Ť La reforma puede convertirse en "letra muerta" al cabo de los años, opinan expertos

Desconoce la SEP cómo instrumentar los tres años obligatorios de prescolar

Ť Si la dependencia se pone a trabajar, habrá condiciones para cumplir, señala González Parás

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

La reforma constitucional que hace obligatorio el estudio de tres años de prescolar está en puerta y la Secretaría de Educación Pública aún desconoce los "detalles finos" de cuánto presupuesto, maestros y aulas se necesitan para cumplir en tres años una meta que obliga a trabajar a marchas forzadas: construir en los próximos tres años aulas para tres millones de niños más, el equivalente a la matrícula actual.

Los expertos consideran que los legisladores pusieron plazos poco realistas, por lo que al cabo de los años esta reforma puede convertirse en "letra muerta" o peor, en instrumento de exclusión para miles de niños que por no haber cursado tres años de prescolar se queden fuera de la primaria a partir de 2008.

Impulsada por la fracción del PRI en el Senado y por el sindicato magisterial, esta medida tomó por sorpresa a los gobiernos estatales y la SEP. El programa nacional de educación foxista, presentado a finales de septiembre, fijaba el modesto objetivo de alcanzar un año de prescolar obligatorio en 2005, sin embargo, en menos de tres meses el panorama cambió.

El 13 de diciembre del año pasado, el Senado de la República aprobó por unanimidad un decreto de reforma del artículo tercero constitucional que establece la obligatoriedad de los tres años de prescolar. Una semana después, la iniciativa fue respaldada por la Cámara de Diputados y actualmente es discutida por los congresos locales.

El presidente de la Comisión de Educación del Senado y artífice de esta reforma, Natividad González Parás, estima que esta iniciativa pasará a la carta magna en un par de meses, porque ha recibido el respaldo "unánime" de los congresos locales, como ocurrió recientemente en Coahuila.

La reforma aprobada por el Congreso de la Unión obliga al Estado a impartir, además de educación primaria y secundaria, la prescolar, y señala que este nivel educativo será obligatorio en plazos diferenciados. El tercer año será exigido para ingresar a primaria en el ciclo 2004-2005; el segundo grado en el 2005-2006, y el primero, en el 2008-2009.

A simple vista estos plazos parecen largos, pero no es así. Los niños que quieran acceder a la primaria en 2008 tendrán que haber ingresado a prescolar en el ciclo lectivo 2005-2006, o sea que apenas quedan tres años para atender a esa población infantil.

En México hay casi 6.5 millones de niños entre tres y seis años que constituyen la demanda potencial de la preprimaria. De ellos, poco más de la mitad, 3.4 millones, estudian algún grado de prescolar; el resto, 3.1 millones, está fuera de las aulas.

La presión más fuerte para cumplir este compromiso recae en las entidades, porque tienen diferencias abismales en sus niveles de atención. La muestra es Quintana Roo, que atiende a todos sus niños de cinco años, a 74 por ciento de los de tres a cuatro años, pero apenas a 2.9 por ciento de los de tres años. Necesita aulas adicionales para 23 mil 327 niños.

El estado de México es uno de los que se verán en mayores aprietos para cumplir este ordenamiento, pues atiende a 41 por ciento de su población de tres a seis años, o sea que necesita nuevas escuelas para 488 mil niños que están fuera del prescolar.

Esta desigualdad de acceso fue el argumento que llevó a los legisladores a declarar la obligatoriedad del prescolar. El priísta González Parás considera que es una injusticia social que la mitad de los niños mexicanos lleguen a la primaria con nociones o sabiendo leer y escribir, y la otra nunca haya estado en escuela.

Reforma educativa sin recursos

Autoridades, investigadores y profesoras coinciden con los legisladores en que esta reforma puede ser una gran innovación educativa, pero todos se preguntan cómo se va a hacer realidad, cuando oficialmente no se le han asignado recursos ni existe un plan para concretarla.

