Huelga de Sexo

En los últimos días casi todos los noticieros de Puebla, sin distinción de línea informativa, ideología o intereses, han recibido llamadas enardecidas del público, quejándose por las nuevas cuotas del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado (SOAPAP).
Francisco Castillo Montemayor, titular del organismo y sobreviviente de dos sexenios -hay que recordar que fue representante de la Comisión Nacional del Agua en la entidad cuando Manuel Barlett Díaz era gobernador- se ha deslindado de toda responsabilidad y le ha echado la culpa de las altas tarifas al Instituto de Catastro del Estado de Puebla.
Es probable que, como siempre ocurre en estas cosas, las protestas se apacigüen y los ciudadanos acudan resignados a las arcas del SOAPAP a pagar por sus servicios.
Pero puede ser también que el enojo y la organización de la ciudadanía resulte en algo como lo que sucedió hace algunos meses en Sirt, una población de Turquía.
A continuación reproducimos la nota sobre el asunto, publicada en el portal de la BBC de Londres y la cual también puede encontrar en el sitio www. turbiedades.cl.

¡No al sexo sin agua!

Los hombres de la remota localidad de Sirt pronto se sentirán aliviados.
En ese pueblo turco, las mujeres se han rehusado a tener relaciones sexuales hasta que les pongan agua corriente y el gobierno, finalmente, accedió.
Según la agencia de noticias Anatolia, los hombres recibirán los materiales necesarios para conectar sus hogares a una fuente de agua cercana a Sirt.
El pueblo, cercano al centro vacacional de Anatalia, se quedó sin agua corriente hace tiempo debido a graves fallas en el viejo sistema de suministro hídrico.
El boicot de alcoba empezó hace un mes, cuando las mujeres le dijeron a sus maridos que estaban hartas de cargar agua de pozos que quedan a kilómetros de distancia.
"Estamos felices de que finalmente lleguen", dijo una mujer cuando se enteró de que las tuberías ya estaban en camino: "todo empieza y termina con el agua", añadió.
Ella es una de la mayoría de las mujeres del pueblo que apoyan la muy radical y efectiva huelga de sexo.
Y no es de extrañarse que el dirigente de la comunidad, Ibrahim Sari,

compartiera en la alegría que traían las noticias, aunque señaló que aún no había recibido confirmación oficial de la decisión gubernamental.
"Pedimos el material y estamos listos para empezar a construir el acueducto con nuestras propias manos", explicó y añadió que el trabajo tomará un mes.
Sari inicialmente simpatizaba con las mujeres, pero ahora dice que son los hombres los que están sufriendo y que no podrán aguantar mucho más.
Las mujeres más militantes opinan que la huelga debe mantenerse hasta que el trabajo sea terminado satisfactoriamente.
"No van a poder entrar a nuestras alcobas hasta que salga agua del grifo", dice -riendo- Fatma Koru. "La protesta continuará", sentenció.