores de fructosa de Estados Unidos -por el impuesto de 10 por ciento a los refrescos fabricados con ese dulce-, ya que podrían llevarlo a una controversia. Sin embargo, agregaron, México tiene un fuerte argumento, que es el incumplimiento de Estados Unidos al TLCAN, al no comprar la producción acordada de azúcar mexicana.