El subsecretario de Educación Básica y Normal, Lorenzo Gómez Morín, admite que de concretarse esta reforma implicará un "cambio gigantesco" en el sistema educativo que le pone "muchísima presión" tanto a la SEP como a los gobiernos de los estados que ya se habían puesto una meta más sencilla de alcanzar, un año de preprimaria obligatoria.

Cuidadoso de no confrontarse con el Congreso, el subsecretario se declara respetuoso de la decisión de los legisladores, pero insiste en que la reforma aún está en el nivel de propuesta y que los congresos locales todavía pueden hacer modificaciones en los plazos, no en el concepto de la obligatoriedad en la que, asegura, "existe consenso".

"Entonces no tenemos el detalle fino de cuántos maestros, de dónde van a salir, de cuánto nos van a costar, de cuántas escuelas tenemos que habilitar. Eso no está revisado ni establecido porque es un trabajo que tendremos que desarrollar junto con las autoridades educativas de los estados porque ellos saben la situación de sus sistemas educativos", explica Gómez Morín.

Pero asegura que para cuando los congresos locales hayan aprobado esta iniciativa -estima que en ocho o 10 meses- la SEP tendrá lista la reforma académica. ƑY la expansión de los servicios educativos? Gómez Morín señala que ese problema depende sobre todo de los gobiernos estatales y municipales, que deberán destinar recursos de los que ya tienen asignados para infraestructura.

No hay diferencias sustanciales entre el proyecto de la SEP y el de los legisladores, afirma Gómez Morín. Sin embargo, a principios de octubre, el funcionario declaró: "Nosotros no podemos decretar primero la obligatoriedad y luego ver cómo le vamos a hacer para la cobertura, yo creo que vamos a trabajar primero en la cobertura, en garantizar el derecho a que todos los niños cursen el tercer grado de prescolar y una vez que tengamos los datos decretamos la obligatoriedad en 2005".

La ex directora de la Fundación SNTE y experta en política educativa, María de Ibarrola, califica la decisión de los legisladores de irresponsable, porque no se asignaron recursos adicionales y se pusieron plazos que están fuera de la realidad. "Esta es una historia antigua en México. Primero se decretan las innovaciones educativas y después se les dice a las escuelas rásquense con sus uñas porque tenemos que cumplir las metas o hacer como que las cumplimos", asegura.

Para esta investigadora, el estudio de prescolar da muchas ventajas a los niños, pero la obligatoriedad también puede convertirse en un instrumento de exclusión para cientos de miles de niños que sin certificado de prescolar no podrán acceder a la primaria.

Y si se hacen excepciones en la aplicación de la obligatoriedad -como prevé el decreto de los legisladores-, Ibarrola considera que esta innovación puede terminar en una simulación y en un desprestigio para el sistema educativo, como ha ocurrido con la secundaria, de la que están excluidos casi un millón de adolescentes pese a que es obligatorio estudiar ese nivel.

Euridice Sosa, investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional, coincide en que esta medida es importante, porque por primera vez se le da su lugar al prescolar, sin embargo dice que el desafío no sólo es de recursos o de infraestructura, sino de hacer que los padres de familia envíen a los niños a la escuela. "Si ahora es complicado que los envíen a tercero de prescolar, va a ser más difícil que los manden desde primer grado."

Reconversión de maestros

Pero la visión de los legisladores es otra. El senador González Parás asegura que el proyecto no es caro. De acuerdo con estudios actuariales de la SEP y del Senado de la República, cada año se pueden dedicar a educación prescolar dos mil 700 millones de pesos, cifra que representa uno por ciento del presupuesto educativo total y 15 por ciento de los 20 mil millones de pesos que se planea aumentar anualmente a la SEP.

Afirma que "si la SEP se pone a trabajar con intensidad y seriedad", habrá condiciones para cumplir el mandato constitucional, incluyendo las ventajas demográficas, ya que la demanda de ingreso a primaria está en declive y existen escuelas ociosas y maestros sin trabajo que pueden ser reconvertidos para atender jardines de niños. María de Ibarrola comenta que es una buena opción, sólo que muy difícil de aplicar, y que ya ha fracasado, porque se ha pretendido reconvertir a los maestros con "cursos de unas cuantas horas".