Viernes 18 de enero de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Cine

La tuya, la suya, la muestra

n Alfredo Naime Padua

Venturosamente, desde el pasado lunes 14 tenemos la XXXVIII Muestra Internacional de Cine en Puebla, con 11 largometrajes de variada procedencia, entre ellos uno chileno, cinematografía con la que lamentablemente tenemos poquísimo contacto. Por cierto, en cinco de las 11 cintas del banquete fílmico de este invierno hay producción francesa, lo que hace a la presente muestra una con aroma a Chanel, baguettes y buen vino.
Para cuando ustedes lean estas líneas serán al menos cuatro las películas ya exhibidas: El gavilán de la sierra (México), La pianista (Francia-Australia), Sagrado-Kadosh (Israel-Francia) y Coronación (Chile). Las dos últimas están dirigidas, respectivamente, por Amos Gitai y Silvio Caiozzi. Comentaré la mexicana y la franco-australiana más adelante. Las otras siete cintas son, por orden de exhibición: Viva el rey: Dogma 4 (Dinamarca), de Kristian Levring; La Ciénaga (Argentina-España); de Lucrecia Martel; Enemigo, querido enemigo (Italia-Francia), de Ettore Scola; Un amigo como Harry (Francia), de Dominik Moll; Fuera del mundo (Italia), de Giuseppe Piccioni; Silencio roto (España), de Montxo Armendáriz, y Deseando amar (Hong Kong-Francia), de Wong Kar-Wai.
Ahora bien, es menester comentar que esta XXXVIII Muestra consta en realidad de 14 films. Así, al llegarnos sólo 11 por culpa de los insondables vericuetos burocráticos de las compañías distribuidoras, no probaremos el 20 por ciento del banquete original; que se sepa y quede claro. Las películas que no veremos en el marco de este evento son: La virgen de los sicarios (Colombia-España-Francia), de Barbet Schroeder; Lejos de casa (Inglaterra-Alemania-Italia-Francia-España-Suiza), de Ken Loach, y Apocalipsis now, redux (EEUU), de Francis Ford Coppola, que por fortuna vimos pocos meses antes durante su fugaz paso por Puebla capital. Pero no deja de ser curiosa la infeliz coincidencia de que, junto con Ettore Scola, los cineastas más conocidos de esta edición de la muestra eran, precisamente, Schroeder, Loach y Coppola. Un ejemplo más de que cuando el pobre tiene para carne, es vigilia.
Aún así, no hay duda de que la muestra, como siempre, es un verdadero acontecimiento para el buen cinéfilo. Por ello les invito a seguirla desde hoy lo más estrechamente que les sea posible. La cita es en Cinépolis Angelópolis, en sólo dos funciones por noche. Hoy viernes toca la danesa Viva el rey: Dogma 4, originada desde la misma escuela estética que Festen: la celebración, que se ostenta ya como film de culto. Permítanme ahora, cual lo anticipé, hacer un breve comentario de...
El gavilán de la sierra. Está sólidamente facturada por J.A. de la Riva como un relato no lineal en busca de "la verdad" en torno a unos asesinatos en la sierra de Durango. El corrido como forma musical es aquí personaje-metáfora y catalizador de dicha búsqueda, cuya conclusión resume así: la verdad es relativa, y a veces inalcanzable. Excelente ambientación y un profundo conocimiento de las maneras de los lugareños -De la Riva es duranguense y serrano- consolidan a la película como una agradable sorpresa (a pesar del título, que hizo temer lo peor).
La pianista. ¿Que "la vida es bella"? No para Erika Kohut, la cuarentona profesora de piano en el film de Michael Haneke, Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes 2001. Es una amarga mirada a la cruel caricatura en que puede convertirse una existencia sin placer, ni alegría, ni motivación, ni independencia. Film sin concesiones, de rigor adulto, que no rehuye la dureza formal para ilustrar el drama de fondo; pero que mantiene al mismo tiempo la distancia suficiente para evitar el folletín tremendista. Formidables actuaciones de Isabelle Hupert y Benoit Magimel.
Ojalá nos veamos en la muestra, que tanto buen cine no es de todos los días.